PERSECUCIÓN

1993 Words
—En el mismo instante  que llegó a su apartamento, el chico marco a un número ubicado en Busan—dijo Taku al otro lado de la línea.Tristán lo escuchaba atentamente— No era el de Kang-Tae, pero el propietario era Kim Joo Woo. —¿Primo de In Sook? —No. Ya averigüe eso y no tienen la más mínima relación—Tristán desde el otro lado pudo sentir la satisfacción de él—Pero, hay algo interesante en ese Joo Woo —¿Qué? —Fue compañero de Kang-Tae y Chul Sung en la universidad. —Bingo, el chico debe estar con él.— Sonrió victorioso —Eso o es un simple puente entre Chul Sung y In Sook como también lo puede ser Kang-Tae—Dijo bajándole los ánimos. —Bueno si lo llegan a ser o no, no importa, tú mismo me has dicho que las llamadas de Busan no se han detenido. Además, el primer número al que marcó Chul Sung fue a Busan eso ya habla demasiado. —Sí, en eso tienes razón. Pero como te digo puede que Chul Sung marque a ellos a Busan y ellos marquen a otro número ubicado en cualquier parte del país que es donde puede estar In Sook. —Por ahora imaginemos que no es así, ¿de acuerdo?—Se recostó en el marco de la ventana admirando la ciudad— Háblame de Kang-Tae. —Kang-Tae es el futuro heredero de una de las constructoras más importantes en Busan, en cuanto Joo Woo maneja una floristería, la cual está en socia con la constructora de Kang-Tae para los arreglos de los condominios y esas cosas. Ellos dos mantienen contacto. —Bueno supongo necesitaré buscar a esa pareja, ellos me conducirán a In Sook. —Ya te estoy enviando la dirección de la residencia de Kang-Tae y Joo Woo, supongo que cualquiera de los dos te servirá. —Gracias Taku, te giraré el dinero mañana a primera hora. —Ya sabes, lo que necesites me llamas. —De acuerdo— Colgó—. Te encontré Kim In Sook— Arrojó el celular sobre su cama. Ese pequeño se convertiría en su fuente de ingresos, al parecer el señor Kim estaba dispuesto a pagar una buena suma de dinero por la información. A este paso se podría jubilar antes de lo planeado. Pero existía una pregunta en su mente, In Sook estaba siendo demasiado fácil de localizar ¿Por qué los otros detectives no habían podido hacerlo? O si pudieron, pero alguien interfirió en su camino. Eso lo tendría que comprobar. Al día siguiente se puso en pie a las seis de la mañana como tenía por costumbre. Salió a trotar cuarenta y cinco minutos en un parque que quedaba ubicado a unas cuadras de su apartamento, quería despejarse un poco del trabajo y pensar un poco más en sí mismo. Hacía mucho que no se permitía esos espacios, su trabajo lo consumía completamente llegando en ocasiones a olvidarse de sus necesidades. Las imágenes corrían por su mente como una película, se permitía pensar en sus viejos amores, su familia y la dichosa vida en el ejército la cual no había salido como lo planeado. Tal vez el trasladarse a Busan para buscar a aquel chico no fuera tan mala idea, sabía por lengua de las personas que cambiar de aires te ayudaba a aclarar el rumbo de tu vida. Eso era lo que él necesitaba, buscar una razón para continuar, una motivación que fuera más allá del dinero y una pronta jubilación. Las mujeres que pasaban no se tomaban la molestia de disimular sus miradas lascivas y descaradas dirigidas hacía el chico de cabellos negros, quien solo las ignoraba como si fuesen aire, entre ellas murmuraban sobre el porte que resaltaba y las diferentes cosas que harían con él en la cama.Tristán estaba acostumbrado a que esas cosas se dieran su alrededor, más de una vez había recibido invitaciones poco discretas tanto de hombres como mujeres, pero siempre las rechazaba, el amor no era algo que entrara en sus planes. Con el sudor corriendo por su cuerpo regresó a su apartamento a empacar las cosas que se llevaría a Busan, viajaría después del mediodía. Sacó absolutamente toda su ropa del armario decidiendo