NARRA RAYN COLLIVER —¿A... cuidarme? —murmura y una ligera tos se le escapa. —Sí, a cuidarte —afirmo. —¡Y yo también vengo a cuidarte! —vocifera Prady, dando un brinco para alcanzar el aparato, y para que Ciara la escuche. —Pero... No pueden. —Vuelve a toser—. Se pueden contagiar y yo puedo cuidar bien de mí misma. Soy una adulta. —Traemos mascarillas y tomaremos precauciones. Déjanos entrar. Es una orden —digi, con mi voz autoritaria y demandante. No dice nada, pero el seguro de la puerta resuena, indicando que esta se ha abierto. Sonrío, me pongo mi mascarilla y le pongo la suya a Prady, y luego tomo su mano, para subir. Cuando llegamos al apartamento de Ciara, la puerta está entreabierta y entramos, después de darle dos golpecitos. Ciara está acostada en el sofá —el mismo en el q

