—Me lleva el carajo.
Al final apenas pude dormir, terminé entrando al baño y me quité la arena, en serio, esa cosa se te pega en todas partes, no volveré a sentarme desnudo en la playa.
Me puse ropa limpia y me senté a esperar que los demás se despertaran, miré mi reloj y apenas eran las cinco de la mañana, suspiré y me levanté para acomodar mi ropa sucia en la maleta, en eso vi un juego de hojas en blanco en una de las estanterías. Recordé lo que dijo Atem sobre la carta y pensé que podría intentarlo.
—Luego se las repondré—dije tomando una hoja, un tintero y una pluma para escribir, no era muy bueno con esa cosa pero no creo que haya problema si es una carta que ninguna persona viva leería.
Me senté en la mesa y me puse a pensar en lo que quería escribir.
—'Querida Sam' —comencé—. 'Ha pasado mucho tiempo ¿Todo bien?'...¿Todo bien? ¿Soy estúpido? —gruñí tachando las palabras— 'Sam yo…'—me rasqué la cabeza desesperado—. 'Lo siento, soy el peor esposo del mundo, soy un cobarde, un inútil y un estúpido. Todo lo que pasó fue mi culpa, debí morir en tu lugar, pero soy tan patético que no hice nada para protegerte, no merezco tu perdón, merecías algo mejor que yo'—las lágrimas comenzaron a caer—'...y ahora te estoy engañando con un chico, no sé si es que estoy confundiendo mis sentimientos o qué me pasa, te juro que no quiero olvidarte, pero cuando pienso en Atem…me siento feliz, como si ese tiempo en el sótano no hubiera existido…'—me limpié las lágrimas y respiré profundo— '¿Estoy haciendo algo mal? ¿Qué debo hacer? ¿Será que puedo amarte…y querer a Atem?'
No pude seguir escribiendo, mi corazón me estaba apretando el pecho y sólo quería llorar ¿Estoy confundiendo mis sentimientos? ¿Realmente me gusta Atem?
Me levanté y fui a la cocina a buscar un encendedor o algo para encender fuego, encontré unos cerillos, así que los tomé y salí de la casa.
Se podía ver como poco a poco la oscuridad de la noche se estaba disipando, así que caminé por el muelle hasta llegar a la playa y cuando estuve seguro que no había peligro encendí el fuego.
—Sam, espero que recibas esta carta…sé que lo que escribí no tiene sentido…por favor…perdóname—susurré mientras poco a poco la carta se iba quemando.
Solté la carta y vi la carta arder, no tengo idea si está bien como lo hice pero sentí que debía escribir algo y confesar mis sentimientos.
Mientras miraba la carta arder, noté que alguien salía del bosque y caminaba hacia mí.
—¿Risha? —pregunté al reconocer a la chica, pero se me paró el corazón cuando vi su ropa manchada de sangre— ¡Risha! ¡¿Qué te pasó?!
—Ah, fui de caza para reunir ingredientes para mis pociones—explicó como si nada—, luego me dio sueño y me eché a dormir en el bosque.
—Eso es peligroso—me quejé tratando de ocultar las cenizas de la carta.
—Me gusta más dormir al aire libre—aseguró—, además tengo que darles de comer a Baltazar y a los demás, como comen carroña la gente suele sentirse asqueada así que suelo alejarme para que coman tranquilamente.
—¿Hay más cuervos? —pregunté curioso.
—Claro, unos 150 actualmente pero no pueden venir todos conmigo, así que algunos están preparando todo para el invierno, otros cuidan de las crías y unos veinte están en el bosque siguiéndome—explicó—. Baltazar es el líder así que cuando él les avisa, todos vienen a mi lado.
—Entiendo, pero estás llena de sangre que pensé que te habías lastimado—expliqué—, ¿Tienes otra ropa para cambiarte?
—Mmmmmm no, aquí no—respondió con calma—, no importa, me bañaré con ella y me secará sola.
Esta chica realmente es un caso.
—Tengo ropa extra si gustas—sugerí.
—...Oye ¿Por qué eres tan amable? —me preguntó tan directamente que me sorprendió.
—B-bueno…yo…no me gustaría que te enfermaras, no creo que seas mala persona y…es educación, ya sabes…buenos modales—tartamudeé—, rayos no sé qué decir, pero yo…
De pronto ella rio divertida.
—Eres gracioso—dijo—, pero entiendo tus intenciones, ¿Sabes? Atem, tú y los demás son de los pocos que no huyen de mí, ¿Puedo hacer algo por ti?
—No lo hago para que me devuelvas el favor—aseguré.
—Lo sé, pero los cuervos agradecen cuando los tratas bien—explicó antes de arrodillarse y mirar entre las grietas del puente—, así me enseñó mi Maestra—luego me miró—, ¿Quieres que te construya una caja de frío como me pediste?
—Ah, sí ahora que lo recuerdo, dijiste que sabías construirlas.
—¿Me dejas hacerte una? Hoy no quiero ir a combatir así que te la haré—dijo mientras se escuchaba el ascensor, por lo que Atem o los demás debían estar saliendo.
—Espera ¿No vas a venir?
—Me da flojera, puedo cuidar a tu hijo si quieres.
—No te preocupes, irá a la guardería a jugar con sus amigos—sonreí.
—Buenos días—saludaron Atem y los demás.
Risha dijo que no iba a ir a la misión porque le daba flojera pero nadie pareció sorprenderse, mientras llevaba a Sora a la guardería, Atem me contó que Risha realmente no estaba en ningún grupo porque una vez que dejaba de interesarse en las misiones la dejaba de lado o simplemente hacía otra cosa.
—¿Tía Richa se burre mucho? —preguntó Sora.
—Risha es…un poco inestable pero te aseguro que si la tratas bien nunca te traicionará—le contó Atem—, a veces habla de más, pero te protegerá del peligro sin dudar ¿Te agrada Risha, Sora?
—Chi, tía Richa dice cosas gaciosas— respondió divertido—, tambén baila y salta mucho, y Balti es savechito.
—Jaja me alegra escuchar eso—rio Atem—, por cierto, parece que ya estás hablando bastante, me alegra.
Sora se puso rojo y desvió la mirada, se veía tan lindo así.
—Quero habla más para habla con papá y amigos—respondió tímidamente.
—Pues has hecho un buen trabajo, te felicito—sonrió antes de sacar algo de su bolso—, y como premio por tu esfuerzo, te daré este libro, es para que conozcas a los animales de la isla, cuando lo termines quiero que le cuentes a tu padre todas las cosas que hayas leído.
—¡Gacias, papá gato! —exclamó antes de abrazarlo, luego se despidió de mí y fue corriendo a la guardería.
—¿No es el niño más lindo del mundo? —pregunté muy contento, Atem se puso rojo pero su cola se movía de un lado a otro muy contento.
Escuché un pequeño “Si” antes de que se diera la vuelta y nos fuéramos rápidamente.
____
Dejamos a Risha armando mi caja de frío y luego de reunirnos con los hermanos Leviatán nos dirigimos hacia lo profundo del bosque.
—Oye Atem, parece que he mejorado mis estadísticas—dije leyendo mi información.
—Claro, usaste tu magia todo el día y estuvimos expuestos en un lugar público, eso mejora tus habilidades—explicó mientras los demás avanzaban por el camino boscoso.
—Entonces ¿Es cierto que el sexo aumenta tus habilidades? —pregunté para mí mismo— ¿Incluso exponerse?
—Si—rio Atem—, de hecho podrías subir tus talentos con esta caminata.
—¿Mn? ¿Cómo?
Atem sonrió y me tomó de la mano.
—Chicos, denos un momento, tengo que ir al baño—dijo antes de arrastrarme contra los árboles.
—¡¿Qué haces?! —pregunté asustado pero me tapó la boca antes de mirar detrás de los árboles para estar seguros de que no nos veían, pero de pronto comenzó a bajarme los pantalones y la ropa interior, me quitó los zapatos y me lo quitó todo dejándome expuesto—, ¡Atem!
—Calma—dijo antes de guardar mi ropa interior en su bolsillo y subirme los pantalones—, comencemos con esto.
—A-Atem, n-no puedo salir así—susurré avergonzado.
—Claro que sí, eso te ayudará a subir de nivel—dijo tranquilamente antes de salir del escondite y seguir a los demás como si nada.
…¡¿Pero será pervertido?!
Salí detrás de él luchando por fingir que todo estaba bien pero el roce de mis pantalones comenzó a darme pánico.
¿Y sí me descubrían? ¿Y si tenía una erección en plena batalla? ¡Ayyyy! ¡Maldito gato pervertido!
___
(Pv Atem)
Jajajajaja se ve tan lindo con esa cara de vergüenza mientras escuchaba cómo me insultaba entre susurros, pero aunque estuviera totalmente nervioso, podía oler cómo poco a poco su cuerpo se excitaba ante la idea de ser descubierto.
—Es aquí.
Lern se detuvo cuando llegamos a un risco y pudimos ver al otro lado una enorme cueva que tenía una reja y una puerta de madera que en invierno cerraba el acceso a la misma, y se podía ver una caja de color n***o y bordes blancos, debía medir más o menos un metro de largo tirada entre ambas.
—Bajemos—dije cargando a Daniel para bajar por el risco de un salto.
Héctor se quitó los pantalones y la camisa antes de transformarse en un oso, Maya se trepó a él junto con Hel y bajaron rápidamente mientras los hermanos Leviatán bajaban por su cuenta.
Al llegar, dejé a Dan en el suelo y caminamos hacia la entrada, la caja tenía una serie de círculos mágicos que parecían impedir que algo saliera del interior.
—No me gusta esta cosa—dije preocupado mientras los demás llegaban.
—Son tan pesadas que ni cuatro de nuestros guerreros pudieron moverla—explicó Lern.
—Tampoco los hechizos de viento o de tierra las mueven, y esta es la más cercana a la puerta—explicó Asmodeus.
—Estoy segura que he visto una caja similar antes—dijo Hel extrañada—, pero no logro recordar dónde.
—¿Y tú Peu? —le preguntó Maya a la pequeña gelatina con ojos y boca colmilluda que se movía en el hombro de la pelirroja.
—Es extraño, también estoy seguro que la he visto, pero es como si mis recuerdos estuvieran bloqueados—explicó Peu.
—Mmmm ¿Tal vez mi brazalete diga algo? —sugirió Dan acercándose a la caja.
Dio varias vueltas alrededor pero su expresión no mostraba ningún avance.
—¿Intentamos moverla para estar seguros? —sugirió Hel—, Peu, armadura reforzada, 90%
—No creo que eso ayude, pero adelante—dijo antes de cubrir el cuerpo de la chica y convertirse en una enorme armadura negra que cubría todo su cuerpo.
—Yo también intentaré moverla—dijo Héctor poniéndose a dos patas.
—Mmmm ¿y si le ponemos una base debajo y la movemos? —sugirió Maya.
—¿Te refieres a mover la tierra de abajo en vez de la caja? —pregunté mientras Dan seguía revisando la caja.
—No veo otra forma de moverla si es tan pesada como para sacarla de aquí—explicó—, sería complicado poner troncos debajo para moverla poco a poco.
—¿Con troncos? —preguntó Lern.
—Si, se colocan troncos debajo y a medida que se va moviendo el objeto se quitan los troncos desocupados y se acomodan debajo para que sigan moviéndose—explicó Maya.
—¿Mn? Oigan, mi brazalete detectó este círculo mágico—dijo Daniel señalando el que estaba en la tapa.
Todos nos acercamos rápidamente a ver pero no entendí el idioma.
—No entiendo eso—dijo Lern.
—Está en inglés—dijo Maya.
—Aquí dice que este círculo sirve para bloquear los ataques mágicos del exterior—explicó—, según las letras, ninguna magia elemental, de luz o de oscuridad le hará daño.
—Mmmm ¿Tal vez tenga un tesoro adentro? —sugirió Asmadeus.
—No lo creo, les dijeron que había algo peligroso dentro ¿No? —les recordé.
Daniel se levantó y trató de investigar los demás círculos, mientras tanto, Héctor y Hel trataron de mover la caja, pero no se movió ni un centímetro.
—¡Mierda! ¡Esto pesa un huevo!
—No lo entiendo, con esta armadura puedo levantar hasta 20 veces mi peso—dijo Hel sorprendida.
—¡Chicos! ¡Este sello dice algo del peso! —exclamó Dan emocionado y nos acercamos a ver—, dice que multiplica el peso y fuerza de la persona que trata de moverla, tal vez si quitamos el círculo podamos moverla.
—Tal vez, pero ¿Alguien sabe cómo hacer círculos mágicos o eliminarlos? —pregunté a lo que todos negaron.
—Yo sé cómo crearlos, pero todavía no sé como eliminarlos—se quejó Asmadeus.
Daniel acercó su mano al círculo, como si tratara de inspeccionarlo mejor. Pero este comenzó a brillar al igual que el resto, lo que nos hizo gritar de miedo.
—¡¿Qué coño?! —gritaron Maya y Héctor.
—¿Eh? …¡Espera! ¡Ya sé qué es! —gritó Hel
No hubo tiempo para decir nada, ya que la caja comenzó a sacudirse cuando los círculos comenzaron a desaparecer. La caja salió fuera de la cueva, golpeando el risco y de pronto la caja se rompió como si nada.
—S-se…—Daniel trató de decir algo pero el cielo se oscureció rápidamente, los rayos y truenos resonaron por los alrededores haciéndonos retroceder.
Un rayo cayó sobre los restos de la caja y se encendió en llamas, pero estas eran de un color azul oscuro intenso.
Y entonces, las llamas comenzaron a cambiar de forma, tomando poco a poco la apariencia de un ¿Hombre?
—¿Q-qué coño? —preguntó Maya antes de que Lern le tapara los ojos y Peu hacía lo mismo con Hel—, ¡Hey! ¡Déjame ver!
—Mejor te ahorro el mal trago—aseguró Lern.
—¡Peu! ¡Necesito ver eso para estar segura! —exclamó Hel.
—¿Segura de qué? —preguntó Peu.
—¡De que es un Rey Demonio!
…Oh Mierda.