bc

Rosé. Volver a amar

book_age16+
433
FOLLOW
3.2K
READ
billionaire
revenge
love-triangle
HE
powerful
drama
bxg
city
secrets
like
intro-logo
Blurb

Muchas personas no creen en el amor a primera vista. Sin embargo, así empezó mi vida amorosa, me enamoré del hombre de quien no debía enamorarme, y cuando lo vi aquel día, a ese hombre, quien era dueño de una sonrisa cautivadora, mirada de ángel y presencia arrolladora, solo pensé, "que guapo es" y así sin más, sin ningún esfuerzo, él tuvo mi corazón en sus manos, pero cuando el amor desata las pasiones más grandes, el destino dice, "yo soy quien decide"

Así fué como mi ilusión acabado de empezar, también tuviera su rápido final, él y mi hermana hicieron añico mi sueño de amor.

Me había enamorado de Sebastián Caicedo en el mísmo momento en que nuestras miradas se habían cruzado, pero ese amor solo era de mi dirección, había pensado que ese sentimiento era mutuo hasta el día de su compromiso.

Cuando lo vi entrar por la puerta de la mansión donde vivía con mi abuelo, mi mundo se cayó en pedazos.

Él venía acompañado de mi hermana Vanesa, ellos estaban comprometidos a casarse y yo tuve que ver con dolor como el hombre que amaba estaba celebrando su propio compromiso de bodas con alguien que no era yo.

Ese mismo día también conocí al hombre que llegaría a ser mi esposo, así como el hombre más importante de mi existencia, llegaría a amarlo a tal grado que sufriría al tener que luchar por ganarme su amor.

Por que pelearía incluso contra él mismo para hacer que se enamorara otra vez de mi, para volver a Amar.

chap-preview
Free preview
El día que lo conocí
Mi nombre es Rosé Amery, tengo 22 años, oriunda de la ciudad de Milton, Ontario, Canadá. Bueno mi familia tiene una gran extensión de tierras productivas en Milton, Ontario y fue allí mismo donde nací, aunque cuando vivía mis padres residíamos en Nueva York, regresé a la Ciudad de Milton solo para huír del ojo público. Regularmente no salgo a viajes, pero hoy estoy de paseo en compañía de mi única amiga por nombre Aldana Caicedo, ella es la persona más amable que conozco en toda mi vida. —Rosé, ven conmigo, conozca a mi tío Sebastián —me llama Aldana. —¡No, no! —respondo agitada, por el miedo que siento al tener que conocer a otras personas, miedo a sus burlas. —¿No? ¿Por qué? —me insiste ella. —Ya sabes, no me gusta conocer a nuevas personas —trato de explicarme, pues de un tiempo acá, me he vuelto una persona tímida por mi condición física. —¿Pero Ross, y porque no? ¡Tu eres muy linda! Nadie te va a hacer sentir lo contrario —trata de animarme. —No es asi, yo no soy lo que dices, y no me siento bien entre las demás personas que ni conozco, y menos tu tío —doy mi mi postura. —Bueno, sinceramente Rous, no sé porqué no te aceptas tal como eres, si la primera persona que deberia aceptarse así misma, eres tú, luego los demás lo harán —, explica con un semblante rígido. Se que está enojada por mi actitud, pero mi temor empezó años atrás, justo después del accidente que sufriera y me dejara lisiada de un pies. En la escuela, los chicos adolescentes siempre fueron crueles conmígo y eso me dejó de experiencia el no querer estar entre las demás personas. Ya sé que si no fuera por Aldana, yo no estaría hoy aquí en un viaje por Francia, realmente ella tiene un gran poder de convencimiento sobre mi, siempre logra en mí lo que nadie mas lo hace. El problema que siento, el hecho de que no soporto estar entre otras personas, ha impedido que salga a viajes, mi abuelo James Amery lo solventó comprando un jet privado para mí uso. Estaba en esa negación de el porqué había salido del confort de mi hogar cuando escucho la voz fuerte y clara de un hombre a mis espaldas. La voz era grave y magnética y resonaba haciendo que el vibrato de mi corazón saltara, y que con sinceridad no sabía por qué mi corazón se había puesto así, sería por que tenía a un extraño a mis espaldas o era por el complejo que padecía. —Tío, llegaste antes —dijo Aldana, yo quedé petrificada en donde estaba. —Tio Sebastián, conozca a Rosé, mi mejor amiga de siempre —dijo mi amiga muy risueña. —Ella y yo siempre hemos sido amigas desde que asistimos al preescolar. —Oh —dice el supuesto tío, volvió sus ojos a mi, en tanto que yo traté de esquivar sus ojos al agachar mi vista al suelo, era lo que acostumbraba hacer cuando me sentía nerviosa entre los demás. —Ella es tímida —me excusa mi amiga, mientras yo solo logro pensar que le haré pagar este momento de estrés que me está haciendo pasar. —Aldana, por favor —le digo, mientras tiembla mi voz. —Pero, ¿Que pasa chiquilla? —se dirige a mi el hombre, quien sin previo aviso se acercó demasiado a mi. Entonces lo miré de cerca, era un hombre alto, era mucho más que mi propio Padre, su estatura rayaba el alba, me fijé en sus ojos, eran los más sonrientes que había visto, de inmediato sentí perderme en su mirada. Quise girar para huír de ahí, sin embargo, mis pies se trabaron o simplemente mi afección se hizo más evidente, porque me enrollé los pies y casi piso el suelo cayendo, pero una mano grande y fuerte me sostuvieron, sus fuertes brazos lo sentí rodearme desde la cintura y espalda. Este hombre era atrevido, por que todavía me tomó del mentón con sus largos dedos y me hizo mirarle a los ojos, él era un hombre caucásico, de facciones delicadas y una mandíbula bien definida, sus ojos parecían dos charcos de aguas verdes sin movimientos, podia verme en ella. —Ojitos dorados —dijo él, mientras que yo me perdía en sus lindos ojos color esmeralda, me sentí hipnotizada de inmediato. No pude apartar la mirada de él, de sus ojos, me quedé mirándolo fíjamente. En cambio él me frunció el ceño, todos sus gestos me enamoraban, sonrió de nuevo, su sonrisa era encantadora y fascinante, enamoraba sin gestar una palabra, había amor en el aire. Siguió sonriendo, y debo decir que con solo su presencia, su amable gesto y esa mirada penetrante, él se había apoderado de mi frío corazón. ¿Creen en el amor a primera vista? Bueno, yo no era fan de ese concepto, pero ahora mismo sentía que lo estaba viviendo. Ni lo esperaba hasta que llegó ese día en que viera cara a cara a Sebastián Calcedo. —¿Como te llamas niña? —pregunta sin mas. Por un momento hice silencio como si fuese tan difícil la pregunta. Luego hablé, lo hice trabando mis palabras, dije mi nombre. —Rosé —me tomó del mentón y me hizo levantar la vista y mirarle. —Hermoso nombre —dijo Sebastián y sentí que el me estaba enamorando, no sé si mal interpreté sus gestos y su amabilidad, pero era lo que sentí en ese momento. —Igual al de una rosa, ¿sabes lo que significa? —me pregunta, creo que me quiere llevar al límite con su atención hacia mi, mientras Aldana mi amiga nos observa en silencio. —" Eres igual de bella y hermosa como una rosa " "Exageras", digo en mi mente porque sé que yo no tengo la belleza de una rosa al cual hace referencia. De pronto cambia de enfoque y dice. —Vamos chiquillas, las llevaré a comer en un restaurante que les encantará —dice Sebastián, Aldana brinca de alegría y le dice a su tío. —¡Vamos, vamos! —, yo quedé ahí de pié sin moverme, Aldana da la vuelta y me dice. —Rosé ven, no pensarás rechazar la invitación a mi tío, es el soltero más cotizado —dice con una mirada pícara. Camino detrás de ella y empiezo a cojear por mi deformidad en un pié, en el proceso al caminar, me muevo de lado, era obvio que él se daría cuenta de mi mal, pero si lo hizo, fue discreto y muy educado. No hizo ninguna pregunta, lo cual agradecí de corazón. Sebastián se tomaría su momento adecuado para preguntar a mi amiga Aldana acerca de mi problema, ella terminaría por aclarar acerca del accidente que me dejara en estas condiciones, pero claro eso era algo que sucedió tiempo después. Esa cena, esa comida, la compañía, fue la mejor experiencia en mucho tiempo que había disfrutado, al acabar, me fuí de ahí con el mejor recuerdo y la alegría en mi corazón. Esa noche había aprendido que podía sentirme normal, él me había hecho sentir una persona sin un problema. Y yo amé desde ese primer momento a Sebastián. [ ... ] De regreso al hogar, en Montreal Canada. —Rosé, Rosé, cambia esa cara que tienes desde anoche —me habla Aldana tratando de hacerme actuar normal, pero no, yo ya no estaba como antes, me estaba riendo, incluso salí corriendo por el pasillo del avión cojeando, sin importar que me viera el resto de las personas. —¡Espera, espera! —decia Aldana detrás de mi. Así nos dimos un abrazo Aldana y yo y nos despedimos, Sebastián se había quedado en Francia. Antes de que Aldana se fuera, ella me preguntó. —¿Te enamoraste de mi tío Sebastián? ¿Es así? —yo hice silencio por un tiempo, luego le respondí con una respuesta evasiva. —No se que es estar enamorada de alguien. —ella puso los.ojos en blanco y me dijo. —Vamos Rosé, tu sabes lo que está pasando en tu interior, dímelo, soy tu mejor amiga se supone, ¿no? Sus averiguaciones me hicieron pensar por un momento en el asunto, le dije. —Pensaré al respecto, luego te hablo de ello. Me acosté en mi enorme cama, tenía los pies en el aire, me estaba divirtiendo, estaba sola, pero no paraba de reírme, y me di cuenta de eso hasta que vi mi imagen reflejada en el espejo de la pared. Alguien tocó la puerta, y enseguida entró sin darle pase, levanté mis ojos para ver quien era, era mi hermana Vanesa había entrado a mi habitación, como solía hacerlo. yo tenia la computadora portátil en la cama, lo tenía encendido, tenía puesto como fondo de pantalla, la fotografía de Sebastián, lo mantenía en grande, así que al entrar a mi habitación mi hermana Vanesa posó sus ojos en la pantalla de mi portátil, cuyo fondo aparecía la foto de Sebastián con una amplía sonrisa. Vanesa se hizo la que no vió, se dió la vuelta y me preguntó. —¿Que haces encerrada? Luego el abuelo dice que te ignoramos. —No te preocupes, el sabe que acabo de volver de un viaje desde Europa. —¡Oh! —exclamó ella haciendo un gesto de asombro. —¿Y que? ¿Pasó algo fuera de lo normal?—me preguntó, mientras sus astutos ojos se paseaban de un lado a otro. —Mmm, nada, solo mi amiga Aldana y yo paseando las dos en Francia —respondí a prisa para que se fuera y me dejara tranquila. Ella me miró y me dijo: —Parece que por fin tienes a alguien en tu corazón —hice silencio. —¿Y es guapo? —preguntó estirando el cuello para ver la pantalla de mi portátil, pero yo lo apagué de inmediato. —Déjame verlo —insistió. —No es importante —respondí, no quería que ella husmeara en mis asuntos. —Bueno, cuidado y yo te vaya a sorprender un día de estos trayendo a mi novio —dijo, dio la vuelta y se fue de mi habitación. Miré perderse su espalda, ella era así, tan bella y radiante, pero a la vez como si le faltara el alma, tenía motivos de sobra para ser feliz, sin embargo ahí estaba siempre odiosa conmigo. Mi hermana Vanesa era una mujer de alta estirpe, el foco de toda la sociedad estaba enfocado en ella, no debía siquiera preocuparse por mi, yo era esa hija sin rostro, la otra hija que nadie conocía, sin embargo ella disfrutaba de burlarse de mí

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

La embarazada sacrificada

read
3.1K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.7K
bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.6K
bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
52.6K
bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
25.4K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.7M

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook