Capítulo 20

2619 Words
El camino de vuelta estaba siendo más difícil, Ángel junto a Liam y Elijan hicieron un viaje para llevar lo más pesado, dos horas en las que las mujeres junto a Gabriel se quedaron esperando, el joven no dejaba de quejarse por el dolor. Quiso apoyar el pie y fue un gran error, su padre lo llevaba en la espalda descansando por momentos querían salir del bosque antes que el sol se ocultara. Angie, Amalia y Liam dejaron a los mayores atrás, aunque sus pasos eran lentos, no se detenían, en cambio, su padre y su madre junto a Gabriel tenían que hacer paradas para luego continuar. Elijan comenzó alejarse de Ángel para alcanzar a las jóvenes, esa era su oportunidad de arreglar lo que ocasionó años atrás. —Que tal si le pedimos a tus padres que nos lleve al puente Las cañas. — Las amigas planeaban celebrar el cumpleaños de la castaña haciendo una actividad extrema. —¡Uh!, si siempre he querido visitar ese sitio. — La castaña detuvo sus pasos, miro su botella, la cual no tenía ni una gota de agua. —¿Quieren saltar en bungee?. —Pregunto Liam. —Son de esas fantasías que quieres hacer antes de morir, — explico Amalia. — hace un año con Angie hicimos un listado, una tontería. —Ya el sol estaba bajando y mi padre aún está muy atrás. — La castaña miraba el camino que había dejado esperando ver a su padre; sin embargo, su padre no asomaba, estaba demasiado rezagado. Liam bajo su mochila y la tiro en el suelo. — Gabriel pesa demasiado. — dijo el joven, ya que al principio del camino él ayudó a Ángel por un momento. — Volveré, talvez necesita ayuda. Las jóvenes se sentaron a esperar mientras seguían planeando donde celebrar el cumpleaños de la castaña, Liam al no llevar nada no tardo mucho en bajar y encontrar a Elijan quien lo ignoro y siguió su camino. Unos pasos más y encontró a Ángel casi desmayado del cansancio, Gabriel se encontraba sentado en el suelo junto a su madre. — ¿Quiere ayuda?. Ángel estaba bañado en sudor, sus pies estaban temblando del esfuerzo, su hijo ya no era un bebe y pesaba demasiado. Aunque Gabriel hizo el intento de caminar no le fue posible, toda la planta del pie estaba herida y lo peor era no saber la profundidad. Ángel ni siquiera podía hablar callo en el suelo acostado. — Solo necesito descansar. — Dijo tratando de recuperar el aliento. —¿Y las niñas?. —Pregunto Lucia. —No están muy lejos, están dando la vuelta. Liam tomó a Gabriel, con la ayuda de Lucia, y comenzó a caminar. —Deberías de comer menos. — Dijo Liam en broma. — Como que estás un poco pasado de peso. —Es pura fibra, nada de grasa. —¿En serio?, no lo había notado. Lucia miro como su hijo se alejaba junto a Liam, ella se quedó un momento con su esposo, ya que este no podía ni ponerse de pie. —Es un buen muchacho, ¿no lo crees?. Lucia seguía viendo por donde se habían ido los jóvenes, su esposo solo sonrió, él sabía que su esposa estaba encantada de ese joven y no tenía duda que aceptaba los sentimientos que tenía por su hija. Aún tenía una plática pendiente con él, una a la que le tenía un par de reglas o talvez varias. —Al fin las alcancé. —Dijo Elijan llegando a ellas. —Tan feliz que estaba. — Se quejó Lia poniendo los ojos en blanco. — No pienses que por el simple hecho de que no le dijimos nada al señor Ángel signifique que seamos amigos y que olvidamos todo. —Mi castaña, podemos hablar. —Elijan ignoro a Lía, él no estaba ahí por ella y no le interesaba escuchar sus reclamos. Angie no estaba con ánimos de hablar con él después de todo, su sola presencia la hostigaba y la mención de su ápoda le provocaba náuseas. —No me vuelvas a llamar así, solo mis amigos tienen permitido, ¿entiendes?. —¿Te quedó claro?. —Dijo Lia tronando los dedos mientras hacía una pose de diva. —Angie, solo quiero aclarar muchas cosas, no es como piensas. —Ja, no es como piensas Angie, él no se avergonzó de nosotras en su fiesta y no lepidio a los de seguridad que nos sacara como si fuéramos una simple bolsa de basura. —Por supuesto que no es como pienso, no nos llamó mugrientas pueblerinas. Hablo la castaña poniéndose de pie. —Angie déjame explicarte. —No quiero ninguna explicación de ti. —Que vas a explicar. —Lía se puso de pie al igual que su amiga, se colocó frente a él y lo golpeo con su dedo índice. — nos dirás que todo solo fue una broma, que no eras tú el que dijo esas palabras. —No estoy hablando contigo. — Tomo de la mano a Lía y le dio un pequeño empujón. —Siempre te metes donde no te llaman. —No la toques idiota. —Angie le dio un pequeño rempujón que casi lo bota. — no te acerques a nosotras, si lo haces le diré a mi padre lo que en verdad ocurrió. En eso Liam estaba más cerca y escuchaba la discusión, Ángel apenas se había recuperado, tomo las maletas que llevaba su esposa y comenzaron a caminar. —Estoy harto de ella, siempre se mete entre nosotros — Grito Elijan. — eres una torpe que arruina todo porque no desapareces de mi vista. —aquí el único que debería de desaparecer eres tú. —Amalia le dio otro empujón más fuerte que el de su amiga. —Nadie te invito en este viaje, eres un meque que llega donde no es bienvenido. Elijan comenzó a molestarse. — Mira, quien habla la que siempre estaba detrás de Angie, ya que nadie la quería por estúpida. —No tienes un insulto mucho mejor, ya sabes uno que me duela, mente pequeña, cerebro de cacahuate. —Y crees que tus insultos son peores. —Elijan soltó una risa burlándose de Amalia. — Tienes un frijol en vez de cerebro. —Por lo menos es frijol y no mierda. Liam llegó asta ellos y bajo a Gabriel molesto de ver como Elijan era un poco hombre discutiendo con Amalia. —No voy a perder mi tiempo contigo. — Se hizo a un lado en busca de la castaña. — Te daré una oportunidad, sé que estás resentida por lo que paso. —No, Elijan te equivocas. — Amalia está por volver hablar. —¡Ya cállate!, ¡maldita sea!, ¿qué nunca sierras esa boca?. Elijan llego a su límite explotando con Lía, quien se paró firme, así como su amiga solía hacerlo por ella. —¿Qué te pasa idiota?. —Liam no soporto más ver aquella escena, tomo Amalia con delicadeza y la coloco detrás de él. —No te metas bastardo. — Elijan estaba fuera de sí, sus ojos estaban irritados por el enojo que crecía dentro de él, solo quería conversar con la castaña y aquellos jóvenes se había interpuesto en su plan. Cada vez que él se acercaba a ella, ellos llegaban y la separaban de él, como si el fuera hacerle daño. Cansado de eso dio un paso al frente. — No te tengo miedo. —No se trata que me tengas miedo, se trata que debes de aprender a respetar. —Le dijo Liam. La castaña se acercó a Liam y a su amiga, quien estaba aún detrás de él sonriendo. —¡Angie!. —Elijan la tomo de la mano para que no siguiera caminando. —¡Suéltame!. —se quejó ella soltándose de su agarre. Todo paso tan rápido que no hubo tiempo de reaccionar, Liam tomo la mano de Elijan, esa con la que agarro a la castaña. Elijan cabreado se fue encima de Liam, quien por supuesto no se dejó, no era la primera vez que esos dos se agarraban a puños. Aunque Liam tenía experiencia en peleas, la furia que sentía Elijan era tan grande que solo quería sacarla con alguien y para su suerte está Liam a quien siempre había odiado. Se revolcaban en el suelo sin dejar de darse como bolsa de boxeo, no median la fuerza en que golpeaban a su oponente, los dos querían matarse y si no los separaban eso podría salir mal. Amalia con Angie gritaban desesperadas al ver como los dos jóvenes comenzaban a sangrar de diferentes partes de su cuerpo, estaban a las orillas de un barranco y era muy peligroso que los dos por estar sumergidos en su lucha no se dieran cuenta. Ángel y Lucia escucharon los gritos y comenzaron a correr para encontrar aquella escena donde en una de esas Elijan estaba sobre Liam, quien solo se cubría el rostro. —¡Suéltalo!. —Grito la castaña, queriendo separa a Elijan de Liam. Sin embargo, Elijan no pensó bien las cosas, se detuvo y empujo a la castaña, quien estaba frente a él por la cabeza de Liam. En un parpadeo la castaña rodó por la quebrada, la tierra donde había caído estaba suelta y no aguanto el peso de ella. Elijan quedo horrorizado, él había causado que la castaña callera, todos eran testigos de lo que había pasado. Liam no lo pensó al ver como aquella joven caía un temor le impulso en saltar. Ángel corrió para saber como estaba, no tenía idea de que tan profunda era, su miedo se disparó. Angie calló sentada en el suelo cuando Elijan la empujo, estaba por pararse cuando la tierra donde callo se soltó causando que se fuera de espalda. Un grito salió de ella, y luego, solo quejas de dolor, golpeo su cabeza en algo duro, causando que perdiera la conciencia por un momento. Su cuerpo rodó llenándose de rasguños, raspones y una que otra herida, se detuvo en una roca demasiado aturdida. Liam se deslizó detrás de ella para asegurarse que no era tan grave. —¡Angie!. —La llamo llegando a ella. La castaña levantó la mitad de su cuerpo sintiendo como este estaba destrozado. —¡Carajos!. El rostro de Liam fue preocupante, miraba a la chica y no sabía si tocarla. —¡Hija!. —Grito su padre. —¿Estás bien?. Llego asta donde estaban y quedo