Que emoción. Pronto avanzaremos en la relación de estos dos pero aclaro que no sé cuántos capítulos tendrá la novela pero sí que Hades y Sara se aman con todo el corazón y estoy pensando en un cambio de nombre para la protagonista. Gracias.
Feliz lectura…
Bajo con Hades en silencio pero con una sonrisa adornando mis labios, es increíble que vaya a manejar tantos kilómetros solo para ver a Hades con su familia.
Soy increíble.
Salimos del ascensor y caminamos a la salida del edificio al que no veré por un buen tiempo.
Lo sigo al estacionamiento fingiendo que me esperan, pero en realidad lo que hago es buscar su camioneta.
La ve y se detiene mientras sigo caminando a ella, escucho que se toquetear buscando sus llaves. Que triste que no las encontrará.
—¿Me explicas qué mierda hace mi vehículo aquí?
—Iremos de viaje.
—¿Iremos?—dice con burla—. Robinson, me atraes pero no es para que quiera irme de viaje contigo.
Mis mejillas se tiñen de rojo cuando dice eso.
—A no ser que sea un viaje en el que estés dispuesta a dejarme entrar y hacer unas cosas más con tu cuerpo.
Mierda.
Mi cuerpo no puede ser tan traicionero para apreciar esa idea de tenerlo adentro mientras estoy recargada en un espejo.
Niego despacio.
Se acerca más de lo debido y con su nariz roza mi piel haciéndome estremecer.
—¿A qué sabrá tu piel?—hago puños mis manos—. Tengo ganas de probar el sabor de tu excitación.
—Hades…
—No me retes a hacerlo—se separa de mí y no había notado hasta ese momento que la reparación en hace falta—. Y deja tus juegos que iré a casa.
—A casa de tus padres.
Me aleja e intenta abrir la puerta pero son las llaves de mi casa así que no puede y se queja cuando ve que las llaves no son las de él, me acerco y abro la puerta para subirme yo.
Cierro con seguro al estar arriba, inserto la llave y sonrío para bajar la ventanilla.
—Está abierta la puerta.
Maldice antes de dar la vuelta y subir al lado de copiloto, enciende el motor de la camioneta y nos llevo a otro lugar que nos llevará a Huron.
—Estás conciente que tal vez la nieve cierre varios caminos para llegar, ¿No?
—Llegaremos y te dejaré y pasaré a recogerte dos semanas después.
No creo que sea tan difícil.
///
La nieve comienza a caer y Hades no pierde la oportunidad de decirme que la nieve evitará que lleguemos a la ciudad de Huron antes del atardecer.
Estacionó en un lado del camino para ver qué tiene razón, la nieve no me permitirá avanzar hasta Huron. Tragó saliva al ver qué el camino está algo tapado y que necesito llegar a un lugar con civilización.
—¿Sin opciones, Robinson?—ladeó los labios convencido de esto.
—Hades… creí que no había tanta nieve—bajo la vista.
Creo que existe el dar la vuelta y llegar a un lugar donde podamos pasar la noche para después irnos a un aeropuerto o terminar de conducir por un largo tiempo.
—Bien. Por tu rostro deduzco que no tenemos opciones—saca su teléfono de su bolsillo y marca un número al que no tengo idea de cuál—. Hola, Sacha. Oye estoy como a tres kilómetros del pueblo, ¿crees que puedas venir por mí?
Parpadeo sorprendida varias veces y más porque cuelga el teléfono con una sonrisa en el rostro.
—Sacha vendrá por nosotros y no hay forma de regresar por la nieve. No pienso quedarme a mitad de la nada porque no se puede mover la camioneta.
<<Así que nos quedaremos en el pueblo hasta que podamos movernos.
—Pero…
—Sacha tiene una cabaña donde podemos quedarnos—avisa sin burla—. Para la otra que me arrastres a una aventura, asegúrate que sepas a dónde vas que el camino a Huron era por la estatal y tomaste otro rumbo.
Me hago pequeña en el asiento del conductor y después de unos minutos, una camioneta con una pala avanza hacia nosotros y siento que moriré en mi lugar.
Hades se baja sin importar el frío y saluda al conductor con un solo gesto, el hombre baja del vehículo y le da un abrazo a Sacha. Ambos intercambian un par de palabras antes de que ambos se vayan a la camioneta da Sacha.
Me va a dejar aquí, para que yo me regrese sola. Pero dijo que nos daría hospedaje a los dos, bajo la vista triste y enciendo la camioneta para irme yendo a la carretera. Estoy por darle marcha cuando Hades sube al auto.
—Síguelo.
Asiento y espero a que de vuelta en el camino. Lo hace para después seguir la camioneta con la pala frente a él. Lo sigo mientras siento que hice mal en traer a Hades contra su voluntad y en venir así.
Dejo de pensar y solo me concentro en manejar detrás de Sacha. Siento algunas lágrimas bajar por mi mejilla, pero es que se siente horrible saber que quisiste hacer algo bueno por una persona y saliste perjudicado.