llevarse lo que consideraba necesario, una vez en Busan podría comprar algo de ropa a medida que lo necesitara. Se sintió decepcionado al ver que toda su ropa era de color oscuro, aunque así era mejor. Sacó las maletas para empezar a empacar, si In Sook estaba allí, que era lo más probable, le esperaba una larga estadía en Busan, no tenía que ser sabio para saber que el señor Kim lo enviaría a espiarlo. Empacó la ropa que más pudo, en otra empacó sus zapatos junto con sus perfumes y utensilios de aseo. Se dirigió a su estudio y guardó su amado portátil junto a una serie de equipos y herramientas que sabía iba a necesitar. Lo más duro de dejar Seúl sería su amada moto, tal vez en Busan se comprara una, pero  probablemente no lo hiciera. Tomó las llaves de su amada máquina de seis cambios y su apartamento, guardándolas en un bolsillo oculto en una de sus maletas. Revisó su apartamento verificando que todo quedara en orden, no quería tener molestias más adelante por algo que pasara por alto. Sacó su portátil unos minutos de su maleta e ingresó a su cuenta bancaria, le hizo un giro a la cuenta de Taku como había prometido. Llamó un taxi para que pasara a recogerlo. Reunió sus cuatro valijas en la puerta y le dedicó una última mirada a su apartamento. En su interior deseaba que todo saliera bien, era la primera vez que haría un trabajo en el cual tendría que trasladarse, por ello no podía evitar sentirse nervioso y expectante ante lo que le deparaba el destino. Sacó sus maletas y cerró la puerta. Ni siquiera él se podría imaginar que cuando volviera a cruzar esa puerta no sería el mismo Tristán Smith que una vez fue. El ruido del motor del avión alcanzó cada fibra de su ser, inhaló profundamente tratando de controlar las miles de emociones que se acumulaban en su cuerpo. Miró por la ventana creyendo que esto lograría calmar sus nervios, pero fue algo inútil, sus manos comenzaron a sudar y sus rodillas a temblar, iban a ser los veinticuatro minutos más tortuosos de su vida, no es porque le tuviera como tal temor a volar, era algo diferente. Por mucho que le costara admitirlo, la vida militar había dejado unas secuelas de las cuales no se había percatado, sino hasta poco después cuando fue dado de alta. Sus temores se reducían a nervios ante sonidos similares a explosiones, aunque en esa lista también debía de incluir ruidos fuertes o que le rodearan por completo, todas esas situaciones podían llevarlo a un borde que le generaba confusión y desconcierto, como ocurría ahora con el avión. Fue el primero en bajar, tomó sus maletas como si estuviera huyendo de alguien y se montó en el primer taxi que le abrió la puerta. Todo con tal de recuperar su amada calma. Se dirigió a un hotel que el mismo señor taxista le recomendó, según él era un sitio bastante acogedor y los precios no eran tan altos. Lo mejor sería quedarse allí mientras encontraba a In Sook, después se trasladaría a una residencia cerca de donde él viviera para poder seguir sus pasos. Cuando el taxi se detuvo frente al hotel uno de los botones que se hallaba en la puerta se apresuró  para ayudarle a bajar sus cosas, sin dar espera se dirigió a la recepción para registrarse con unos documentos falsos como acostumbraba a hacer. Dio la orden para que sus maletas fueran llevadas a su habitación y pago dos días por adelantado. Tomó otro taxi y le dio las indicaciones que le había dado Taku de la casa de Joo Woo, no quedaba muy lejos del hotel donde se hospedaba. Si Chul Sung marcó a él primero fue por obvias razones: Él debía estar más cerca de In Sook o al menos en mayor contacto con él. Tal como le había dicho su amigo era un condominio de apartamentos, lujoso y modesto a la vez, pagó al taxista y se quedó allí parado en un esquina esperando a que llegara su querido amigo. Al igual que Chul Sung ya tenía la placa del auto que conducía, así que solo sería cuestión de sentarse y esperar a que apareciera. Pudo reconocer las placas del deportivo rojo que ingresaba al edificio, eran más o menos las seis de la tarde así que esa sería su hora de regreso promedio. Después de asegurarse que Joo Woo llegaba a ese apartamento se fue a un sitio de alquiler de coches, lo iba a necesitar si tenía que seguir al chico. Regresó al dichoso hotel a darse un baño, mañana iniciaba ese tedioso trabajo. A las seis de la mañana estaba de nuevo frente aquel edificio de apartamentos, el frío de la mañana golpeaba su cuerpo. Esperó pacientemente hasta las ocho que salió el deportivo rojo de Joo Woo. Sin dar espera arrancó aquel auto para seguirlo, el recorrido tardo poco menos de treinta minutos, fue hasta una gran floristería que supuso era la que el chico manejaba, unos grandes vitrales decoraban la fachada dejando ver la belleza que poseía el negocio. Un sitio bastante elegante y lujoso. Pudo ver entrar varios chicos los cuales dio por sentado que eran los empleados. A la una de la tarde Joo Woo volvió a salir en su auto dirigiéndose hacia un complejo de oficinas, al principio estaba un poco confundido respecto a aquel lugar, pero al leer el aviso se alegró al saber que era la constructora de la familia de Kang-Tae, vio salir de nuevo el deportivo pero estaba vez llevaba un acompañante. Supo de sobra quien era. El camino tardó cuarenta minutos, se detuvieron en una pequeña floristería, supuso que sería un punto de venta de la floristería de Joo Woo, lo que le parecía realmente extraño. Pero su sorpresa fue mayor al ver a un chico delgado, con cabellos castaños y estatura media salir alegre a recibirlos. No había duda, era Kim In Sook. Sin perder el tiempoTristán tomó una fotografía del chico con los otros dos jóvenes abrazándolo. Envió un mensaje al señor Kim acompañado de la foto. Lo encontré. Fue más fácil de lo que pensó. *** Sin dar espera el pequeño se arrojó a los brazos de sus dos amigos que le sonreían desde el otro lado del vidrio. —¿Recibiste la llamada de Chul Sung?— Preguntó Joo Woo abrazándolo. —Sí—contesto sintiendo un nudo en su garganta—. Sólo espero que sea una falsa alarma como siempre. —No te preocupes In Sook—Contestó Kang-Tae—. No te van a hallar con facilidad. —Además para adoptar medidas de seguridad, Kang-Tae y yo hemos decido hablar contigo por medio de Cristian, el chico que atiende en las mañanas. También dejaremos de visitarte por un mes, lo más probable es que nos sigan. Al menos mientras comprobamos lo de Chul Sung—Joo Woo miraba los ojos cristalizados del pequeño. —Al más mínimo movimiento sospechoso, no dudes en llamarnos— Intervino Kang-Tae— Vendremos en tu ayuda y te enviaremos a otro sitio. —Gracias— In Sook sentía una presión en su corazón. Kang-Tae y Joo Woo lo miraban impotentes, sabían de sobra cuanto ha sufrido el pequeño—. ¿Saben si es mi papá o William? —No, pero de igual manera esos dos deben estar ayudándose—Joo Woo cruzó sus brazos y frunció el ceño. El simple nombre de ese patán le hacía hervir la sangre. Kang-Tae tomó las manos de In Sook entre las suyas. —No te preocupes, nadie va a poner sus manos sobre ti. Tienes a Joo Woo, Chul Sung, Cristian y a mí dispuestos a protegerte. —Es inevitable sentir miedo— Miró por la ventana dando un gran suspiro—. No después de tantas cosas. ¿Cuánto tiempo estaría huyendo? No iba a poder estar en paz, tranquilo, salir con sus amigos como un chico normal sin estar pensando en que cualquier momento iba a ser hallado y arrastrado a su familia. Cuando por fin que se sentía tranquilo la historia se repetía recordándole que la paz no existía para él, en lo más profundo de su corazón sólo esperaba que no ocurriera lo mismo que en Ulsan. Aunque la diferencia era que esta vez, no estaba solo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD