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Amor, sexo y música

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Blurb

Escuché una vez a alguien decir que el amor puede ser constructivo, apasionado, ardiente, febril, vigoroso, fantástico o todo lo contrario. Destructivo, amargo, solitario, destructor y devastador.

Cuando me enamoré por primera vez, encontré lo segundo... destrucción.

Cuando me enamoré por segunda vez encontré... Mi Todo.

Luke lo es todo para mí, y al principio creí que yo también lo era todo para él, pero ahora que un viejo amor ha regresado a su vida, nuestros corazones son amenazados por ella.

Intentaré luchar, intentaré pelear por nosotros, por la familia que hemos construido. Sin embargo soy consciente de que no puedo luchar sola y espero por el bien de mi corazón que Luke desee lo mismo.

De lo contrario, este mor sería ambas cosas... Mi salvación y mi condena.

Segunda parte de "Entre Letras y Un Café"

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Capítulo 1
ANDY —¿¡Me estás jodiendo!? —El chillido de Erika me hace estremecer. Y no sólo a mi, Tami y Katia también intentan tapar sus oídos. —No —sollozo—. Me ignoró totalmente. Era como si no existiera y la hermosa pero estúpida Melanie sólo le sonreía como tonta colegiala. —¿Y por qué mierda no le arrancaste la cabeza a esa perra? —gruñe fuertemente, Erika. Los ojos de Cameron se entrecierran hacia nosotras. Le envío una mirada de disculpa. Después de correr de la heladería, al ver que mi novio me ignoraba totalmente por estar pendiente de su antiguo amor, me sentí realmente amenazada, dolida y rechazada. Conduje a casa de Deborah mientras llamaba a las chicas para que nos reuniéramos. Dejé a mi hijo en casa de Debby, estaba muy contenta de tenerlo por esta noche, luego me dirigí hasta el bar de Cameron; supuse que, si Luke entraba en razón y reconocía su error sería a mi casa o la de las chicas donde buscaría primero. Pero, el hecho de que aún no ha llamado —dos horas después— me tiene bastante dolida. Apenas eran pasadas las seis cuando llegué al bar, lo encontré desierto, excepto por Cameron, las seis chicas y chicos meseros, cuatro clientes y yo. Cuando Cam me vió supo que algo estaba mal, pero antes de que pudiera preguntar, negué con mi cabeza y le pedí que si Luke llamaba y si valoraba mi amistad y mi fidelidad con su establecimiento, dijera que no me había visto. Unos minutos después, una a una las chicas fueron llegando; incluso Tony, que se encontraba con Coral, se presentó. —La chica no... Es dulce, sí. La maldita luce como una princesa delicada. Hasta yo reconocí que era hermosa y mi perra interna no se interesó en atacarla. —Pero la muy sucia estaba haciéndole ojitos a Luke. ¡Y tú la dejaste sola con él! ¡Se lo diste en bandeja de plata tonta! —Me estremezco ante las bruscas palabras de Erika. —Oye tú —advierte Tami—. Contrólate. ¿Qué no vez que ella ya se siente mal? Nos ha buscado por apoyo, no para que la reprochemos. Apenada y culpable Erika vuelve sus ojos hacia mí. —Lo siento Andy. Lo siento chica. —No pasa nada. Sé que te preocupas. —No entiendo por qué está de regreso —murmura confundida Katia—, esa chica, se supone estaba haciendo su vida. ¿Por qué aparecer ahora? ¿Y justo en la heladería donde tú y Luke estaban? ¿De tantas heladerías en esta ciudad? —Bueno, es que no he llegado a la otra parte. —Escúpelo chica —Tony me entrega otro chupito de tequila—, y toma esto. —Cuando estaba saliendo vi a... Rebecca. —Todos