Christoph la mira, sabiendo que no puede resistirse a su encanto. A pesar de su apretada agenda, decide concederle esos minutos, consciente de que la presencia de Lena siempre logra alegrar su día. Decide ir con ella, Lena sentía que su vida iba a mejorar. Lena y Christoph se encontraban en un elegante restaurante, disfrutando de un almuerzo tranquilo. Lena, con su espíritu jovial y entusiasta, hablaba animadamente de sus intereses y deseos, especialmente porque su cumpleaños estaba a la vuelta de la esquina. Ella esperaba que Christoph le ofreciera un regalo valioso, algo que reflejara el cariño que supuestamente compartían. Sin embargo, Christoph parecía estar en otro mundo, su mente vagaba lejos del restaurante y de la conversación con Lena. Ella notó su distracción y lo trajo de vuel

