bc

Mi tormentosa vida

book_age18+
1.1K
FOLLOW
5.3K
READ
revenge
forbidden
BE
kidnap
powerful
gangster
drama
tragedy
abuse
enimies to lovers
like
intro-logo
Blurb

Lauren Morris siempre fue elogiada por su belleza e inteligencia. Es hija de uno de los más reconocidos mafiosos de toda Escandinavia, tras una tragedia que sufre a sus veinte años, se ve obligada a vivir una vida de tormentos. Dónde la violencia y la ausencia de su gran amor, y la pérdida de su hijo, la destruye día tras día.

¿Podrá Lauren reencontrarse con su gran amor y recuperar a su hijo perdido?

chap-preview
Free preview
¡No! Te lo suplico, no lo hagas de nuevo
Han pasado diez años y aún no sé nada de mi hijo, solo espero que no piense que su mamá ha decidido abandonarlo, porque no es así. Todo esto es culpa de ese maldito hombre, únicamente él es el culpable... — ¿En dónde está? — pregunto afligida. — No sé de qué hablas — responde sin verme a los ojos. — Por favor, te lo suplico... Regrésame a mi hijo – mi voz se quiebra con solamente mencionarlo. — Largo — dice mirándome al fin a los ojos y pude ver el odio en aquellos ojos azules, que parecen más el infierno, que el cielo. — Te lo suplico, devuélveme a mi pequeño — me arrodillo ante él, sin importar que me estuviera humillando con tal de recuperarlo. — No puedo creer que pierdas tu dignidad por un bastardo, ¡Lárgate! — me asusto al escuchar el fuerte golpe que ha dado contra su escritorio. — No me iré hasta que lo regreses a mis brazos, yo... — siento como su mano rodea mi cuello y me arrastra fuera de su despacho. — ¡No! Te lo suplico, no lo hagas de nuevo — expreso con miedo, sabiendo a qué me enfrentaría por retarlo. — Te enseñaré tu lugar y así te olvidarás de ese bastardo que tienes por hijo — su voz sonaba como un gran demonio y no el hombre que conocí años atrás. Me arrastra por el piso, sin soltar mi cuello hasta llevarme al sótano. Escucho y veo como abre la puerta de aquella habitación, me levanta del suelo de golpe y arroja por las escaleras para hacer que entrará al salón del terror, como lo llamo yo. Me levanto adolorida del suelo, para retroceder y poner distancia entre nosotros. Tenía miedo, sabía que algún día no saldría con vida de esta casa, que ha sido mi cárcel por once largos años. — Te enseñaré a respetarme Lauren — observo como comienza a quitarse el cinturón de su pantalón y en lo enrolla en su mano derecha. — Por favor, no lo hagas. No de nuevo, te lo suplico — me arrastro en mis rodillas para sujetar sus piernas y pedir misericordia. — ¡Cállate! — grita y me da una fuerte bofetada, lo cual hace que mi labio se reviente por el fuerte golpe. — ¡Por f...! — no puedo seguir hablando, debido a los golpes que recibo en mi vientre. Una, dos, tres, cuatro... Mi vientre recibe cuatro patadas, el dolor era intenso y difícil de soportar, pero no tanto como aquel día. Siento como me sujeta del cabello y acerca su rostro al mío. — Nunca debiste meterte con ese hombre, cuando sabías que toda tú me pertenecías — me escupe. — Te odio Dominik Russell, jamás fui y jamás seré tuya. Puedes manchar mi cuerpo como te plazca, sin embargo, jamás seré tuya — recibo otro de sus tantos golpes en mi rostro después de decir lo que dije. Sus golpes no eran lo único que odiaba, sino el hecho de que también hace con mi cuerpo lo que desea. Al principio siempre lucho lo más que puedo para no permitir que se salga con las suyas, no obstante, siento tanto dolor en mi cuerpo, que mis fuerzas se pierden, hasta el punto en que no puedo detenerlo. Él toma mi cuerpo, dejando una marca irreparable. Veo la pared que hay a mi lado derecho como si no tuviera vida, mientras él entra y sale de mí, sin dejar de tocar cada centímetro de mi cuerpo. Me siento asqueada por ser su juguete, por no tener el valor de escapar de este lugar. Solo quiero saber dónde está mi hijo, solo deseo encontrarlo y vivir feliz, lejos del gran mafioso Dominik Russell. — Espero que te haya quedado claro — dice antes de irse, dejándome encerrada en aquel oscuro y frío sótano. Cierro mis ojos y dejo que las lágrimas caigan por mi rostro en total silencio. Pienso en cómo se vería mi hijo, no sabía si aún existía o si Dominik lo había asesinado aquel día. Él es el fruto de mi amor por Harald Jensen. — Mi amado Harald, ven por mí — suplico en voz baja. Dirijo mi mirada por la pequeña ventana que había en el sótano, para admirar la oscura noche que se acerca. No sé cuánto tiempo permanezco en ese estado, estaba medio viva y medio muerta. Era un cuerpo vacío, perdí todo lo que amaba esa noche. Si tan solo