jadean, excepto Erika que maldice—. Estaba apoyada en un auto y cuando la vi me envío una sonrisa de suficiencia. No lo sé, fue raro verla precisamente ahí y justo cuando esto estaba sucediendo. —Tampoco creo que sea coincidencia. —Mi amiga y cuñada, acaricia mi mano. Sé que no está muy contenta con las acciones de su hermano—. Pero primero, creo que deberías hablar con él. —Ni siquiera me ha llamado —susurro. Otra ronda de lágrimas se derrama por mis mejillas. Todos se abalanzan sobre mí para consolarme. La voz profunda de Cameron flota hasta mí. —En realidad... —Levanto mi cabeza y sé por la diversión de sus ojos y su boca torcida que todos le estamos enviando una mirada de muerte. Él no lo hizo—. Lo siento cariño, pero tu chico me llamó muy angustiado, no pude decirle que no estabas aquí y preocuparlo más. Dijo que venía pero le conté la situación y le aconsejé, te dejara desahogarte un poco con tus amigos. Supuse que si huiste de él es con él con quien estás molesta. —Guiña un ojo y le gruño. Se encoje de hombros mientas un resoplido sale de mí y los demás dejan escapar suspiros. Cameron es impresionantemente hermoso, un guiño suyo es el equivalente a una gota de gel multiorgásmico. No me puedo imaginar lo que harían esos labios suyos. ¿Y por qué carajos estoy pensando en Cameron de esa forma? Oh cierto, el chico es sexy como el infierno y está mirándome con una mezcla de adoración y descaro. —No me mires así —musito molesta. —¿Por qué? ¿Acaso temes caer en la tentación? —Sonríe abiertamente y me encuentro embelesada. —Aléjate de mí. —Sacudo mi cabeza y le frunzo el ceño—. Eres un idiota por coquetearle a la mujer de tu amigo. Suspira. —Sí, soy un imbécil por desear a la mujer del prójimo. En mi defensa, eres realmente hermosa, sexy, irresistible... pero que quede claro. Yo podré anhelarte pero jamás, jamás le haría algo así a Luke. —Ni a ningún amigo —termina Erika por él —No tanto. Sólo a Luke, si otro amigo mío tiene a su novia llorando en mi bar... —Vuelve a encogerse de hombros y veo como su mirada se oscurece—, no me importaría consolarla, es su problema ser un imbécil con ella. —¿Qué pasa con Luke entonces? —pregunto con la frente arrugada. —Bueno. Mi amigo Luke es un idiota a veces. Pero ese hombre, con defectos y todo, te ama más que a nada preciosa; y si te alejas de su lado, el perdido seria él. —Pero estoy aquí sentada en tu bar llorando por él. —Lo sé. —Toma su móvil del bolsillo trasero y me lo enseña—. Pero ese chico ha estado preguntando por ti, cada cinco segundos por mensaje de texto, lo que me lleva a la conclusión de que no es tan imbécil como se piensa y, que tú para él lo eres todo. Observo la pantalla y efectivamente, ahí está la conversación de Cameron y Luke. Las últimas palabras que escribió hacen que mis ojos se vuelvan a llenar de lágrimas. Luke: Está bien no iré a buscarla, pero asegúrate de que esté bien, por favor. No puedo soportar estar aquí y saber que mi chica está llorando por lo imbécil que soy. Cuídala Cameron, cuídala por favor. ¡j***r! yo amo a esa mujer... ¿Qué debo hacer entonces? —Es por eso que no te has despegado de la maldita barra. —La voz de Erika se vuelve soñadora—. Y yo aquí pensando que era por mí —Lo siento cariño, pero sólo ayudo a dos amigos. —Ve con él cariño —susurra Tami junto a mí—. Habla con él, sólo así se solucionaran las cosas. —Tami tiene razón Andy, ve. —He bebido. —Levanto la copa del tercer chupito de la noche—. No puedo conducir así. —No te preocupes. —El camaleón sonríe