Hace siete meses que trabajó para Hades cuando me dije que mandaría al carajo todo lo que he hecho, pero honestamente el trabajo es mejor que estar sirviendo café y mendigando por unos cuantos dólares extra.
Así estoy bien.
Termino de digitalizar las reglas que Hades me pidió hace un par de horas, se las mando por correo y espero un par de minutos hasta que me manda la misma palabra cuando ya las reviso.
Sonrío antes de seguir digitalizando lo que sigue a eso.
El teléfono de al lado manda una lucecita verde que me indica que mi jefe quiere verme y que más me vale ir.
Me levanto de la silla en la que las nalgas no me duelen a pesar de que pasó varias horas al día sentada en ellas, aunque no todos los días lo hago. A veces no tengo que sentarme en esa silla por horas y en otros…
Cansado pero vale la pena.
Entro en la oficina para verlo con un café en su mano mientras sus ojos están fijos en la pantalla de su computadora.
—¿Me llamaste?
—Necesito qué me hagas el favor de llamarle a mi madre y le digas que no iré a su fiesta navideña.
Tenía diciéndole que sí tres meses, su madre se decepcionará si no asiste.
—Hades…
—Te acabo de dar una orden, Robinson.
Asiento antes de salir y dejarlo en la oficina, avanzo hasta mi escritorio y tomo el teléfono para marcarle a su madre, la pobre mujer tiene meses sin ver a Hades ya ahora le diré que su hijo no quiere verla en navidad.
—¿Si?
—Hola, soy la secretaria de Hades y…
—No vendrá—afirma y como no digo nada ella suspira—. Ya estoy acostumbrada. Gracias, Bryce.
La mujer me cuelga la línea y yo dejo el teléfono en su lugar. Miro a la oficina de Peter que se fue hace una semana a dónde su madre está y sólo faltaba que Hades se fuera en tres días.
En unas tres semanas se acabará el año y eso es lo malo con Hades, sólo pensaba regresarse después de navidad y seguir trabajando.
Genial.
No. No puede quedarse aquí mientras su madre se preocupa por ver a su hijo mayor en su navidad en familia, sé que lo que haré arruinara mis vacaciones navideñas pero no me interesa.
Abro la puerta para pelear con él.
—¡Ya le rompiste el corazón a tu madre!—me quejo con mal humor—¡Ya estarás contento!
—No es asunto tuyo—se acomoda en su silla para verme sin una pizca de disculpa—. Y vete que estoy trabajando.
Me acerco y cierro su computadora molesta por su actitud. Su mamá le dio la vida y quiere verlo para navidad. No es tan difícil.
—Bryce.
—Sólo ve y finge que te importa.
—Me importa una mierda lo que sienta—me dice frío—. Y no debes meterte en mi vida, Bryce.
Bien.
Así quiere jugar.
Tengo una idea y no me dirá que no porque no le diré nada.
—Bien.
Me doy la vuelta para salirme sin que me detenga y no lo hace, tomo el teléfono y marco a su mansión. Pido que me alisten una maleta con trajes para el frío y ropa de ese tipo. Que Hades pasará vacaciones con sus padres, se les hace extraño pero no dicen nada.
Les digo que pasaré a recogerla en una hora. Arregló todo para que podamos ir a dónde se supone que tenía que ir.
Arregló todo para que al final del día nos vayamos en auto a dónde debe irse, son menos horas en avión pero en vista de que no quiere ir no tiene porqué saber a dónde vamos.
—Hades.
—¿Qué?
—Tengo algo que hacer en una hora, ¿Puedo ir?
Levanta la cabeza y asiente.
Le doy una sonrisa pero antes de cerrar la puerta me pide que le mande los documentos del archivo que teníamos guardado.
Paso todos los archivos y es cuando me voy a recoger esa maleta.
También necesitaré uno de sus auto, tiene como cuatro y a pesar de que tengo poco tiempo trabajando para él sé que tiene muchos autos de distintos modelos y el que más le gusta es el Cadillac rojo cereza que guarda en su mansión donde vive solo.
Llegó a su hogar y le sonrío a sus empleados, ellos ya me conocen así que no me dicen nada cuando camino al garaje para ver qué auto me puedo llevar.
—Hola Bryce—saluda la voz de Connor.
—Hola. Vengo por un auto de Hades.
—¿Se descompuso el Jaguar?
El vehículo que se llevó hoy al trabajo, niego despacio a lo que me dice.
—No. Lo qué sucede es que me llevaré a Hades a Huron.
Se sorprende de eso antes de señalar la camioneta Jeep que hay en el garaje.
Es negra y con unas buenas llantas que aguantarán pasar por un lugar con nieve. Agradezco y tomo las llaves de la camioneta, le doy un beso a Connor antes de subir la maleta de Hades.