hubiera tenido la fuerza para enfrentarlo, esto no hubiera pasado nunca. — ¿En dónde estarán? — me pregunto observando la aurora que se veía por aquella pequeña ventana. Unos segundos después vuelvo a cerrar mis ojos y me dejó vencer por el dolor que tenía. Solo deseaba que, al abrir los ojos, solo fuera una pesadilla y no mi maldita realidad. Me encontraba luchando por mi vida, esta vez ese horrible hombre me había golpeado, dejándome entre el borde la de vida y de la muerte. Estaba luchando... Luchando para encontrarme con mi gran amor y descubrir dónde estaba mi hijo, solamente quería volver a ellos, solamente quería verlos y ser feliz a su lado. La sirvienta de siempre entra al sótano para dejarme nada más que un pan viejo para comer. Llevaba más de cinco días encerrada, perdiendo la consciencia una y otra vez, sin probar un solo bocado, incluso sin levantarme del suelo desde el día en que me encerró. — Tenga — tira el pan en mi rostro —, deberías morir de una buena vez, jamás podrás salir de aquí — manifiesta. — Aún no — expreso. — Como sea, pronto morirás o eso es lo que le escuché mencionar al señor — se ríe. — Aún no — repito sin dejar de observar por aquella pequeña ventana. No presto atención de si se ha ido o de si seguía ahí, solo miraba por la ventana. Me imaginaba como hubiera sido mi vida, si ese día no hubiera ocurrido. No sabía qué hora era, ni que día era. Perdí la cuenta cuando iba en el día veinte. Él no ha dejado de venir, solamente viene para saciar su hambre y para golpearme hasta dejarme inconsciente. — El señor ha pedido tu presencia — expresa la sirvienta que siempre viene a verme. — ¿Para qué? — pregunté. — No lo sé, pero es mejor que vayas y no lo hagas enojar o volverá a lastimarte cómo hace siempre — menciono ella. — Bien — expreso. Camino tras ella hasta donde él estaba para ver qué es lo que quería de mí. Ella me lleva hasta el despacho de él, toca la puerta dos veces con suavidad y esperamos una respuesta de su parte. — Adelante — apenas escucho su voz, siento temor. Ambas entramos en silencio, sabía que debía ser lo más silenciosa posible. Ya que, él odiaba el ruido. — Señor, la señorita está aquí — manifiesta la sirvienta. — Bien, puedes retirarte — ordena sin observarnos. Ella sale del despacho con rapidez, pero en silencio. Mientras que yo me quedo en el mismo lugar, sin mencionar una palabra, sin hacer un solo ruido. — Me iré de viaje en dos días, estaré por fuera durante un buen tiempo. Obedecerás todo lo que lo Marlene te diga, ella te dará mis órdenes en su momento. Espero que seas una esposa obediente, cuando regrese quiero que estés preparada. Marlene te mencionará el día en que llegaré, quiero a mi esposa dispuesta para mí y me complazca en todo. ¿Entendido? — asiento tras su pregunta —, regresa a tu habitación y no salgas de allí — menciona regresando su mirada a la pila de papeles que había en su escritorio. Regresé a mi habitación, que parecía más una cárcel, que una habitación. Las ventanas estaban cerradas con enormes barrotes, no había forma de salir por allí. Apenas cruzo la puerta, la cierro y escucho como me encierran bajo llave. — Solos los días — murmuro viendo la aurora. No pude dormir durante toda la noche, no podía dejar de pensar en mi tormentosa vida. Una vida que únicamente ha consistido en muerte, dolor, violencia y odio. Eso era en lo que consistía mi vida, mi tormentosa vida. Durante toda la noche, solo me dediqué en admirar la hermosa aurora. Sus colores me parecían hermosos. Me generaba mucha tranquilidad, era como si me manifestase todas las noches que no me abandonaría. — Harald, mi amor... ¿Dónde estás? — me pregunto sin dejar de contemplar la aurora. Al día siguiente, hago todo lo que él me pide, debía irse ese día, ya que hubo problemas con una carga. Pero, él no quiso irse, sin probar mi cuerpo una vez más. Esta vez juré que sería la última vez, que me observaría y me tocaría. Antes de que se fuera, le pedí permiso para comer algo más nutritivo hecho por mí misma. Le mentí declarándole que necesitaría recuperar fuerzas, para poder complacerlo una vez que llegará. Al ver que me estaba “entregando” a él, aceptó de inmediato.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.9K
bc

La embarazada sacrificada

read
3.2K
bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.7K
bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
25.7K
bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
53.8K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.7M

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook