Prólogo
PRÓLOGO
Un día más en el que Sun se levantaba y no encontraba a su esposo a su lado. Ya ni tenía las fuerzas para reclamarle algo
Se levantó de su cama para ponerse sus pantuflas de gatito que tenía, aunque fuera mayor su alma seguía siendo la de un pequeño niño. La puerta sonó siendo abierta con fuerza, escuchó las pisadas acercándose a su habitación
—Ya llegué —anunció un pelinegro pasando a la habitación, sacándose la camisa para tirarla en algún lugar de la de esta—
Sun levantó la camisa viendo a su esposo tirarse a la cama, rodó los ojos pero no dijo nada. Su vista fue al cuello de la camisa, sus ojitos sintieron que se estaban humedeciendo, había una marca de lápiz labial junto con el olor claramente a mujer
—¿por qué sigues haciéndome esto Dannie? —preguntó mirando a su esposo con los ojos llorosos —
Este solo abrió los ojos para verlo pero los volvió a cerrar
—Ya superalo, además deja de decirme "Dannie" —hizo comillas con sus dedos — suena ridículo para alguien mayor
—por lo menos debiste de avisarme que no llegarías, calenté comida para ti
—dejame dormir que estoy cansado
Sun se calló porque sintió un mareo, se sentó en la sillita que tenía para alcanzar cosas altas, tomó aire para pararse y salir de su habitación
—Odio esto...estos mareos son los peores
Su celular que se encontraba cargando en la sala sonó, fue a desconectarlo y vio quien lo llamaba, su cuñado
—Oh Sun ¿cómo estás?
—estoy bien cuñado, solo que los mareos siguen un poco
—como que ya es raro que te este dando mareos ¿que te parece si vienes hacerte un chequeo? Estoy desocupado
Sun lo pensó mucho pero asintió, no estaba de más ver que tiene para que le agarre mareos
—ahí estaré
—te estaré esperando, estrellita
Cortó de enseguida cuando escuchó que lo llamaban desde su habitación, dejó el celular en la mesita de vidrio y fue a ver que quería su esposo
—Tengo hambre ¿crees que puedes pedirme una pizza? ayer cené pero no fue mucho —una risa burlona por su mal chiste salió de sus labios—
—eres un imbécil —las lágrimas se hicieron presente en las mejillas del rubio —
—y tu un idiota por seguir conmigo, así que ni te quejes Sun. En la noche saldré con amigos
Dae miró como el rubio con la raíces ya negras maltratadas agarraba una de las maletas para abrir su closet y sacar sus ropas
—¿Qué haces? No me digas, te llegó el bichito de la dignidad ¿no es así?
Sun seguía metiendo ropa tras ropa a la maleta pero una agarré en su muñeca lo detuvo
—¿me vas a dejar? Yo te amo, no me dejes por favor Sunnie...
Los labios de su esposo se estamparon con los suyos, este cerró los ojos por un milisegundo, cuando los labios de su pareja se separaron bruscamente
—Deja tus maletas y Pídeme mi pizza de una vez, tontito
Y otra vez había sido un idiota, cuantas veces a perdonado las infidelidades de su pareja, todo solucionado con un beso que ni siquiera transmitía amor, solo lo utilizaba y él lo sabía perfectamente
—me cansé Kang, quiero el divorcio ahora mismo —cerró su maleta con toda su ropa dentro —
El pelinegro lo miró raro, serio pero luego rió sarcástico
—No tengo problemas con eso, hasta me parece que te tardaste mucho Sun
Dicho eso se echó de nuevo a la cama matrimonial, cuántas veces había escuchado eso de su esposo pero con un simple "te amo" y una noche de pasión se arreglaban, no se preocupó por lo dicho, ahora se encontraba cansado y descansaría un rato
Mientras que Sun arrastraba su maleta para la sala, buscó las llaves de su auto, en medio de eso vio los recuadros con las fotos de su matrimonio, su corazón se partió en mil pedazos al recordar todo, ni bien se habían dado el sí Dae ya se estaba besando con una de las meseras. Encontró sus llaves y salió de la casa, secándose las lágrimas con su polera; metió su maleta en la parte trasera de su auto para después entrar y conducir sin rumbo...pero recordó el chequeo
Se dirigía al hospital, lo que más le dolió fue que su esposo ni siquiera se percató de su salida. No le contaría nada a su cuñado porque no quería preocuparlo más de lo que ya había hecho
Una vez llegó, estacionó su auto, bajó con las llaves en manos y su celular que recordó antes de salir de casa
—Con el doctor Kim, por favor
—de acuerdo, espere un momento porfavor
La enferma marcó algo en el teléfono y le indicó al rubio que pasara, haciendo caso pasó a la oficina de su mayor, encontrándolo con papeles en manos
—Estrellita, que bueno que llegas, por favor sientate y comencemos con el chequeo
Pasaron veinte minutos hablando de lo que le pasaba al menor, el doctor Kim le hizo unos cuantos chequeos, hasta le sacó una prueba de sangre
—aún no puedo saber exactamente qué te pasa pero cuando tenga las pruebas te llamaré ¿entendido?
—si, cuñado
——
Dae se encontraba llamando a su esposo hace tres minutos, se cansó y se levantó de la cama
—¿que acaso no escuchas?
Pero nada, no había acto de presencia del rubio, el pelinegro bufó molesto
—seguro estas comprando, tonto
Rodó los ojos y fue a su habitación a cambiarse para salir, dijo que saldría en la noche pero no aguantaba las ganas de divertirse