CAPITULO CINCO

1498 Words
*ANNIKA* El día del examen llego y con él mis consecuencias de no haber estudiado bien, estoy nerviosa, no sé si me aceptaran en esta universidad, aquí no vale estatus ni dinero. No estudie muy bien que digamos. Me dirijo al aula, miro a todo como un oso panda, se nota el desvelo. —¿Estudiaste? Estoy tan nerviosa, no he dormido casi—una compañera se me acerca. —Muy poco y tú. —Más o menos, tengo que ser una de las clasificadas, es mi sueño estar aquí. —El mío también. Ya dentro del aula reparten el examen al ver el contenido, sentí que mi mundo se me viene abajo, ignoro muchas de las preguntas. Mi corazón late con fuerza, como un tambor en mi pecho. Las preguntas en el papel parecen borrosas, como si estuvieran escritas en un idioma que no entiendo. Mi mente está en blanco, y siento un nudo en el estómago. —¿Estás bien? —pregunta mi compañera, notando mi palidez. —Sí, solo estoy un poco nerviosa —respondo, intentando sonreír. Decido empezar por las preguntas que sé, las que estudié. A medida que avanzo, me doy cuenta de que sé más de lo que pensaba. No es mucho, pero es algo. Cuando termina el tiempo, entrego mi examen con una mezcla de alivio y temor. No sé si será suficiente para ser aceptada, pero al menos lo intenté. Al salir del aula, miro hacia atrás, sabiendo que di todo lo que pude. Ahora, solo queda esperar. Mi sorpresa se intensifica al salir del campus y ver a Christoph, mi supuesto novio, recostado en un auto de lujo. Su sonrisa es brillante y su mirada es suave, como si estuviera contento de verme. Me acerco a él con cautela, mi mente corre a mil por hora, pensando en qué decirle. —Hola, señor Christoph, ¿qué lo trae por aquí? —pregunto, intentando mantener la calma. —Hola, Annika. Estoy aquí por una jovencita encantadora que ha cautivado mi corazón —responde, sorprendiéndome—. Puedes llamarme Christoph o Dominik, como prefieras. —¡Dominik! Qué bonito nombre —digo, sonriendo. —Me halagas. ¿Quieres ir a comer para celebrar tu examen? —No creo pasar, las preguntas estaban complicadas —confieso, bajando la mirada. —Eres inteligente, pasarás —afirma con confianza—. Si es así, entonces acepta mi invitación. Solo déjame llamar a tu padre para informarle. —¿En serio? —pregunto, sorprendida. —Quiero hacer las cosas bien contigo —dice, y siento cómo mi corazón se acelera. —¿A dónde iremos? —pregunto, curiosa. —Tengo un restaurante aquí cerca —responde, y me quedo boquiabierta. —¡Vaya! Sí que tienes varios negocios —comento, impresionada. —Ni te imaginas —dice, y me sorprende aún más. Este hombre debe estar nadando en dinero. —Cuéntame de ti, Dominik —digo mientras él arranca el auto. —Elegiste, mi segundo nombre —dice, sonriendo. —Me gusta más —respondo, y ambos reímos. Mientras nos alejamos del campus, no puedo evitar sentir una mezcla de emociones. Estoy nerviosa por los resultados del examen, pero también emocionada por lo que viene. Con Dominik a mi lado, siento que estoy a punto de embarcarme en una nueva aventura. Y aunque no sé qué me depara el futuro, estoy lista para enfrentarlo. —Llegamos, ¿qué te parece? —pregunta Dominik, señalando el elegante restaurante frente a nosotros. —Es hermoso, nunca había visto un lugar así antes —respondo, admirando la arquitectura del edificio. —Debes ser una nerd de seguro —dice, riendo suavemente. —Algo por el estilo —admito, sonriendo—. Me encanta aprender y superarme. Mi objetivo es trabajar en el banco central algún día. —¿Tu padre sabe de tus objetivos? —pregunta, mirándome con interés. —No, él es un poco anticuado. Pero quiero demostrarle que soy capaz de lograr mis metas —respondo, decidida. —Entiendo —dice, asintiendo—. Entremos, ya reservé una mesa. —Hagámoslo —digo, y noto que sus ojos se abren de sorpresa—. ¿Dije algo malo? —No, no es nada —responde, sonriendo ligeramente. Su sonrisa es hermosa, una lástima que no la muestre más a menudo. Una vez dentro, un camarero nos lleva a nuestra mesa y Dominik pide las bebidas. Mientras esperamos, hablamos de nuestras preferencias culinarias. —¿Qué te gusta comer? —pregunta. —Casi de todo. No soy quisquilloso —responde. —Yo lo único que no como es langosta, soy alérgica. Aparte de eso, puedo comer de todo —digo, y veo sorpresa en su rostro. —No lo sabía —dice, pareciendo preocupado—. Es algo de familia, mi madre también es alérgica a eso. —Comprendo —dice, asintiendo. Cuando el camarero trae las bebidas, Dominik me sirve una copa de vino. No sé qué tipo de vino es, pero estoy segura de que le sorprenderá saber que soy una degustadora profesional. —¡Mm! Este es un exquisito Château Lafite —digo, después de dar un sorbo. —Impresionante, me has dejado impactado —dice, mirándome con admiración. —No es para tanto —respondo, sonriendo—. Desde pequeña, mi padre tiene un viñedo y ahí aprendí a distinguir el buen vino. —Eres excepcional —dice, y siento cómo me sonrojo. La cena continúa con una agradable conversación y risas. A pesar de mis preocupaciones por el examen y mi futuro, me siento a gusto con Dominik. Y aunque no sé qué me depara el futuro, estoy emocionada por lo que vendrá. *CHRISTOPH* El padre de Annika me había llamado antes, insistiendo en que pasara tiempo con su hija. Parece que está más ansioso por la boda que yo. Le dije a mi amigo que saldría un rato, aunque no le di detalles. Cuando vi a Annika salir de la universidad, no pude evitar notar su atuendo. No era ostentoso, pero se notaba que era ropa de marca. Decidí llevarla a uno de mis restaurantes en la ciudad, con la intención de impresionarla. Traté de ser lo más caballeroso posible, aunque con ella es fácil serlo. Me sorprendió cuando demostró ser una excelente degustadora de vinos. Es evidente que es inteligente, y eso me incomoda un poco. Una mujer con aspiraciones puede ser difícil de manejar. —La comida está deliciosa —dijo Annika, sonriendo—. Dominik, cuéntame de ti. Parece que evitas la pregunta. —Para nada —respondí, tratando de parecer relajado—. ¿Qué te gustaría saber? —Me he dado cuenta de que ya has estado casado antes —dijo, mirándome directamente a los ojos. —Ah, eso… —dije, suspirando—. No es algo de lo que me sienta orgulloso. No estaba seguro de cómo continuar. Ni siquiera quería hablar de mi pasado, pero tampoco quería parecer evasivo. Decidí que lo mejor sería ser honesto, pero sin entrar en demasiados detalles. —Sí, estuve casado antes —admití—. Pero eso es parte de mi pasado. Ahora estoy enfocado en el presente… y en el futuro. Y tú eres parte de ese futuro, Annika. —¿Qué paso en esas relaciones? Espero no ser entrometida. —No, no lo eres, estás en tu derecho de saber. —Gracias, la verdad si quiero saber. —Fui engañado, tal vez no fui suficiente para ellas —digo, sintiendo un nudo en la garganta al recordar esos momentos dolorosos. —¿Por qué dices eso? —pregunta Annika, su voz llena de preocupación. —Es difícil aceptar que la persona con la que compartes tu vida, con la que duermes cada noche, está pensando en alguien más —explico, tratando de mantener la calma—. Cosas como esas me llevaron a tomar la decisión de divorciarme. Con mi primera esposa estuve casado nueve meses, con la segunda un año y medio. Espero que contigo sea para toda la vida. —Annika sonríe, pero puedo ver que está un poco apenada. No quiero que se sienta incómoda, así que decido cambiar de tema— Pero eso es suficiente sobre mi pasado —digo, sonriendo—. Estoy aquí contigo ahora, y eso es lo que importa. Estoy enfocado en el presente… y en nuestro futuro juntos. Ella parece aliviada y devuelve mi sonrisa. A pesar de las dificultades del pasado, siento una chispa de esperanza por lo que vendrá. Ella me mira con curiosidad como si se tragara sus preguntas, espero haberle despejado sus dudas, no quiero que nada empañe mi propósito. —Nos vamos, está haciéndose tarde. —Es cierto, gracias por ser considerado. —No hay de qué —respondo, levantándome de la silla y extendiendo mi mano para ayudarla a levantarse. Ella acepta con una sonrisa tímida, sus dedos se sienten pequeños y frágiles en los míos. Talvez esto funcioné para bien.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD