Seducido
El ambiente en la fortaleza era tenso, pero lleno de una energía vibrante que se sentía en cada rincón.
Leoni, aún asimilando todo lo que había escuchado de los dragones, se encontró en el gran salón rodeada de Kavan y Darren. Ambos estaban decididos a ayudarla a prepararse para un momento que cambiaría su vida para siempre.
- Necesitamos que estés lista, cuñada - dijo Kavan con un tono serio, pero sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y apoyo. - Este es un paso crucial.
- Pero, ¿Cómo se supone que debo hacer eso? - preguntó ella, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.
- Émer nos ha enseñado algunas cosas para ser cuidadosos cuando conozcamos a nuestras compañeras.
- ¿Émer es la compañera de Kean? - preguntó la joven y Kavan asintió
Darren sonrió, su mirada llena de complicidad.
- Nosotros nos encargaremos de todo. Solo confía en nosotros. Hoy, debes ser la mujer que Drage no podrá resistir.
Con un gesto decidido, los dos dragones la llevaron hacia una de las habitaciones laterales, donde los centinelas ya habían comenzado a preparar un ambiente acogedor. El aire estaba impregnado de fragancias dulces y terrosas que provenían de las esencias que habían traído. Aromas de lavanda, rosa y un toque de almizcle envolvían la estancia, creando un refugio de calma.
- Tómate tu tiempo y relájate - dijo Kavan mientras Darren se acercaba con un cuenco de agua tibia y hierbas aromáticas - Hoy es tu día.
Leoni observó cómo Kavan sumergía sus manos en el agua, creando pequeñas olas que reflejaban la luz de las velas. Sintió un ligero cosquilleo de anticipación mientras se dejaba guiar por ellos.
- Quiero que te sientas hermosa, fuerte - continuó Darren - Esto es más que un simple encuentro; es la posibilidad de que te conviertas en su compañera, en su ancla.
- Eso no ayuda a que me sienta tranquila. - les advirtió.
Darren asintió, sonriendo con complicidad.
- Así que vamos a empezar con un baño. Necesitas estar relajada y lista para recibirlo.
Leoni sintió que su corazón se aceleraba, pero confiaba en ellos cuando ellos se giraron para darle privacidad. Se despojó de su ropa y se sumergió en el agua perfumada, sintiendo cómo la calidez la envolvía. La tensión se desvaneció lentamente mientras Kavan y Darren le hablaban, compartiendo historias del otro vínculo entre Kean y su compañera, de cómo la conexión podía ser una fuerza poderosa, casi mágica. Tambien se burlaron de lo bobo que era Kean al principio cuando conoció a Émer.
- Recuerda, no solo se trata de lo físico. - dijo Kavan mirando la pared, mientras Leoni se secaba. - También es emocional. Debes abrirte a él, mostrarle quién eres, lo que sientes. Qué confías en él.
Darren se acercó, llevando un vestido de estilo élfico, delicadamente bordado con hilos plateados que capturaban la luz de las velas.
- Esto es perfecto para ti. - dijo, ofreciéndoselo - El color resaltará tus ojos y hará que tu piel brille.
Leoni lo tomó con manos temblorosas, observando los detalles del tejido. Aceptó la prenda, consciente de que cada elemento estaba diseñado para realzar su belleza natural. Una mezcla de nerviosismo y emoción burbujeaba en su interior mientras se vestía.
Una vez que estuvo lista, Kavan y Darren se dieron la vuelta para dejarla un momento a solas. Ella se miró en el espejo, observando cómo el vestido acentuaba su figura y cómo los bordados reflejaban la luz, haciendo que su piel pareciera casi resplandeciente. Se sentía diferente, como si estuviera tocando un poder que no sabía que poseía.
Cuando Kavan y Darren regresaron, sus ojos se iluminaron al verla.
- Estás radiante, cuñada. - dijo Darren con una sonrisa amplia en su rostro - Ahora, el siguiente paso: el toque final.
Kavan tomó algunas esencias de un estante cercano.
- Esto te ayudará a crear la atmósfera adecuada. No solo huele bien, también te hará sentir más segura y a los dragones nos encanta. - le dijo con una risita divertida.
Leoni se dejó untar suavemente las esencias en el cuello y las muñecas, sintiendo cómo el aroma la envolvía, intensificando su presencia. El toque de los dragones era suave, pero había un poder en su dedicación.
- Ahora, debes actuar como si fueras la mujer que puede dominar al dragón n***o. - dijo Kavan, guiándola hacia la puerta -Sé que esto puede parecer abrumador, pero tienes lo que se necesita.
Darren asintió.
- Recuerda lo que dijimos: la conexión entre ustedes es especial. Él necesita saber que puede confiar en ti, que eres fuerte y que estás dispuesta a ser su compañera.
- Confiamos en ti, cuñada. - dijo Kavan.
Con el corazón latiendo fuertemente en su pecho, Leoni asintió. Estaba lista.
La joven abrió la puerta y avanzó hacia el pasillo, sintiendo la energía que emanaba de ella, una mezcla de determinación y vulnerabilidad.
Mientras caminaba hacia la habitación donde Drage descansaba, pudo sentir que el aire a su alrededor se volvía más pesado, como si el destino la llamara.
Los dragones la escoltaron con elegancia hasta la puerta donde Thalias se inclinó respetuoso.
- Mi señora, soy Thalias, el centinela de su Excelencia. Es un honor servirla.
- Encantada, Sir Thalias. - le dijo.
- Tu puedes...- le dijo Kavan inclinándose en señal de respeto.
Frente a la puerta, se detuvo un momento, respirando hondo para calmar sus nervios. Sabía que este momento definiría no solo su relación con Drage, sino también su futuro.
Cuando finalmente cruzó el umbral, vio a Drage descansando en la cama, su figura imponente contrastando con la suavidad del entorno. El dragón n***o parecía estar durmiendo, pero en cuanto la puerta se cerró, el joven abrió los ojos.
- Leoni. -murmuró Drage, su voz resonó ronca en la habitación. Su mirada recorrió cada detalle de su figura, como si intentara absorber su presencia tragando saliva con dificultad.
Ella sonrió, su corazón latiendo con fuerza.
- Hola, Drage.
La tensión entre ellos se palpaba, y Leoni supo que estaba a punto de dar el paso más importante de su vida. Se acercó, dejando que el aroma de las esencias la precediera y mientras se acercaba, se dio cuenta de que no solo estaba ahí para seducirlo, sino para ofrecerse como su compañera, como su apoyo.
- He estado pensando en nosotros. - dijo con su voz suave, pero firme.
Drage se quedó en silencio, su mirada profunda y llena de emociones. Ella sintió que el mundo a su alrededor se desvanecía, dejando solo a los dos, unidos en una conexión que prometía cambiarlo todo.
- ¿Eso es así? - preguntó con una sonrisa suave.
- Sé que tienes miedo, pero confío en ti... - le dijo caminando hacia él y Drage se tensó ante su desplante sin cambiar de posición.
- No quiero asustarte...No soy humano...
- Tengo que aprender muchas cosas, pero sigues siendo mi pareja...Aún no entiendo el vínculo, pero puedo sentirlo...
- ¿No me tienes miedo? - le preguntó con cuidado.
- No conozco tu forma de dragón, pero ya vi a tus hermanos... - explicó.
- No somos iguales. - avisó divertido.
- Sólo te quiero a ti... - susurró.
- Serás mi familia... - avisó Drage - Mi compañera...mi pareja...Por muchos años...
- Lo sé...
- No quiero lastimarte...Eres humana y frágil.
- Entonces déjame tener el control...
Drage levantó las cejas sorprendido, pero no habló ya que pudo sentir el nerviosismo de su pequeña humana. Se había preparado para él, podía sentir las esencias y el fluir de la tela sobre su cuerpo revelando una promesa sensual y carnal debajo.
- ¿Quieres que me quede quieto? - le preguntó.
- No quieto... - le dijo de inmediato - Sólo déjame dar el primer paso...Quiero hacerlo...
- ¿Tienes experiencia? - preguntó, aunque sabía la respuesta.
- No, sólo necesito sentir mi corazón...El me guiará.
Drage la miró con intensidad antes de volver a recostarse en la cama con los ojos brillando peligrosamente.
- Tienes mi cuerpo y mi corazón, compañera. Me entrego a ti... - le dijo con voz ronca haciendo que Leoni se sintiera más segura - Haré lo que quieras y pidas. Si algo te incomoda debes decirme...
- Lo haré...- le dijo - Gracias...por eso.
Y con esas palabras avanzó hacia él.