NARRA CIARA ALLEN —No lo puedo creer... No lo puedo creer... ¡Tiene que ser una... —Prady voltea a verle con ojos acusadores y se traga la expresión—. Broma! —No lo es —canturreo divertida—. Te dije que mi equipo era el equipo de los ganadores, pero no quisiste aceptarlo. Hace mala cara y refunfuña por lo bajo, molesto. —Es que... Es que... ¡Tenían todas las de ganar! Estaban jugando de locales, jugaban contra los Red Socks, ¡por Dios! Cruzo los brazos sobre el pecho y lo miro, frunciendo los ojos. —Por eso no me gustan los Cubbies, son un poco... Mejor dicho, muy petulantes —espeto. Abre la boca, sorprendido, y sacude la cabeza, negando. —Tío, desde ahora yo voy con los Red Socks —dice Prady—. Tu equipo es perdedor. —Qué traición. No vuelvo a traerlas —se queja, soltando un hondo

