Capítulo 21

2929 Words
Angie miraba al cielo y aquella luz que miraba en sus sueños apareció ante sus ojos, le llamo tío Joel, ya que desde niña lo miraba en sueños, siempre era la misma luz y porque su madre le hablo de él, imagino que la cuidaba como un ángel guardián Sentía como todo le ardía, su cuerpo se iba de la realidad y venía, el golpe de su cabeza era más fuerte que sentir aquello que tenía atravesado bajo sus costillas. A pesar de ver la sangre y aquel hierro no tenía miedo de nada, se dijo que todo iba a estar bien aun en ese estado. Liam miraba aquella chica más pálida a cada minuto, tenía miedo de lo que podía pasar, las enfermeras al ver el estado de la chica corrieron a ayudar a Liam, ayudaron a desatar la cuerda con la que Amalia la ato para que le fuera más fácil al joven conducir. La acostaron en una camilla y de emergencia la llevaron a una sala donde le tomarían unas radiografías para asegurarse que el pedazo de hierro no hubiera dañado ningún órgano. Liam caminada de un lado para otro, después de tanto tiempo su corazón se sentía preocupado, él no quería perderla a ella como perdió a su madre, él quería estar con ella, cuidarla y amarla como se debe. En la carretera Ángel discutía con Elijan, Lucia aún lloraba por el estado de su hija Amalia abrazaba a Gabriel quien trataba de calmarla diciéndole que su hermana era fuerte y que todo iba a estar bien. —Ángel, por favor, ve más rápido. —Le suplico su esposa, limpio su nariz con las servilletas que aún tenían regadas, miro a su hijo en la parte trasera que abrazaba a Amalia y aunque se mostrara fuerte, lloraba. El no logro evitar aquella discusión, no defendió a su hermana como lo prometió, no era su culpa, pero Gabriel sentía que sí lo era, ya que no evito que su hermana callera por aquella quebrada. Si él no hubiera tenido esa cortadura, en la planta del pie aún estarían divirtiéndose y contando cuentos de terror, no solo arruinó las vacaciones familiares, arruino el cumpleaños de su madre, así como provocó que Elijan tuviera contacto con su hermana. Lucia se sentía culpable, ya que cada vez que ese chico estaba cerca de su hija sentía que algo podía salir mal, ella imaginó que era porque Liam sentía celos de él y podría haber una pelea, no imagino que podría ser algo más peor. Ver como Liam actuó, le daba la confirmación a todas sus sospechas, ellos reencarnaron para volver amarse. En ese momento llamo a Edgar y le explico toda la situación. —Liam la llevo al hospital de La Divina Misericordia. —Edgar estaba molesto, no imagino que su hijo hiciera una estupidez. —Si él va con nosotros, aunque Ángel lo quiso dejar en el bosque, no lo hizo. Ángel apretaba el volante con todas sus fuerzas, manejaba lo más rápido que podía escuchar, que su esposa hablaba con Edgar lo alteraba más. No quería ver a Elijan, no quería que se acercara a su hija. Estaba arrepentido de aceptar que hiciera el campamento con ellos, nunca imagino que aquel joven que le llamaba tío dañaría a su hija. —¿Amalia?. —La llamo Ángel. —Dime, ¿por qué comenzaron a discutir?. Esta vez Amalia no callo, no se mordió la lengua para hablar. Le detallo lo sucedido de hace cinco años cuando Elijan cumplía 13, como la tomo a la fuerza para hablar y como Liam la defendió. —No se trata que me tengas miedo, se trata que debes aprender a respetar. —Dijo Amalia repitiendo las mismas palabras que uso Liam. Ángel estaba por perder el control. — ¡Las mandantes a sacar solo por un maldito error que tú cometiste!. —Grito Ángel, al punto de perder los estribos, la paciencia y la importancia de que ese que iba a tras solo era un niño al que no podría tocar, se estaba hiendo al carajo. —Era inmaduro, no sabía lo que hacía, quería disculparme, pero me sentía avergonzado, le he llamado y no contesta cambio su número y me bloqueo de todas las redes, solo quería hablar con ella, quería de