Cicatrices del pasado

Capítulo 1 Él apareció de repente en mitad de la oscuridad, dando tumbos y tropezándose con las piedras del camino. Tenía la ropa rasgada y manchada de sangre, y su cuerpo estaba lleno de cicatrices que le hacían parecer un auténtico guerrero. Pero sus ojos verdes estaban perdidos y sin brillo, reflejando todo el dolor y la tristeza acumulada en su alma. Se llamaba Jack, pero eso era lo único que sabía de sí mismo. Había perdido la memoria, y no recordaba cómo había llegado hasta allí ni quiénes eran las personas que le habían causado esas heridas. Mientras caminaba, con la cabeza gacha y la mirada absorta, se encontró con una mujer que estaba recogiendo bayas en el bosque. Era una joven rubia y sonriente, que parecía no tener miedo de nada ni de nadie. - ¡Hola! -le saludó ella, con una voz dulce y melodiosa-. ¿Estás perdido? Jack levantó la cabeza, y sus ojos se encontraron con los de ella. Por un instante, sintió que algo se agitaba en su interior, como si su corazón hubiera recuperado un poco de vida. - Lo estoy... pero lo que me preocupa más es que no sé quién soy ni de dónde vengo -confesó él, con una voz ronca y masculina. Ella se acercó a él, y le tomó de la mano. Jack sintió una corriente eléctrica que le recorrió todo el cuerpo, y supo que no quería separarse de ella nunca más. - Vamos, yo te ayudaré. Mi nombre es Alicia, y soy la hija del jefe de la tribu -se presentó ella, sin despegar sus ojos azules de los suyos. Siguieron caminando juntos, hacia una cabaña que estaba al final del camino. Ahí vivía la anciana más sabia de la tribu, que podía ayudarle a Jack a recuperar la memoria y a encontrar la verdad sobre su pasado. Pero no sería fácil. Había peligros y enemigos acechando en cada esquina, y cada vez que crucen un camino, estarán más cerca de la verdad oculta del pasado de Jack. Al llegar a la cabaña, la anciana los recibió con una sonrisa en los labios. Era una mujer sabia y frágil, pero su mirada escondía un gran poder místico. - Hola, Jack. Sé quién eres -le dijo ella, levantando las manos en señal de bendición-. Y sé lo que necesitas para encontrar tus respuestas. Jack se sintió perplejo ante esas palabras, y no supo si creer o no a esa anciana. Pero Alicia le sujetó de la mano, y le dijo que confiara en ella. - La abuela tiene una idea. Nos llevará una fuente del conocimiento... en otras palabras, enterré que almacena toda la sabiduría del bosque -le explicó Alicia a Jack, tomando aliento. De repente, sintieron que la casa comenzaba a temblar, y escucharon unos fuertes golpes en la puerta. - ¡Abuela! ¡Hay alguien afuera! -dijo Alicia, alarmada. La anciana les hizo una seña para que permanecieran callados, y salió a ver quién era el intruso. Jack juntó sus dos manos, sintiendo como su corazón latía con fuerza, y se preguntaba si todo esto sería cierto. De repente, escucharon un grito desgarrador... y supieron que algo había pasado. Algo que cambiara definitivamente sus vidas. Con el corazón en la garganta, Jack y Alicia corrieron hacia la puerta, solo para encontrar a la anciana tendida en el suelo, con una flecha clavada en su pecho. - ¡Abuela! ¡Abuela! -gritó Alicia, sin poder contener las lágrimas. Jack se acercó a ella, para ver si podía ayudarla. Pero la anciana no podía hacer nada por ella misma. - Escucha, Jack... -susurró ella, cada vez más débil-. No tienes mucho tiempo... Tienes que encontrar la fuente del conocimiento. Solo allí descubrirás la verdad sobre tu pasado. - ¿Pero cómo...? -comenzó a preguntar Jack, antes de que ella lo interrumpiera. - No hay tiempo para explicaciones. Tienes que irte... y no mires atrás. El enemigo está cada vez más cerca. Si te atrapan, todo estará perdido. Con lágrimas en los ojos, Jack y Alicia salieron corriendo de la cabaña, sin mirar atrás. Sabían que tenían que encontrar la fuente del conocimiento, pero no tenían idea de por dónde empezar. Corrieron por el bosque, esquivando arbustos y saltando troncos caídos. Pero pronto se dieron cuenta de que alguien los seguía, hacechándolos desde las sombras. Jack sacó su espada, preparándose para defenderse. Pero antes de que pudiera hacerlo, un grupo de hombres armados apareció en su camino. - ¡Alto ahí! -gritó uno de ellos, con una espada en la mano-. ¿Quiénes son ustedes, y qué hacen aquí? Alicia tomó la delantera, con una valentía que sorprendió a Jack. - Somos amigos de la anciana del bosque. Venimos en busca de la fuente del conocimiento. Los hombres se miraron entre sí, y luego comenzaron a reír. - ¿La fuente del conocimiento? Eso no es más que un mito. Nadie ha logrado encontrarla en siglos. Alicia no se rindió tan fácilmente. Sabía que la anciana no habría mencionado algo así si no fuera cierto. - Pero sabemos que existe. Y sabemos que está aquí, en este bosque. Por favor, ayúdenos a encontrarla. Los hombres se quedaron en silencio, evaluando a Jack y Alicia con cautela. - Muy bien -dijo finalmente el líder de ellos-. Los ayudaremos... pero a cambio, tendrán que luchar junto a nosotros en la próxima batalla contra el enemigo. Jack y Alicia no tuvieron más opción que aceptar. Sabían que no podrían encontrar la fuente del conocimiento sin ayuda externa, y que era hora de dejar de esconderse y enfrentar sus miedos. Así, se unieron a las fuerzas armadas de la tribu, y se prepararon para la gran batalla. Nadie sabía cuál sería el resultado de ese enfrentamiento, pero todos sabían que lo darían todo por su causa. Y así, comenzó la gran pelea. Espadas chocando entre sí, gritos de guerra, cuerpos cayendo al suelo. Jack y Alicia luchaban juntos, esquivando golpes y dando los suyos propios. El cielo se oscureció, y la lluvia comenzó a caer. Pero eso no detuvo a nadie. Todos pelearon con la misma intensidad, y todos arriesgaron sus vidas por lo que creían que era justo. Finalmente, después de horas de combate, el enemigo fue derrotado. La tribu se alzó victoriosa, pero a un gran costo. Muchos habían caído en la batalla, incluido el líder de los hombres que habían ayudado a Jack y a Alicia. Con lágrimas en los ojos, Alicia se acercó al cuerpo sin vida del hombre que había luchado a su lado. - ¿Por qué... por qué tuvo que morir? -se preguntó en voz alta. Jack la tomó de la mano, y la abrazó. - Porque luchó por lo que creía que era correcto. Y eso es lo que importa. Alicia lo miró a los ojos, sabiéndolo cierto. Juntos, comenzaron a caminar hacia la fuente del conocimiento, sabiendo que habían encontrado un nuevo propósito en sus vidas. Y aunque aún no sabían lo que encontrarían allí, sabían que debían seguir adelante, sin importar el costo. Porque así es como se forjan las cicatrices del pasado, y se construyen las bases del futuro.