Hoy era un buen día para vivir, eso me dije y me repetí en toda mi jornada laboral. Lo tarareaba de camino al trabajo en bus, lo repetía sentada en mi escritorio, lo sentía en mi almuerzo en la cafetería empresarial, y mucho más cuando llegó la hora de salida. Ayer Etienne me confesó sus sentimientos, que quería más que sexo por mi parte y yo estaba gustosa de entregárselo. Nadie diría que sería algo sencillo y un camino sin baches pero una vez el entusiasmo llegaba a mí, costaba que muriese. Yo era una mujer acostumbrada a batallar por lo que quería, y veía esta oportunidad con Etienne como un nuevo desafío. Por eso cuando me meto en el metro de camino a la universidad donde trabaja, estoy dispuesta a darle una sorpresa que no olvidará. Etienne está de cumpleaños, cumple 26 años, y como

