**ALAI** Me apoyé contra el lavamanos, el espejo empañado, capturando solo fragmentos de mí. El cabello despeinado caía como si fuera evidencia de lo que acababa de ocurrir entre nosotros: una mezcla de pasión, intensidad… y caos. Mi blusa estaba ajada, con los botones mal abrochados, y el lápiz labial que tanto había cuidado esa mañana ahora parecía una mancha sin contexto. —Soy un desastre —murmuré, medio riendo, medio sintiéndolo. Del otro lado de la puerta, la voz de Nicky llegó clara. Serena. —Estás bien. Suspiré. No era cuestión de estar bien o mal. Era sentir que, en ese momento, no tenía forma de volver a ser la mujer que debía presentarse en un almuerzo corporativo. —Sí… solamente que estoy hecha un desastre —repetí, mientras intentaba recomponer mi imagen con dedos más tembl

