Mira al hombre sentado, su postura es elegante y a la vez sombría, camina con pasos firmes hasta llegar frente a él, se miran a los ojos directamente.
—Buenas noches, señor Lange —saluda Christoph, extendiendo su mano en un gesto de respeto.
El señor Lange levanta la vista, su rostro se ilumina con una sonrisa amigable. —Christoph, me alegra verte. Por favor, siéntate.
Con un asentimiento de agradecimiento, Christoph toma asiento frente al señor Lange, listo para discutir el futuro y las posibilidades que este encuentro podría traer. A pesar de la incertidumbre, Christoph sabe que está en el lugar correcto, en el momento correcto. Y está listo para aprovechar esta oportunidad, sin importar a dónde pueda llevarle. Después de todo, eso es lo que hacen los hombres de negocios. Y Christoph es, sin duda, uno de ellos.
—Pedí este vino, no sé si es de tu gusto. Aunque si prefieres otro, no hay problema.
—Está bien, me gusta. No se preocupe.
—Te has vuelto muy astuto en los negocios, te felicito, tus padres deben estar orgulloso de ti desde el cielo. Has crecido bien, muchacho.
—Gracias. —toma un sorbo de vino.
—Te invité para que hablemos sobre unirnos. ¿Sabes a qué me refiero? Los negocios son buenos cuando hay más posibilidades de expandirse.
—Claro, usted dígame.
—Que te parece si te ofrezco un matrimonio que te beneficiara financieramente.
—Suena tentador. ¿Cuál sería la elegida?
—Mi hija Úrsula es inquieta e inmadura, por eso quiero que sea Annika, es una joven responsable y sumisa. No te causará problemas.
—Entiendo —responde Christoph, asintiendo con comprensión—. Annika es una joven impresionante, estoy seguro de que sería una excelente compañera.
El señor Lange sonríe, pareciendo satisfecho con la respuesta de Christoph. —Me alegra que lo veas así. Creo que una unión entre nuestras familias sería beneficiosa para todos nosotros. ¿No te parece?
Christoph asiente, considerando las palabras del señor Lange. Sabe que este matrimonio no solo uniría a dos personas, sino también a dos poderosas familias. Y aunque la idea de casarse por tercera vez es un poco intimidante, también sabe que, a veces, los mayores riesgos pueden llevar a las mayores recompensas.
—Estoy dispuesto a considerarlo —dice finalmente Christoph, levantando su copa en un brindis silencioso por el futuro.
Y aunque el camino por delante puede estar lleno de desafíos, también está lleno de posibilidades. Después de todo, son hombres de negocios, y los hombres de negocios siempre están listos para aprovechar las oportunidades cuando se presentan. Y esta, sin duda, es una de esas oportunidades.
—Entonces tenga una cita. Ella es fácil de convencer, no ha tenido mucha interacción con el sexo opuesto, además sé que lo harás bien.
—Perfecto, si lo plantea de esa manera como negarme —responde Christoph, asintiendo con aprobación—. Organizaré todo para que sea un encuentro agradable. Le haré llegar la invitación a la señorita Annika con todos los detalles.
El señor Lange asiente, pareciendo satisfecho con la respuesta de Christoph. —Eso suena bien. Estoy seguro de que Annika estará encantada. Es una joven agradable.
Con eso, la reunión llega a su fin. Ambos hombres se levantan, estrechándose las manos en señal de acuerdo. A medida que Christoph se aleja, no puede evitar sentir una mezcla de emoción y nerviosismo ante la perspectiva de su próxima cita. Aunque el futuro es incierto, está listo para enfrentar lo que venga, con la esperanza de que esta vez, las cosas resulten diferentes. Después de todo, cada nuevo comienzo trae consigo la promesa de nuevas posibilidades.
«Después de nuestro encuentro en el café, un lugar que poseo y que siempre ha sido un refugio para mí, estoy cada vez más convencido de que este matrimonio con Annika podría funcionar. Ella es joven, vibrante y llena de vida, y hay algo en su inocencia que me atrae, a pesar de mis intenciones iniciales.
Por ahora, debo mantener mi interés en ella, aunque sea fingido. Una vez que estemos casados, estoy seguro de que se adaptará a mi estilo de vida. Es joven y adaptable, y estoy convencido de que podré moldearla a mi manera».
—¡Cuéntame! ¿Conociste la chica? —Manfred tenía curiosidad por la cita.
—Sí, la conocí. Es una joven encantadora, es divertida e inteligente, aunque eso no es de mi interés —responde Christoph, su tono es casual, como si estuviera hablando de un encuentro de negocios más que de una futura esposa.
—Imagino que es aún más bonita en persona, ¿te impresiono su belleza? —dice Manfred, su voz llena de curiosidad.
—Tienes razón, es una joven muy atractiva —admite Christoph, aunque su tono sigue siendo indiferente.
—No pareces muy emocionado, será una boda, no un funeral —observa Manfred, frunciendo el ceño ante la falta de entusiasmo de su amigo.
—Sabes que este matrimonio es puramente un asunto de negocios —responde Christoph, encogiéndose de hombros.
—Estamos hablando de tu matrimonio, Christoph. Deberías mostrar un poco más de interés —aconseja Manfred, su tono es serio.
—Ya he pasado por esto antes, Manfred. No hay nada emocionante en ello. Además, tengo planes para esta nueva alianza —dice Christoph, su voz es firme, decidida.
—No todo en la vida se trata de dinero, amigo —dice Manfred, su tono es suave pero firme.
—Lo sé, Manfred. Pero en este caso, no hay amor involucrado. Siempre y cuando tengamos una convivencia pacífica, eso será suficiente para mí —responde Christoph, su tono es final, poniendo fin a la conversación.
Ambos hombres se miran en silencio, cada uno con sus propios pensamientos. Aunque tienen opiniones diferentes sobre él, ambos saben que al final del día, cada uno tiene que tomar sus propias decisiones. Después de todo, son amigos, y eso es algo que ninguna cantidad de desacuerdos puede cambiar.
Christoph ve su interés en Annika como una necesidad para lograr sus objetivos de negocio. Aunque reconoce su atractivo y encanto, su principal motivación para casarse con ella es fortalecer su alianza con el señor Lange. Christoph es un hombre de negocios pragmático y ve este matrimonio como una oportunidad para expandir y fortalecer sus operaciones comerciales.
Sin embargo, también es consciente de que debe mantener una fachada de interés genuino para que la relación funcione, al menos en la superficie. Aunque no está emocionalmente involucrado, entiende la importancia de mantener una buena relación con Annika por el bien de sus negocios y su reputación.
En resumen, Christoph ve su falso interés en Annika como una herramienta necesaria para alcanzar sus objetivos. Aunque no está emocionalmente comprometido con ella, está dispuesto a hacer lo que sea necesario para asegurar el éxito de su alianza con el señor Lange. Sin embargo, también es consciente de que esta situación puede cambiar con el tiempo y está abierto a la posibilidad de que sus sentimientos hacia Annika puedan evolucionar.