El tal Sacha nos lleva a un lugar alejado del pueblo hasta que estaciona con cuidado en una cabaña que hay en el lugar. Hades se baja de la camioneta y saluda a Sacha como debe esta vez.
Tragó saliva antes de ver a Hades acercarse y pedirme que abra la cajuela. Lo hago y entre él y el rubio bajan las cosas para poder llevarlas al interior de la cabaña.
Me bajo de la camioneta para ayudarles con una de mis maletas porque son tres y más las dos que hicieron para Hades.
Muchas maletas.
—La cabaña tiene todo lo que necesitan—dice Sacha mientras enciende la luz—. No es muy grande como las que acostumbra Hades, pero tiene lo básico, y calefacción. Estarán seguros, no hay osos en la zona y tampoco mapaches.
—Gracias Sacha—dice Haces.
—No me agradezcas, hace seis años que no te veía—no es el único sin verlo—. En la aldea hay lo que necesiten, café, un supermercado…
—¿Hay señal?—pregunto sin detenerlo.
—Claro, sólo que tengan cuidado cuando esté nevando. Se va la luz… bueno, ya sabes cómo es Hades.
—Gracias de nuevo, Sacha.
Nos sonríe y se encamina a la puerta después de darle las llaves a Hades.
—Hades, sería genial que fueras a jugar billar conmigo y los muchachos—Hades asiente distante.
—Dime que todavía vende cerveza, el viejo Doson.
—Siempre.
Sacha sale de la cabaña y Hades suspira antes de subir a la planta alta de la cabaña. Es como esas cabañas para ricos en los que hay una salita cómoda y varias cosas básicas para pasarla bien.
Saco mi teléfono para ver qué tengo una rayita de señal y con ese le mando un mensaje a Ema para que sepa que no la veré en al menos cuatro semanas hasta que la nieve se quite.
Hades baja por sus maletas y las lleva a la planta alta, suspiró antes de hacer lo mismo. Me sorprendo de que haya una sola cama. Es bastante grande para los dos pero…
—Creo que puedo dormir en la sala—digo con calmada.
—No. Dormiremos aquí gracias a ti—dice seco—. Y agradece que estábamos en una zona que conocía.
—Hades, yo…
—Agradece que no te despediré al regresar—se queja.
Asiento despacio.
Bajo las escaleras y voy a ver si encuentro algo que hacer para no ver a Hades de malas que ya suficiente es aguantarlo en el trabajo.
Veo el mensaje de Ema y me dice que tampoco me sorprenda si encuentro fluidos corporales en su cama al volver.
Lo dice por fastidiar que todavía tiene el corazón roto por lo que sucedió con el idiota de su ex. Regreso arriba para ver a Hades cambiado con algo para dormir y no el costoso traje que tenía puesto.
Tomo de mi maleta un cambio y algo para abrigarme bien en lo que voy al pueblo por algo para cenar y de ahí dormir hasta que pierda el sentido. Cómo el camino está limpio por la pala que se utilizó para limpiar el camino.
Voy por las llaves y salgo para usar la camioneta, manejo unos diez minutos hasta que llegó al súper y bajo para comprar lo que necesito.
Compró muchas cosas para poder comer, y también para el aseo personal, regreso al auto y manejo de regreso a la cabaña.
Acomodo todo en las repisas que hay aquí adentro y al subir Hades ya está dormido. Ladeó mis labios antes de acostarme a su lado pero viendo al lado contrario.
Mañana será un largo día.
///
Despierto sintiendo un cuerpo abrazando el mío, no es incómodo pero sé que es Hades. Así que lo alejó un poco antes de incorporarme despacio, bajo para preparar el desayuno.
Me siento mal por no intentar hacerle esto a Hades así que hago el desayuno para dos.
Una vez tengo todo listo me sirvo y también la taza de café a la que no tendré quejas en tomar.
Hades baja y toma el desayuno para llevárselo arriba e ignorarme sin decirme algo que valga la pena. Eso me hace sentir mal, se supone que estamos metidos en esto… por mi culpa.
No debí meterme en su vida.
Era cosa de él, pero creo que me sentí mal por no tener a mis padres para una cena de navidad y él todavía los tiene. Creo que debería renunciarle, después de todo, puedo conseguir otro trabajo, ya tengo algunos meses de experiencia y… también podría ir a rentar a otro lado en lo que estoy aquí.
Es mejor para ambos.
Me levanto del banco en el que estoy y subo para decirle mi decisión a Hades. Lo encuentro comiendo y viendo una serie que hace mucho no veía. Bueno. Me quedé a medias de verla completa.
—Hades.
—¿Qué quieres, Robinson?
—Emm… ya no voy a trabajar para ti al volver—sigue comiendo—. Y… también voy a mudarme de la cabaña.
Eso sí lo hace girar a verme.
—Vi una casa de asistencia a unos minutos… y, bueno…
—No te vas a ir.
—Hades…
—Estaremos en esta cabaña un par de días hasta que le reinstalen los servicios a la mía.
<<En esa cabaña tendrás tu habitación y así no tendremos que vernos las caras si no quieres, por el momento quiero terminar de comer. Luego vemos lo de tu renuncia.
Lo odio.