verdad decirle lo estúpido que fui y que lo sentía, no quería que pasara esto. —Lloriqueaba Elijan. Todo sé salió de control, su obsesión lo volvió persistente al punto de llevarlo a sentir ansiedad si no lograba hablar con la castaña, por más esfuerzo que hizo para liberarse de ese sentimiento sus esfuerzos fuero en vano. —¡Solo cállate!, no vez que mientras más mientes más jodes las cosas. —Le grito Amalia. Aunque Elijan no mentía en lo que decía, su problema era no saber controlar su temperamento, es conducta que lo llevaba a cometer error tras error. Iba a decirle un par de cosas a Amalia, ya que odiaba su voz tan jodidamente desesperante; sin embargo, guardo silencio, sus padres le escribían mensajes y le hacían llamadas que él no contestaba. Ya había escuchado mucho de su tío y sintió que ya nada tenía, agregó, no podía decir que fue un accidente cuando ellos estaban presente. Llegó al hospital y sin esperar mucho Ángel tomo a su hijo y lo ayudo para así ser atendido, Lucia y Amalia no esperaron a los hombres, ellas entraron corriendo a buscar a Liam. Amalia vio como unos policías tenían a un joven en el suelo con esposas en sus muñecas —Señora Lucia, ¿que no es Liam?. Liam esperaba que Angie saliera de los rayos X, unos policías entraron en la sala donde él se encontraba, por el hecho de que los Doctores informaron del caso de la paciente y querían estar seguros de que no era otro caso de secuestro o de maltrato familiar. Uno de los policías lo reconoció al haberlo detenido hace tiempo por tener un pleito con varios hombres. Se acercó a él con ganas de meterlo a la cárcel de nuevo, solo por puro placer. —Ya les dije que yo no le hice eso. —Grito Liam en el suelo. Amalia corrió al ver como Liam trataba de quitarse al gorrilla que tenía encima de él. —¡Hey!, ¡SUÉLTENLO! —Grito ella cuando quiso detener sus pasos estando ya cerca de ellos se deslizó, Amalia al caer se logró agarrar del cabello del policía así quitando el peso que él tenía sobre Liam. —¿Estás bien?. —Pregunto Lucia ayudando a la chica quien se agarraba de la espalda. —¿Qué está pasando aquí?. —Lucia miro al policía quien se sobaba la cabellera y miraba mal a Amalia. Amalia sintió que tenía algo en las manos y se vio varios mechones de pelos, abrió los ojos y comenzó a limpiarse en la ropa para deshacerse de ellos. —¿Qué no ves por donde vas?. Le dijo el policía parándose por completo mostrando su tamaño a las pequeñas mujeres. —¿Qué creen que hacen?. Grito Lucia sin miedo al hombre, ella era pequeña y había pasado por mucho, aprendió a no dejarse intimidar y por sus hijos se volvía una leona con garras y colmillos. —Les exijo que le quite las esposa o pondré una orden en su contra. El policía sonrió con malicia, dio un paso más. —¿Quiere ir arrestada?. —Su tono era arrogante, prepotente, queriendo intimidar a Lucia. —¿Por qué va a arrestar a mi esposa?. Ángel llegó junto a Elijan, unas enfermeras se llevaban a Gabriel para ser atendido. —¿Por qué Liam tiene esposado?. —No es asunto, suyo señor, le pido que controle a su esposa y me deje hacer mi trabajo. —¿Qué trabajo?. —Pregunto Ángel. —Arrestar a un joven y amenazar a una mujer solo porque es un estúpido policía que piensa que todos le deben respeto. —¡Uh!. —El compañero de aquel policía quiso reír porque esa familia no se quedaba callada y las esposas no iban a alcanzar. —Tranquilos, estamos en hospital. Se colocó entre su compañero y Ángel quienes no se dejaban de ver, en ese momento Ángel necesitaba sacar su enojo y ese policía deseaba buscar problema, el encantado de recibirlo por el hecho que necesitaba golpear a alguien. —¿Señor?. —Dijo aquel hombre. —Ángel. —Señor Ángel, aquí mi compañero solo quiere interrogar al joven, ¿qué es de usted?, por cierto. La mirada de Ángel se mantenía, aquel hombre que había amenazado a su esposa se colocó protegiendo a las dos mujeres sin