*CHRISTOPH* El día se despliega ante mí como un lienzo oscuro, y la fatiga se arrastra sobre mis hombros como un abrigo pesado. No tengo ganas de nada, solo anhelo sumergirme en un sueño profundo, donde los pensamientos se desvanecen y las preocupaciones se deshacen en la oscuridad. Para empeorar las cosas, mi suegro nos ha invitado a una comida. Al parecer, tiene algo importante que decirnos, y mi esposa está involucrada. ¿Qué podría ser? Mi mente da vueltas, tratando de descifrar el enigma. ¿Un negocio? ¿Una herencia? ¿O tal vez algo más personal? —Señor, ya es hora de que se vaya a casa. —entra mi eficiente secretaria, le hago un ademán para que me deje solo. Mi secretaria entra en la oficina, su presencia eficiente y discreta. Le indico con un gesto que me deje solo. No quiero ir a

