Úrsula continuaba su búsqueda del vestido perfecto, con una sonrisa macabra en su interior, le gustaba alimentar su rivalidad con su hermana y tejiendo una red de engaños y manipulaciones. Todo esto, mientras se preparaba para la boda que prometía cambiarlo todo.
Ella, con sus amigas a su lado, continuó su búsqueda por el vestido perfecto. Recorrieron tienda tras tienda, probándose vestidos de todos los colores y estilos. Úrsula estaba decidida a encontrar algo que la hiciera destacar, algo que la hiciera sentirse especial.
Mientras tanto, las palabras de Úrsula sobre su hermana seguían resonando en la mente de sus amigas. No podían creer lo que habían escuchado. ¿Cómo podía ser posible que su amiga estuviera viviendo una situación tan difícil?
—No te preocupes, Úrsula —dijo una de ella