quitar la vista de él. Liam logró hincarse, su rostro se miraba terrible al igual que el de Elijan, ambos tenían moretones y cortaduras en la cara, Liam tenía el ojo morado y este se estaba inflamando. —Es hijo de un amigo, por el momento está en mi custodia. —¿Tiene pruebas?. —El policía aprovecho la oportunidad, él solo tenía ganas de llevar a Liam a la cárcel, aunque ese no fuera el procedimiento correcto. —¡Óscar!, por favor. —Lo detuvo su compañero. —Disculpe, señor Ángel, tiene pruebas de que lo tiene a su custodia. Lucia saco la billetera de Ángel de la bolsa trasera, busco los papeles y se los mostró, en total eran dos, la custodia de Amalia y la de Liam que era temporal. Lucia conocía el riesgo de salir con jóvenes que no llevaban su sangre, lepidio ayuda a Verónica quien de inmediato le ayudo sin tantas vueltas y sin tanta espera obtuvo los papeles a una velocidad increíble. —Por favor puede quitarle las esposas, él no le hizo nada a mi hija. —Le dijo Lucia, más calmada. —Solo la trajo porque el espacio en el carro es muy reducido. El policía le quito las esposas a Liam, quien le agradeció. —Lo lamento chico. —Le dijo el hombre dándole unos pequeños golpes en el hombro a Liam. —Puedes esperar afuera. —El policía se dirigió a Óscar, quien salió molesto por no lograr lo que quería, no podía hacer nada, ya que aquel hombre era más superior que él. Ángel le explico lo sucedido, el policía tomo su declaración antes de irse, les hizo saber que tenían que volverla a dar. —¿Qué sabes de ella?. Ángel miró a Liam con una angustia en sus ojos, aquel policía llego en el momento en que a Angie la llevaban para otra sala, así que no logro preguntar a las enfermeras. Lucia junto a Amalia salieron a buscar a Gabriel por órdenes de Ángel, quien lo dejo solo junto a la enfermera que le curraría la herida y se la cosería. —Se la llevaron, no se nada de ella. Liam se miraba angustiado al igual que Ángel, en todo el camino se había mostrado fuerte, pero no saber como estaba lo preocupaba. —Gracias Liam, sé lo que has hecho por mi hija, para ser honesto, no tengo palabras para decirte lo agradecido que me encuentro contigo. No lo pensaste, lo sé, sé que la viste caer y no te importo ir detrás de ella, te lanzaste sin miedo, sin duda, cuando mi cabeza era un caos, decidiste por ella, yo no sabía qué hacer, te soy sincero. Ángel le dio un abrazo a Liam, quien lo recibió con muchas emociones. —Tuve miedo, el miedo de perderla. Ángel lo miro, él conocía ese sentimiento, ya que era el mismo que sintió al conocer a su esposa. —Lo siento, señor Ángel, sé que le dije que no estaba interesado en su hija. La verdad es que me gusta, no es el momento para decirle esto por lo que está pasando, pero es la verdad. Tuve miedo de perderla, sé que no somos nada y que tal vez ella no corresponda a mis sentimientos, pero solo imaginar que se me iba de las manos… es un sentimiento nuevo. —Es duro saber que mis hijos ya crecieron y sé que ella corresponde a tus sentimientos, tienes razón en que no es el momento, pero me alegra saber que tendrá una persona que se lance a ella sin importar el peligro. —¿Ella le dijo?. —Los ojos de Liam se iluminaron con una pequeña esperanza, él imaginó que ella no gustaba de él por el rechazo del beso, aunque lo confundía con los toques, aquellos roce y aquellas miradas. Una enfermera pasaba cerca del lugar, Liam la reconoció así que no espero respuesta de Ángel y camino asta ella. —Disculpé Señorita, ¿sabe como está la paciente?, es una joven muy hermosa, de cabello castaño, de ojos miel, con unas pestañas rizadas muy hermosas, ella es pequeña, entro con un hierro atravesando su abdomen bajo por este lado. —Señalo él, a su lado izquierdo, bajo sus costillas. —Su nombre es Angie, tiene una cicatriz en su cuello. Liam la describía de una manera que aquella enfermera le pareció muy tierno, Ángel se