En definitiva, no había sujeto más repugnante que Stan, podía ver que se encontraba desesperado por lo que estaba haciendo. “Estoy protegiendo a mi hermana de lo que tú me hacías. Ya no vas a volver a ponerle un dedo encima a Erin, créeme que esto solo es el inicio, tengo todo un repertorio para ti, querido Stan… o mejor dicho… Pedófilo Stan.” “¡No soy un pedófilo!” Él gritó, bajó mientras giraba su cabeza de un lado al otro. “Así que deja de decir esas cosas.” “¿Y cómo se les llama a los tipos que abusan de niños? Hasta donde yo sé, son esos, unos asquerosos pedófilos. No tienes idea lo que le hacen en la prisión a tipos como tú, incluso los asesinos seriales tienen repulsión hacia un hombre que se siente atraído sexualmente a un niño.” “Erin no es una niña y tú tampoco lo eras, ademá

