Bestia.

"De aquellas bestias silenciosas que con miradas poseen." ¿Como era que todo su caos había comenzado por un trabajo en equipo? Ansiedad sentía las miradas profundas de Alexander, creía que por algún motivo el chico la odiaba. Ella no recordaba haberle hecho nada malo así que no entendí del por qué de su asco hacia ella. Saliendo de la escuela se cruzó con el o más bien choco logrando que su celular saliera volando por algún lado del estacionamiento y cayendo al suelo con brusquedad. Después de tremendo espectáculo salió del lugar con el número de Alexander y una cita en su hogar para el proyecto. Al día siguiente decidida fue hasta la dirección quería terminar el trabajo lo más posible para seguir con su rutina diaria. Ansiedad jamás pensó que Alexander escondiera en su hogar un pequeño secreto del cual terminó enamorada. Un pequeño de tres años con un golpe en su rostro, ansiedad al verlo decidió que cuidaría de el sin importar el tener que estar involucrada con quién la odia. O al menos eso creía ya que semanas después se llevó la sorpresa de que Alexander secretamente había estado enamorada de ella, las cosas al parecer estaban por fin saliendo bien hasta que llegó el día de hacer el examen de universidad. Al parecer había olvidado que quería estudiar fuera del país por lo cual su sorpresa fue grande cuando un correo de aceptación llegó a su buzón. En esos momentos entró en pánico al no saber que decisión tomar. ¿Dejaría a Alexander y Nicolás para seguir su sueño? La respuesta fue un si, podría sonar egoísta pero se había preferido a ella misma. Las cosas con Alexander cuando se enteró fue lo peor, no dejo que se despidiera del pequeño del quién se había encariñado tanto. La culpabilidad la carcomía al no saber lo que le podría esperar en el futuro a su pequeño Nicolás aún que también se sentía muy hipócrita por que se encuentraba arreglando sus maletas para marcharse. Alexander sufría de ataques de irá tenía que estar tomando medicamentos para poder controlarse y lo había estado haciendo por la insistencia de ansiedad. —¿Seguirás tomando las pastillas?— Murmuró para sí misma. Había terminado de arreglar sus cosas ahora se encontraba sentada en el sofá abrazando sus piernas en completa oscuridad y soledad. Quería correr a casa de Alexander para rogar que dejara ver a Nicolás solo unos minutos pero sabía que sería en vano ya que, ya lo había intentado y solo recibió la puerta ser cerrada con brusquedad en su rostro. Se había estado debatiendo si era lo correcto lo que hacía, había hablado con personas cercas a su alrededor a las cuales les tenía demasiada confianza. Y todas le decían lo mismo. Decían que si no se iba con el paso de los años se arrepentiría, que vida solo era una y que los años pasan demasiado rápidos. Su estadía sólo sería de un año así que se intentaba animar diciéndose que regresaría y lucharía por volver a ver a Nicolás. La idea de llevárselo era tentadora pero sabía perfectamente que se podría considerar como secuestró a un menor por que por las que el pequeño la llamara mamá para la ley ella no era absolutamente nadie. Las lágrimas cayeron por sus mejillas, los sollozos se hacían cada vez más fuertes El dolor en su pecho era insoportable. Al día siguiente. Bajo del taxi, soltando un suspiro agotador. No había logrado dormir en lo abstracto, caminó por los pasillos del aeropuerto pronto su vuelo partiría. —¡Ansiedad!— Escucho el grito de su amiga tessa. Se acercó hasta donde estaba con una media sonrisa. —¿A que hora sale tu vuelo?— Preguntó ansiedad. Al saber que aún tenían algo de tiempo decidieron ir a comer algo. Cuando terminaron, ansiedad busco con la mirada a su otra amiga la cual le había dicho que iría a despedirla. —Hola, pensé que no vendrías.— Confesó ansiedad, acercándose para darle un medio abrazo y un beso a la pequeña niña que su amiga traía en sus brazos. —Quiero presentarte a alguien, ella es tessa una amiga.— Presentó a la chica. Las dos se saludaron. Tessa interrumpio su plática al tener que ir por sus maletas ya que ella también viajaría a un país diferente. Hablaron un poco más hasta que llegó la hora de despedirse. —Dicen que si conoces a la persona correcta en el momento equivocado la vida los vuelve a juntar.— Murmuró Kiara la amiga de ansiedad quien le daba un abrazo de despedida. —No te sientas mal todo se arreglará, ya verás.— Intento animar. Ya que la había notado decaída y las ojeras debajo de sus ojos la delataba por completo. —Recuerda mandarnos mensaje cuando hayas llegado a tu destinó.— Hablo tessa. —Tu también mándame mensaje cuando llegues.— Le dijo con un nudo en la garganta. Tomo en sus brazos a la pequeña hija de su amiga. —Intentemos estar en contacto todos los días kiara.— Hablo dejando un suave beso en la frente de la niña. —Tu hija es muy hermosa.— Dijo, recordando a Nicolás. No quería ir se pero su sueño por ser alguien importante en el futuro eran más fuertes. Se quería convencer que no solo lo hacía por ella si no por Nicolás. Escucho su vuelo ser nombrado. Le entrego a la niña a kiara. Tomo sus maletas y se despidió de sus dos amigas. No quiso voltear, había perdido la esperanza de que Alexander llegará al lugar así que sin más con paso decidido camino por los pasillos para ingresar al avión. ************** "Somos tristeza por eso la alegría es una hazaña." ************** Bienvenidas/os al segundo libro de cruel, esta vez escribiré como en realidad quiero, puede llegar a tener temas un poco sensibles pero tengo que ser sincera no nací para crear romanticismo. Este capítulo es un poco de lo que pasó en la historia cruel para que puedan refrescar su mente y no se confundan. sin más que decir. Gracias por el apoyo.