NARRA PRADY COLLIVER Mis ojos se achinan y mi actitud antes relajada se vuelve arisca y doy un paso atrás, alejándome de la cerca y de ese hombre al que no conozco. —Yo no tengo ningún papá —espeto enojada, porque mi mamita así me lo dijo y yo nunca he conocido a ningún papá, más que a mi tío que se ha convertido en mi papá—. Y será mejor que se vaya o le diré a la directora para que ella llame a la policía y lo corran de aquí. El hombre parece alarmarse y alza las manos en señal de paz. —Tranquila, cariño. No tienes que llamar a nadie —dice, tratando de que me calme—. Yo solo quiero... Ofuscada y enfurecida, comienzo a armar un berrinche y grito sin razón alguna, solamente para llamar la atención de algún profesor o de algún adulto. Yo sé muy bien que no tengo un papá. Nunca lo he t