—¿Entonces no iremos por ese café en tu día oficial de vacaciones?
—Lo siento… llevaré a Hades.
Subo al auto y lo enciendo para irme a mi departamento y alistar una maleta pequeña para mí.
Tal vez me quedé unos días en un lugar y disfrute de algunas de mis vacaciones para después volver por el señor Tempano.
Al llegar a mi departamento mi hermana ya está sentada en el sillón después de haber pasado un día largo de trabajo.
Ema está en trámites de divorcio porque no puede tener hijos y su marido idiota le fue infiel y con la otra si logró el embarazo. Por eso mi hermana ya no le hace falta en ese matrimonio con el que mi hermana terminó en mi departamento conmigo.
Aunque es de las dos porque es el que mi padre compró antes de comprar la casa en la que vivía con mamá.
Ahora no vive nadie en ella, nadie que sea familia porque decidimos rentarla por unos mil dólares al mes. Mitad y mitad para mí y para Ema.
Que era lo que me ayudaba a mantenerme un poco en esos meses tan extremos.
—¿Te importa si tienes el departamento para ti sola?
Deja el tazón de fruta con yogurt para verme extrañada de esa pregunta.
—¿A dónde vas?
—Llevaré a Hades a Huron.
—¿Tú por qué?
—No quiere ir y su madre parecía triste de que no fuera.
—Bryce…
—Y quiero llegar a un lugar donde venden donas de azúcar con chocolate.
Rueda los ojos por la comida que es mi motivación, pero sabe que ella es peor cuando se trata de comida.
—Bien. Por favor, cuídate.
—Sí. ¿Me ayudas a alistar mi ropa?—asiente con una enorme sonrisa.
Se levanta con un ánimo que no le había visto en semanas, va a mi cuarto y saca algunos cambios que yo tenía hasta el fondo de mi ropero.
Son babydolls que compre cuando tenía novio y algunos de ellos por no decir la mayoría, no los use porque me tenían en abstinencia, pero con otras si había…
Ema empaca mi maleta con varias cosas que servirían para calentar hasta un cubo de hielo, y también hecha ropa para el frío, maquillaje y un buen de cosas que me servirán para dos semanas de las tres que tengo de vacaciones. Me desea buen viaje y me dice que disfrute de mis años de libertad.
Agradezco antes de bajar con las tres maletas que llenó, las subo a la camioneta y tomo rumbo al trabajo que tengo que hacer varias cosas para que el Tempano suba a esta camioneta sin renegar y para eso necesito de Ema. Me la llevo en la camioneta para que ella regrese el jaguar a su casa.
Al llegar al edificio me bajo para caminar al ascensor y que me lleve varios pisos arriba, espero una media hora hasta que me dejan pasar a mi lugar de trabajo. Tocó la puerta de la oficina y cómo nadie me deja pasar yo entro para tomar las llaves del auto que maneja el día de hoy.
Saco sus llaves de auto y meto las mías del departamento. Con las llaves del jaguar salgo y cierro como si no hubiera estado ahí.
Bajo de nuevo en el ascensor y le doy las llaves a mi hermana que me mira emocionada por conducir un vehículo caro que no se repetirá de nuevo.
Regreso al edificio cuando Hades entra con una rubia de buen cuerpo, ambos parecen amigos, pero sé de sobra que la chica quiere algo más con mi jefe.
Los tres entramos en el ascensor y me quedó en un rincón de la caja metálica sin prestar atención a su conversación.
—¿Me llevarás a Italia, mon amour?
El asiento francés le queda horrendo.
Yo habló ese idioma y se escucha horrendo de quién no lo hace, bueno en realidad habló tres idiomas. Mamá francesa, mi padre mexicano y con los años vividos aquí, son tres.
—Chienne.
Eso hace que Tempano se de la vuelta para verme sorprendido de lo que dije.
—¿Qué dijiste, Robinson?—me encojo de hombros.
—No dije nada, Clarke.
Las puertas del ascensor se abren y soy la primera en salir porque el teléfono de mi lugar está sonando, rápidamente contesto y digo lo que siempre digo al responder una llamada a Hades.
—Por supuesto, sí. Ajá… gracias… si el vuelo se cancela. Gracias.
Cuelgo para volver a descolgar y llamar al número de servicio del lugar.
—Necesito que por favor suban el paquete que… Gracias.
Cuelgo y tomo asiento para mandar los correos que ya tenía listos en borradores, los mano y espero las respuestas para la fiesta de gala que hará Hades para dentro de dos meses.
—Tienes las confirmaciones de tus padres y de los señores Edwars para la fiesta y dice el médico que no se te olvide tu revisión entrando el año.
—Encárgate de la fe…
—Treinta de enero a las tres consultorio tres.
Asiente antes de meterse en la oficina con la rubia.
Y faltan tres horas para irnos a Huron.