NARRA CIARA ALLEN Se va, cerrando la puerta tras de sí, y yo me quedo sobre el sofá, sin poder moverme, jadeando intensamente, sin aire, sudada, el cuerpo temblando y ardiendo como si tuviera una terrible fiebre, cuando lo que en realidad tengo es unas terribles ganas de que ese hombre me agarre y me destruya completita, a punta de fuertes empellones. Gradualmente, mi cuerpo se va recomponiendo de los estragos en los que Rayn Colliver lo ha dejado, aunque ese deseo carnal y ardiente continúa arraigado en mi sistema y, seguramente, hasta que él le dé a mi cuerpo lo que desea, se va a aplacar... o se va a intensificar, que es lo más seguro. Cuando mi cuerpo vuelve a su estado de normalidad, me incorporo y me siento en el sofá. Me ajusto la blusa y la falda —falda que me doy cuenta se ha d

