Sequé mis lágrimas mientras buscaba el área donde se encontraban las llaves generales, el plan se llevaría a cabo esa madrugada, ya no importaba si causaba un cortocircuito o ponía en un aprieto a alguien, ese era el momento para escapar porque no sabía cuándo tendría una oportunidad así nuevamente y tenía que aprovecharla, era el momento de poner el plan en marcha.
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Durante muchas horas estuve ocupada buscando las llaves de la casa y pensando en dónde podría estar esperándome el taxi para no llamar la atención de nadie, por el equipaje no me preocupaba pues lo único realmente mío que tenía aquí era mi mochila, lo poco que traía en ella y la ropa que llevaba cuando los conocí, no iba a llevar nada de lo que Caesar compró con su dinero, además mi plan de escape no incluía un equipaje grande, necesitaba movilidad para poder correr si era necesario. Constantemente miraba la hora para asegurarme que no iba tarde a mi propio horario, compré todos los boletos a una hora exacta, incluso había contratado el taxi con anticipación, no deseaba que nada se saliera de control, todo estaba cronometrado y si me demoraba más con un solo paso todo se arruinaría. Después de escribir mi renuncia y programarla para que se envíe para cuando esté en Atlanta junto a todo el trabajo terminado que tenía en mis manos porque si iba a renunciar, iba a hacerlo sin el cargo de consciencia de haber dejado a mis compañeros de trabajo con más carga laboral; junté lo poquito que tenía en mi mochila deteniéndome en la laptop.
Me quedé pensando en si debía dejarla o llevarla conmigo porque recordé que en el tiempo que estaba encerrada en esta habitación como prisionera, ellos se llevaron todas mis cosas para seguramente revisarlas. ¿Y si en el proceso ellos habían puesto cámaras o algún chip de vigilancia o de rastreo? ¿y si no solo habían puesto un chip en mi laptop? Mi celular también me lo revisaron ¿y si pusieron algo ahí también? ¿se darían cuenta que estaba apagado? Me compré otro móvil y cambié de número porque no quería tener nada que ver con nadie, mi deseo era iniciar de nuevo así que el móvil con el que llegué aquí estaba apagado y escondido en la mesita de noche.
No me deshice de el porque tenía cosas importantes ahí y estaba esperando el momento para sacar todo. Después de un momento de analizar todo, decidí poner todos los documentos importantes en unas memorias que había comprado recientemente, lo demás lo dejaría, tanto la laptop como el celular fueron reiniciadas al modo fábrica cuando terminé, no iba a dejar ninguna huella de mi escape, ninguna pista sobre mi paradero.