En cuanto desperté intente marcarle a Dalan, pero siempre me gana la cobardía y aviento el móvil a un costado de la cama. Pesarosa me recuesto en mi cama y mantengo mi mirada fija en el techo, cierro mis ojos y me quedo por unos minutos de esa manera. De inmediato siento que el sueño esta por abrazarme y el sonido de mi móvil me hace espabilar rápidamente. Con el nombre de Chanel reflejado en la pantalla, esbozó una sonrisa y de inmediato contesto su llamada. – ¡Hola Chanel! –escucho música en el fondo. –Nena, ¿Qué haces ahora? –me siento en la cama y me encojo de hombros. –Hace unos segundos veía el techo de mi habitación –ríe. –Pero no hago nada, ¿Tu? –Estoy tomando el sol y también me daré un buen baño en la piscina, ¿Quieres venir? Estamos en la mansión Lehner –una corriente s

