Una vez que terminó de empacar, Elena bajó las escaleras con sus maletas y se unió a Annika en la sala. Juntas, revisaron que no se olvidaran de nada y se aseguraron de que todo estuviera en orden. —¿Lista para irnos? —preguntó Elena, mirando a Annika con determinación. Annika asintió, tomando una última mirada a la casa que había sido su hogar durante un tiempo. Aunque sentía una mezcla de tristeza y nostalgia, también estaba lista para dejar atrás el pasado y comenzar de nuevo. Boris llegó poco después con una persona más y juntos comenzaron a cargar las maletas en el coche. Él, siempre dispuesto a ayudar, se aseguró de que todo estuviera bien asegurado para el viaje. Las empleadas lloraban al verla irse, ellas les regalo una sonrisa y les dio las gracias por haber sido buenas con ell