petrificado, su cuerpo se estremeció. Angie tenía una herida en la cabeza que sangraba unos rasguños en todo su cuerpo al igual que pequeñas heridas, Liam y Ángel miraban aquel pedazo de hierro que atravesaba su piel. —¡Mierda!. La castaña se miró el hierro sin asustarse, el golpe en la cabeza la tenía un poco perdida. —Está sangrando. —Dijo ella sintiendo como la sangre se sentía caliente al bajar por su piel. Liam no quiso pensar más, que podía hacer en ese momento para ayudarla, tomo a la castaña en brazos con temor de lastimarla y como pudo salió del barranco junto a Ángel, quien lo ayudaba a que no callera. Al estar afuera la acostó en el suelo. —¡Por Dios!. —Lucia comenzó a llorar, ella había presentido que algo malo iba a pasar si Elijan está cerca de su hija. Sus manos temblaban por el miedo a que su hija muriera ahí, desangrada. —Hay que llevarla al hospital, de emergencia. — Liam estaba pensando más rápido que todos, Elijan seguía en el suelo llorando y temblando por lo que había hecho. Amalia sostenía a Gabriel quien se puso de pie al ver a su hermana, los dos lloraban al ver como la joven perdía el color en su piel. —Piensa, piensa. —Se dijo Liam así mismo. Se puso de pie y camino asta donde estaba Elijan. —Dame las malditas llave de la moto. Elijan se cubrió cuando este se acercó creyendo que lo golpearía. —Lo que quiero es matarte imbécil. —Escupió Liam tomándolo del cuello. — Dame las malditas llaves. —¿Qué vas a hacer?. — Pregunto Ángel abrazando a su esposa quien estaba por desmayarse, su hija no respondía a sus preguntas, solo miraba el cielo perdido como si se iba de ese plano. —No podemos esperar que una ambulancia venga, en todo eso no sabemos qué puede pasar, hay demasiadas personas en el carro. Liam dijo todo aquello tomando a la castaña en brazos, no esperaría un segundo más, ella necesitaba ser atendida y la ciudad más cerca estaba a casi una hora. Amalia corrió tras de él sin saber qué hacer. —¿Va a morir?. —Pregunto. —No, ella es fuerte, lo he visto. Gabriel tomó la mochila que estaba cerca y comenzó a brincar para llegar junto a su padre, se abrazó de él buscando consuelo. —Tío, yo no quise. — Dijo Elijan llorando aún en el mismo lugar donde lo dejo Liam. —Lo siento tanto, lo siento, lo siento. Ángel reaccionó en ese momento, soltó a su esposa, se puso de pie y camino asta el joven, quien no dejaba de llorar. — No debí dejar que te quedaras. — Estaba por golpearlo; sin embargo, se detuvo, aquel joven tenía la cara golpeada su labio como su nariz sangraba. —Te juro que si le pasa algo a mi hija conocerás el infierno. —Ángel quería mostrar fuerza, sin embargo, era su bebe la que estaba en peligro, las lágrimas salían de él, nublándole la vista. —Trae uno de los lazos de la hamaca. —Le dijo Liam a Amalia mientras colocaba a la castaña en el suelo para sacar la moto de donde la había metido Elijan. Amalia corrió a la camioneta subiéndose en la parte de atrás para buscar los lazos, Liam se subió con Angie sobre sus piernas, conocía que no iba a hacer fácil llevarla en sus piernas y manejar, pero lo iba a intentar. Amalia comenzó a pasar el lazo en el cuerpo de Liam y el de su amiga para que esta estuviera más segura, ya que Liam ni podría sostenerla. —Hace años que no te veo tío. —Dijo la castaña con dificultad. —Ya no apareces en mis sueños. Ángel llegó junto a su esposa, Gabriel y Elijan, quien cargaba las mochilas de la castaña y Amalia. —Deja que yo maneje. —Dijo Ángel colocándose a un lado de la moto. —No es el momento, señor Ángel, usted está muy alterado, lo veo en el hospital de Divina Misericordia. —Papá, mi tío Joel, te envía saludos. —¿Joel?. — Dijeron Lucia y Ángel. Liam no esperó más y arranco la moto dejándolos atrás, Liam estaba siendo invadido por el miedo, la impotencia, las ganas de matar a Elijan; sin embargo, en ese momento lo más importante era esa castaña. El miedo de perderla lo impulsaron a acelerar, aquellas calles estaban solas, así que no hubo problema, la castaña se aferró a él con miedo a morir en la carretera. Odiaba las motos, siempre se lo hizo saber a su padre juro que nunca subiría en una, sin embargo, en ese momento su juramento fue mandado al carajo. Con aquella velocidad Liam llego en media hora, que las sintió demasiadas largas casi un día entero. La castaña llegó desmayada y más pálida, su pulso era bajo y su piel estaba helada. —¡Ayuda!. —Grito Liam bajándose de la moto con la castaña amarrada a él. —Por favor ayúdenme. Solo entonces Liam dejo de ser fuerte.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD