Capitulo 14

2062 Words
Solo tenía 12 años cuando ella odió aquel que era uno de sus mejores amigos, su amor de niños, “su primer amor y último” se dijo así misma. Era el cumpleaños de Elijan número 13, y él decidió festejarlo solo con sus amigos, ya que su padre lo consentía, en todo no le puso pero. Le cumplió su capricho, mando las invitaciones a todos sus amigos y conocidos, a la que era su amiga de infancia le hizo una llamada para invitarla. —Angelina. —Así era como él la llamaba, a ella no le molestaba, ya que era él. — Tendré mi fiesta deseada, será de disfraces. Y fueron esas palabras las que ella asta el momento no podía olvidar. Se preguntó por qué nunca envió un mensaje o no la volvió a llamar, ella llegó junto a Amalia disfrazadas para darse cuenta de que la fiesta en realidad no era de disfraces. Al crecer en la ciudad Elijan tenía amigos con dinero por llamarlo así, ellas venía del campo y comenzaron a humillarlas, a burlarse de ellas por su vestimenta. Angie se había vestido de gata y Amalia de vaca, ella no podía olvidar ese día, las risas, las burlas, los empujones. Y como aquel que se decía llamar amigo, se avergonzó de ella diciendo que no las conocía y quien las había dejado entrar, las sacaron a la fuerza del lugar que el padre de Elijan rento y esa era la peor humillación de su vida. Porque le mintió con que era una fiesta de disfraz. Ella lo odio ese mismo instante, todo el cariño que le tenía desapareció y se esfumó cuando nunca volvió a llamar, ni siquiera para disculparse. Decidió callar lo que él le hizo, ya que sus padres eran amigos desde antes de que ellos nacieran y ella no quería ser la causante de alguna discusión. Ese día Julián fue quien las llevo a la fiesta y viceversa, le obligo a callar lo sucedido y el apenado acepto, Gabriel se dio cuenta tiempo después cuando él quiso ir a una fiesta sorpresa para Elijan, ya que Angie estaba necia en no asistir. Sus padres al estar en la ciudad siempre no se dieron cuenta de lo que pasada, creían que la edad los estaba alejando, aunque ambas familias insistían en hacer actividades juntas, siempre había una escusa de parte de los tres. Al final se casaron de insistir y no le dieron importancia al asunto, no miraban nada raro, solo que sus hijos tenían diferentes amigos. Viver tan lejos no ayudaba tampoco, lo dejaron así. Para Angie lo que él le hizo no tenía perdón, si lo hubiera perdonado por no decirle que se cancelaba el disfraz, pero sacarla y decir que no la conocía. Él fue su primer beso, pero no el último, fue su primer amor y desde ahí decidió cerra su corazón, uno que latía por Liam. Ella no quería sentir eso, sabía que él se iría tarde o temprano, no quería volver a querer a alguien y terminar con el corazón partido. Si ella se volvía enamorar quería que fuera la persona con la que pasaría el resto de su vida, así como sus padres, ella no quería tener una lista de novios, ella soñaba con ese amor que conoció de sus abuelos, ese amor de sus padres. Pero quién era ella para decirle a su corazón que no sintiera que se quedara en ese mismo lugar donde ella lo dejo para no volver a ser lastimado. Quién era ella para decirle a su cuerpo que no buscara la cercanía de él, quién era para decirle a sus ojos que no lo viera. Su cuerpo pedía una caricia de sus manos, su boca solo deseaba un roce, ella quería saber como era el sabor de aquellos labios. Liam, el caos en persona, en realidad no era un caos, él era un chico bueno, respetaba a los mayores, a los de su misma edad y los menores. Era muy bueno en todo, tocaba piano, guitarra, violín y la batería, para los deportes era el mejor, sus notas no eran bajas, solo que siempre estaba metido en problemas. Era una persona de mecha corta, y de poca paciencia, no podía estar en un solo lugar por lo imperativo que era, siempre tenía que estar haciendo algo. Lo único que había mal en él, era los recuerdo, las preguntas, las repuestas y sus pensamientos. Más que todo eso, esos pensamientos, esos recuerdos. Recuerdos donde su madre lloraba por las noches al ver que su padre no llegaba, por estar en el trabajo o con una de sus amigas, bueno es lo que él pensaba. Recuerdos cuando nunca estuvo en su cumpleaños por las mismas razones. Él decidió creer que su padre falta a todo en su vida porque tenía otra mujer y su madre lo sabía y esa era la causa de tanta tristeza. Esa era la razón por la que sentía celos, envidia de Ángel y Lucia, esa manera en que cuidaba de sus hijos, de salir en familia, de darse todo aquel amor y aquellas caricias. Él no solo tenía miedo a enamorarse, tenía miedo de ser igual que su padre, de arruinarle la vida a cualquier mujer, de perderse en el trabajo para mantener a su familia la que el sí deseaba tener en un futuro. Él era un hombre de palabra, porque él así lo decidió cuando su madre murió, prometió defender aquellas mujeres que sean maltratadas frente a él, y si era necesario cuidarlas de sí mismo. Eso que sentía por Angie era la prueba de que su corazón no obedecía, él decidió sentir amor a primera vista por aquella chica de cabellos rizados. Decidió latir como un loco desenfrenado con tan solo sentir su tacto. Y su pensamiento era más cruel, un despreciable torturador no dejaba que descansara de esa sonrisa de diosa, ni de esos ojos dulces como gotas de miel cayendo de su dedo. Sus pensamientos oscuros, con esas malas intenciones que le daban antojos, de morder sus labios, de recorrer su cuerpo con pequeñas caricias. Quería envenenarse con su aroma, quitar ese sabor amargo de sus malos recuerdos, disfrutar del néctar de su cálida mirada y enseñarle lo sediento que se encontraba por ella. Su corazón ardía, era como el fuego queriendo llegar a ella, como un barco navegando en sus caderas para perderse en la intimidad, quería llevarla a sus más bajos instintos, desnudarla, rompiéndole toda la ropa, devorarla como si el fuera un animal salvaje y ella su presa. Y esos pensamientos no lo dejaban dormir, estaban ahí rondándole asta, el amanecer quería negar que solo era una atracción, pero entre más lo pensaba más cosas sentía por ella. Y se preguntaba si así era el amor a primera vista, él quería saber más de ella, conocer todo lo que le gustaba y disgustaba, no quería llevarla a la cama y luego desecharla, quería más que eso. Era un caos, su vida, su cabeza, sus deseos, todo él era un caos. Ver a Elijan, sonreírle así, verla de esa manera le daba coraje, saber que si ella le correspondiera, Ángel aceptaría que él la pretendiera, sin embargo, saber que ella lo despreciaba, esos celos que sentía se apaciguaban. Nunca fueron amigos, él solo era el amigo del hermano de quien fue su mejor amigo. Recordó porque en primer lugar lo odiaba y era la razón por la que odiaba los campamentos, Liam siempre tuvo miedo al agua, su padre nunca le enseño a nadar. En una salida con ese amigo a sus 10 años, cuando su madre aún vivía, el hermano de su amigo llevo a su amiguito, al principio todo iba bien, asta que le hicieron una broma donde él casi se ahoga. Él no sabía nadar a sí que se mantuvo a la orilla, al ver a Elijan recordó ese día. Su amigo estaba en lo más profundo nadando, el hermano y el amigo no estaban muy lejos, Elijan fingido estarse ahogando y el hermano de su amigo tratando de sacarlo, ya que él era mayor que ellos, creyó que podía ayudarlos. Cuando se acercó se dio cuenta de que el agua cubría todo su cuerpo, no sabía ni como había llegado tan profundo para él, Elijan con el hermano de su amigo comenzaron a reírse de él en vez de ayudarlo. Si su amigo no hubiera llegado a tiempo él en verdad se hubiera ahogado, desde entonces odiaba los campamentos, el agua y a Elijan por aquella broma. Fueron cosas de niños, cosas que a él lo traumaron con el pasar de los años, nadie le enseño a nadar ni él nunca quiso aprender. Aunque fuera un pequeño lago, él lo miraba como la profundidad del océano. Volvió a verlo con los años, con aquella joven que decía ser su novia, no le molesto que ella escogiera estar con Elijan, le molesto ver en su rostro un hematoma. Él sentía atracción por aquella chica, un deseo carnal, nada más y ella lo sabía, a pesar de eso ella seguía con el asta que se cansó, ella quería que la presumiera, que salieran como novios, algo que él jamás dijo que harían. Ella lo busco en otra persona, resultando ser Elijan. Cuando en aquel tiempo Liam se dio cuenta de eso le pareció gracioso, cuando vio el golpe le pareció asqueroso. —Si la vuelves a tocar te parto la cara. —Fueron las palabras de Liam hacia Elijan. —Ella ya no te pertenece, deja de pelear por lo que ya no es tuyo. Si no fuera por Edgar que conocía a su padre, Liam estaría preso por golpear a un menor de edad, bueno si estuvo unos días, pero cuando Edgar se dio cuenta de que era por aquella chica y que ese joven era Liam, el hijo de Raúl quito los cargos. Liam no podía creer que Edgar era el padre de Elijan, los dos eran tan diferentes y Sofía era un amor. Igual él no se parecía en nada a su padre, aunque no tenía mucho de su madre, ella le decía que se parecía a su abuelo y eso lo tranquilizaba. Elijan lo odiaba porque su padre siempre tenía que salir corriendo a su rescate, lo odiaba porque a pesar de estar saliendo con esa chica ella pensaba en Liam. Lo odiaba porque el hermano mayor de su amigo le obligo a no invitarlo más en salidas como esa del campamento. Lo odiaba por ser el héroe de las chicas, el ídolo de muchos, porque a pesar de no estar estudiando su nombre era muy mencionado, como lo sabía Elijan, tuvo la suerte de entrar a la misma escuela en la que años atrás asistió Liam. Cada uno tenía sus razones, Angie las sullas y no lo perdonaría, Elijan solo buscaba más para aborrecerlo, Liam solo lo quería lejos por sus tonterías. Amalia no le dio mucha importancia, ella disfrutó su disfraz, no lo miraba de la misma manera por aver roto el corazón de su amiga. Ella estuvo ese día en que su amiga se derrumbó y guardo su corazón, estuvo ahí viéndola levantarse con pocas fuerzas para seguir la vida como si nada había pasado. La vio sonreír frente a sus padres ocultando ese dolor. Gabriel vio como su hermana ya no salía a cumpleaños y menos si decían que era de disfraces, ella los odiaba, a si como odiaba las motos. Odio saber lo que él le hizo a su hermana, así que esperaba que se mantuviera lejos de ella porque si se acercaba diría lo que en verdad paso. Él no iba a callar, solo por los años de amistades, él pensaba que si la amistad era verdadera a pesar de los problemas, las circunstancias y las distancias se mantenía. Si Sofía y Edgar en verdad eran buenos amigos de su padre, castigarían a Elijan y se disculparían con su hermana, eso es lo que él opinaba, aunque su hermana no estaba de acuerdo. Sabía que él era menor, pero ella era todo para él y no estaba dispuesto a permitir que la volvieran a lastimar. Amelia, Liam y Gabriel estaban dispuestos a cuidar a Angie sin siquiera hablar del tema, los tres lo habían decidido antes de quedar dormidos.
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