y todos suspiramos—. Dan está fuera esperándote. —¿Dan? —¿Qué? ¿Cómo? ¿Dónde? Cameron percibe mi confusión, sonríe y niega divertido. —Le dije al chico que no viniera pero eso no le impidió enviar a su gorila para que estés a salvo. —Awww —suspira mi primo Tony, me golpea en el trasero y ordena—. Ve por tu hombre mujer. Asiento y bajo del taburete, me tambaleo un poco pero mis amigos me ayudan a reponerme. Sonrío a todos en agradecimiento, Cameron me mira intensamente y luego teclea en su móvil. Está informándole a Luke que voy a su encuentro. Camino hacia la salida y antes de llegar a ella, Dan me encuentra y me toma en sus brazos para llevarme al auto. Conduce a casa en silencio mientas yo repaso en mi mente que decirle a Luke. ¿Se lo hago fácil o difícil? Pocos minutos después, ya estamos en mi casa, la reja es abierta por Thiago y aparcan mi coche. Luke sale inmediatamente las luces se filtran en las ventanas. Cuando me ve, medio desecha y con ojos hinchados, puedo ver en su rostro la culpa y el desprecio hacia sí mismo. Corre hacia mí y me toma de los brazos de Dan. —Nena... j***r. Lo siento tanto cariño. —Acuna mi rostro y besa mi frente. —¿Sentir qué? —Sé a qué se refiere, pero me quiero hacer la tonta y escucharle decir cómo es que entendió que lo que hizo. —Por haberte ignorado de la manera que lo hice. Yo... fue irreal. Estabas y luego no, cuando me percaté ibas en tu auto alejándote de mí y luego Meli se disculpó porque te habías enfadado al ella haber tomado toda mi atención. —Me tenso inmediatamente y él lo nota. Meli... ¿La estúpidamente hermosa mujer fue quien lo hizo entrar en razón? —Estoy cansada. —Me aparto de sus brazos y camino hacia mi casa, a mi habitación. Luke viene tras de mí, pero niego con la cabeza todavía herida. Se siente culpable sí, reconoce que se equivocó, sí. Pero no porque él lo vea de esa manera, alguien más lo hizo ver que me lastimó. Sus ojos se abren un poco ante mi negativa a dejarlo entrar y dormir a mi lado, empieza a decir mi nombre pero cierro la puerta en su rostro ignorándolo de la misma manera que él lo hizo esta tarde. Difícil seré entonces. LUKE —Eres más imbécil de lo que pensé. —La voz profunda de mi amigo y guardián me sacan de mi aturdimiento. Andy me dejo fuera. Mi Andy. Está herida y dolida, y siquiera entiendo por qué. —¿A qué te refieres? j***r ¿Qué demonios pasa con mi mujer? —gruño y camino hacia la cocina para tomar algo. —Pasa cabrón, que la has lastimado. ¿Cómo te sentirías tú si el amor de la vida de Andy resucitara y luego se encontraran "casualmente" en una heladería, y ella se pusiera toda ojitos brillantes y sonrisitas mientras tú te quedas sentado en la mesa siendo ignorado por ambos, ya que se escabullen en una maldita burbuja de "extrañé verte" "Qué hermoso estas" o "No sabes la alegría que me da el verte"? Entrecierro mis ojos ante el tono sátiro de Dan y las malditas comillas que hace al aire. Luego, cuando sus palabras penetran en mi cerebro y me imagino la misma situación con Andy y otro hombre... mi estómago se hunde y gruño. Una ola de posesividad y horribles celos me carcomen. —O, si quizás ese oficial de policía viene con más rosas para tu chica. Recuerdo que estabas a cinco segundos de ahorcarlo simplemente porque tomó la mano de tu mujer y beso sus nudillos. Recuerdo al hijo de puta todo encima de mi Andy ese día en el hospital y siento ese golpe nuevamente. Es cierto, el cabrón estaba todo preocupado —más de lo normal para un policía en su labor— por Andy. Y me jodió mucho verlo mirarla de esa forma, un hombre sabe cuándo otro está interesado en su mujer, y ese hombre lo estaba, lo está. —Pero era Meli, Dan... —La mujer que amaste durante años en tu escuela y la que te partió el corazón. Ni siquiera fuiste capaz de presentarle a Andy, estabas demasiado ocupado babeando sobre Meli. —Bueno... —Pienso exactamente en lo que sucedió en la heladería desde el punto de vista de Andy y me maldigo a mí mismo, ahora lo entiendo. —Ahora lo entiendes. Pero la guinda de todo es que cuando tu chica te pregunta qué te hizo darte cuenta de tu error vas, abres la boca y mencionas que fue precisamente tu objeto de distracción la que señaló lo herida que estaba Andy. Mierda... ¿Pero qué clase de idiota soy? —Eres un gran idiota —frunzo el ceño hacia Dan que se ha sentado frente a mí, bebiendo café. —¿Ya tienes la habilidad de leer mentes o qué? —Se encoje de hombros y enciende la televisión—. Voy a disculparme. Me levanto y voy a la cocina para prepararle un café a Andy, lo endulzo tal como a ella le gusta y camino hacia nuestra habitación. Antes de desaparecer en las escaleras la voz de Dan me detiene. —No menciones a tu ex si no quieres dormir en el sofá... conmigo. Asiento aunque no puede verme y abro la puerta con cuidado. Ahí está la mujer de mi vida, acurrucada sobre las sabanas. Verla así de triste y herida, me rompe el maldito corazón; pero que me condenen y me claven un tenedor en el trasero si no hago algo al respecto. —¿Nena? —Sus ojos se encuentran cerrados pero sé que no está dormida. Simplemente está ignorándome. Como yo lo hice antes—. Cariño lo siento. De verdad. No me di cuenta de que te había lastimado hasta que no lo vi desde tus zapatos. Y después de casi golpear al hombre que imaginé a tu lado, me di cuenta de mi maldito error. Perdóname amor. Sus hermosos ojos de oro se abren y me miran con tristeza. Mi corazón se encoje, porque yo hice esto. —Yo jamás te haría algo así, Luke. —Lo sé, es por eso que el idiota aquí soy yo —bromeo y es suficiente para que sus labios se tuerzan un poco—. Tú eres la lista y bondadosa en esta relación. —También eres bondadoso. —Pero hoy no lo fui. Lo jodí, lo siento. —Sus ojos beben de mí, luego se percatan de la taza con el líquido caliente que tanto disfruta y sonríe. —¿Café? —Creo que es mejor que una caja de chocolates como disculpa. —Sonríe y mi corazón salta por lo hermosa que es. Como podría si quiera manchar la belleza que es mi Andy. —Entonces ¿Qué esperas para dármelo? —Levanto una ceja ante las palabras que usa. Y el sólo pensamiento de Andy desnuda me tiene duro como una maldita piedra. —¿El café u otra cosa? —Mi voz adquiere un tono ronco y lamo mis labios a sabiendas. Los ojos de Andy brillan en conocimiento e inmediatamente el deseo de filtra de ellos. —Primero tú, luego el café. —responde. Tomo su boca con la mía y le muestro con mi cuerpo lo importante que es ella para mí y cuan arrepentido estoy. Beso cada parte de ella, saboreando su piel dulce y disfrutando de los sonidos que hace cada vez que repaso un punto sensible. Andy no sólo es la mujer más hermosa, el amor de mi vida, lo más importante para mí. Ella es y será el mejor sexo, la mejor amante. Mi complemento en todo. Hacer el amor con ella, follar duro con ella, de cualquier manera; es mucho más que cualquier maldita cogida con otro cuerpo sin rostro. Incluso sólo besarla es éxtasis puro para mí. La quiero, la necesito y la deseo. Decidido a hacerle olvidar lo malo de hoy, trazo y provoco con mi lengua cada pedazo de su piel. La desnudo lenta y tortuosamente, acariciando y besando su cuerpo. Sus jadeos y mis gruñidos llenan la habitación y la sola sensación de ella, tiene a mi polla presionándose fuertemente contra el cierre de mi pantalón. Nunca, nada ni nadie me había excitado tanto como ella. Retiro su sostén liberando sus pechos llenos, beso cada uno de ellos, succionando y mordiendo suavemente. La espalda de Andy se arquea y sus manos tiran de mi cabello para que no deje de hacerlo. Mi mano derecha baja por su abdomen hasta el inicio de sus jeans y tiro de ellos hacia abajo buscando la piel húmeda y sensible. Cuando la encuentro, trazo pequeños círculos sobre su clítoris, se estremece y sus ruidos son aún más fuertes. Su cuerpo se tiñe de rosa y contemplo fascinado lo perfecta que es ella. Cuando nuestros ojos se encuentran y veo la nube de lujuria, deseo, amor y pasión en ellos junto al gemido agónico de mi nombre; no puedo controlarme más. Retiro totalmente su ropa dejándola desnuda ante mí y me adentro en sus piernas para probarla y saborearla como tanto me gusta y como ella lo disfruta. El primer toque la hace arquear más su cuerpo, sostengo sus caderas en la cama y la devoro. Tomo todo de ella. —¡Oh Dios! —Se retuerce cuando está cerca de romperse ante mí—. L-L-Luke... —Sin esperar a que las réplicas de su orgasmo terminen, me levanto sobre ella y me despojo de mi ropa. Tomo mi erección y la conduzco a su entrada. Empujo, sintiendo como sus músculos se contraen a mí alrededor y no puedo evitar rodar mis ojos ante la jodida sensación. Vuelvo a salir y empujo nuevamente, lento, mientras ella aún sigue estremeciéndose en mis brazos. La beso, muerde mi labio y araña mi espalda invitándome a seguir, aumento el ritmo disfrutando de lo increíble que siempre se siente estar dentro de Andy. Perfecta, esto es perfecto. Embisto y beso, intentando hacer con mi lengua lo que mi polla hace ahí abajo. El hormigueo familiar en mi columna me advierte que estoy a punto de explotar, pero no quiero hacerlo antes de que ella se venga alrededor de mí, otra vez. —Nena, debes correrte para mí otra vez. —Succiono su pezón derecho—. Vamos cariño, apriétame a muerte. Déjame sentirte, saber que disfrutas cuando te follo. —Luke... Hmmm —gime y por el aumento de presión sé que se está acercando. Rodeo con mi pulgar su botón y jadea. Dos toques más y se rompe nuevamente. Es tan condenadamente bueno que dejo caer mi cabeza en el hueco de su cuello y rugo fuertemente al correrme dentro de mi mujer. —Te amo. —Muerdo la piel de su cuello mientras le susurro lo que siento— Te amo. —También te amo. —Ambos, con la respiración agitada y el cuerpo sudado, nos sonreímos uno al otro. Siseo cuando aprieta sus músculos nuevamente y me estremezco ante la intensa sensación de calor mientras sigo conectado a ella. —Lo siento. —Jamás podría enfadarme contigo por mucho tiempo Luke. —He sido un idiota. —Sí, hoy lo fuiste. Pero hemos tenido otros días mucho mejores y después de recordarlos y de experimentar lo que acabas de hacerme, la forma en la que me miras, me besas, me tomas ¿Cómo puedo dudar de ti? Te amo, y sé que tu igual. —Creo que te amo más. —No. —Si. —¿Luke? —¿Si nena? —No seas un imbécil otra vez y no arruines esto. —Correcto. No ser un imbécil y follarte de nuevo. —Yo no dije... Ahhhh. —Deja de hablar cuando me muevo nuevamente dentro de ella y le demuestro una vez más cuanto la amo.

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