parió junto a él y escucho con mucha atención como Liam describía a su hija, Dios, ese joven no solo se ganó a Lucia, se lo había ganado a él, aunque le doliera no conocía mejor hombre para su hija. —Está en la sala de operaciones, el doctor les dará más información de ella, su novia estar bien joven. —Muchas gracias Señorita. —De nada. —La enfermera se retiró para seguir con su trabajo, Liam se tomó de los cabellos, era la primera vez que estaba en un hospital esperando noticias de alguien, en ese momento él no era el paciente. Suspiro profundo sin dejar de caminar a causa de los nervios, necesitaba información de ella si todo iba bien, pero asta que no terminara la cirugía no tendrían ninguna información. —Sabe, ¿cómo está, Gabriel?. —Liam por fin se acordó de Gabriel, en su cabeza seguía aquella imagen donde esa chica caía y donde la encontraba con aquel pedazo de hierro. —Ya le cocieron la herida y ahorita lo tienen con suero. —Ángel miraba los mensajes de su esposa, ellos se estaban comunicando por medio de ellos para estar informados. Elijan estaba lejos de ellos en unos asientos, no decía nada ni siquiera los miraba, su estado había decaído, no era lo que él quería, no era lo que tenía planeado. Las horas pasaron y aún no sabían nada de Angie, Lucia dejo a Amalia cuidado de Gabriel y busco a su esposo, se abrazó a él y comenzó a llorar, Ángel la abrazo con fuerzas y le dio palabras de apoyo. —Ella estará bien cariño, es nuestra hija, es más fuerte que nosotros, ¿lo sabes?, ¿no es así?. Lucia solo movía la cabeza sin dejar de llorar, sus hijos están en un hospital, se sintió una mala madre al no poder cuidar de ellos. —Ya verás que saldrá de esta, a demás no solo nos tiene a nosotros, también tiene a Liam quien nos las quiere robar. Lucia sonrió por el comentario de su esposo, miro a Liam quien al igual que ella se encontraba triste, Liam no era bueno ocultando sus sentimientos, sus ojos se encontraban perdidos al igual que sus pensamientos. —¿Ya te diste cuenta?, que él la quiere. —Le dijo su esposa sin dejar de ver al joven quién estaba en una silla moviendo el pie por la espera. —También porque me lo confesó, sabes que paso una enfermera y se la describió a la perfección. Lucia escuchaba como su esposo pronunciaba las mismas palabras con la que describió Liam a su hija. Se sentaron junto al joven, él también necesitaba palabras positivas, su cabeza no dejaba de repetir las imágenes y no era sano para él. Edgar llegó y lo primero que hizo fue darle una cachetada a su hijo. —¿En qué mierdas estabas pensando?. —Edgar quería castigar a su hijo en ese momento, golpearlo hasta hacerlo recapacitar por sus errores. Sin embargo, no estaba en un lugar apropiado, una enfermera lepidio que se calmara o que saliera del lugar. —Ángel, en verdad lo lamento tanto, sé que una disculpa no arreglara nada, te prometo que Elijan no volverá acercarse a Angie y si llega a pasar tienes mi permiso para denunciarlo. —¿Pero papá?. —Elijan no podía creer lo que su padre decía. —Si deseas poner cargos en su contra tampoco me opondré, él tiene que pagar por sus errores. —Papá, fue un accidente. Edgar levantó la mano y este se calló al instante sin decir nada más, ya que no deseaba molestar más a su padre. —No pondré cargos por los años que tenemos en conocernos, pero sí te pido que se mantenga lejos de mi familia, ya no confió en él. —¿Familiares de Angie?. El primero en ponerse de pie fue Liam, camino asta, la enfermera con el corazón en la mano. Lo que tanto deseaba tener, noticias de aquella castaña de ojos miel, la joven que se metió en su corazón sin pedir permiso cuando no imaginaba, cuando no lo esperaba, cuando ni siquiera lo estaba buscando, ella llegó y se clavó en su corazón de un día para otro. Ya no le cabía duda que así se sentía el amor a primera vista.
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