Puede que si hubiese estado a solas ese sábado por la noche habría sido de helado de fresa y llanto desenfrenado. Etienne estaba desaparecido sin avisar a dónde fue, por lo que la ración de helado seria el doble. No obstante, benditos fueran mis papás. Ellos no hablaron más del tema y me consintieron como cuando era niña. Papá hizo pizza casera, mamá hizo churros con Nutella y yo me dedique a comer y a pasar esa navidad que no habíamos podido pasar juntos a nuestro modo. El domingo también fue similar comimos, charlamos, paseamos un poco por el centro comercial, y ya en la noche tomaron un taxi para el aeropuerto. Yo les acompañe en el taxi y aunque gaste un viaje innecesario en sentido práctico, en el sentido del corazón no lo era. Ese domingo llegue a mi departamento por la noche con e

