Nadie podrá deternerlo

1036 Words
Cuando llegué a la mansión, lo primero que hice fue ir a la habitación donde mi madre estaba conectada a aparatos que la mantenían con vida. El sonido del monitor me hacía sentir perdido pero aún ella estaba ahí y mi esperanza de verla despertar me acompañaba. Tomé su mano y la besé. —Madre, ya estoy cerca de empezar a consumar mi venganza. En ese momento recordé el día en que mi madre cayó en coma. No podía con la carga de saber que mi padre estaba preso y tanto estrés y el shock excesivo de lo sucedido le provocaron un accidente cerebro vascular, desde hace 13 años ella permanece en coma. Al día siguiente, cuando cayó la noche, estaba listo para irme hacia la fiesta de bienvenida por los Morrow. Al bajar las escaleras, me encuentro con Edward, quien tiene en sus manos una carpeta que contiene lo que tanto había planeado. — ¡Es hora de irnos!— Dijo Edward mientras me entregaba la carpeta. —! Vamos amigo, ahora sí que nadie podrá detener mi venganza. Salíamos de la mansión, encendí mi auto y lo puse en marcha. — ¿Estás nervioso?— Preguntó Edward al verme la cara de seriedad. Me río para soltar un poco el estrés. —No, no lo estoy. Estaba pensando en Alina, anoche dijo que quiere que nos casemos— le confesé finalmente lo que me atormentaba. —Sabes que Alina siempre ha estado enamorada de ti y es lo más normal. —Pero yo no, al menos ahora no puedo pensar en otra cosa que no se a mi venganza contra los Morrow, estoy tan cerca de lograrlo que no quiero tener distracciones— Comenté. Edward se ría y eso me asombra un poco, no entiendo su risa sarcástica. —Amigo, Alina te gusta pero no la amas, esa es la verdad. Me quedé mirando fijamente hacia el frente, no podía refutar lo que me había dicho Edward porque tenía toda la razón. —No importa lo que sienta, tenemos juntos cinco años y creo que ella merece que me case— dije dudoso. Finalmente media horas después estábamos estacionándonos frente a la mansión de Tadeo Morrow. Miré la lujosa mansión que había construido con el engaño, con su falsa acusación hacia mi padre. —Recuerda amigo que con estas personas uso mi segundo apellido, Black— Dije a Edward. Entremos sin darle más larga al asunto, tan rápido pasamos por la puerta principal, notamos que había aproximadamente veinticinco personas. Tadeo me vio llegar como un rayo de luz y no perdió tiempo en acercarse. —Bienvenido a la mansión Morrow— Dijo con aparente amabilidad. —Gracias señor Tadeo. Le ores eterno a mi amigo y abogado Edward Clerk— Dije. Tadeo extendió su mano para este Sheyla con la de Edward. —Es un gusto señor Tadeo conocerlo— le dijo sin quitarle la mirada de encima. Inesperadamente veo como todos central su mirada hacia la escalera, Amy junto a su madre se vuelven el centro de atención. Amy con un vestido rojo hasta la rodilla que la hace ver elegante y delicada y a su lado su madre vestida como toda una señora, pero yo sabía que solo era una fachada. —Cariño él es Bastian Black, es de quien te hablé, va a invertir en nuestro corporativo bancario— Dijo con gran satisfacción. —Un gusto saludarle Bastian, soy Francesca de Morrow— Dijo mientras extendía su mano. Tome su mano y le di un leve apretón, pude ver en su rostro que sintió algo de dolor pero no un dolor comparado al que yo estaba sintiendo. De repente la suave música se detuvo, Tadeo con su copa de whisky tomó la palabra llamado la atención de todos. —Buenas noches queridos amigos. Hoy quiero presentarle a mi nuevo inversionista, Bastian Black, junto a él seremos más grande y temibles en el mundo financiero, así que salud por él— Dijo Tadeo con gran emoción. Las copas sonaban finamente al chocar contra sí y todos decían “Salud”. —Quiero agradecer a todos por estar aquí, y también quiero decirles que el señor Morrow prometió devolverme el doble de mi dinero invertido, por lo que tengo un contrato listo para que sellemos este trato— Dije. Edward me entregó la carpeta, la abrí y ahí estaban algunas hojas. —Señor Morrow, este es el momento de firmar sí quiere cerrar nuestro trato— Continué diciendo. Tadeo se echó a reír de la emoción, tomó todo el whisky que había en su vaso, luego sacó una pluma de su saco y la mostró a todos los presentes. Él pone su firma en todas las hojas sin ni quería detenerse a leer, es tan ambicioso que está cegado. —Ahora sí, el trato está terminado, y empezaremos a ser socios— Dijo con gran felicidad. Le sonreí descaradamente, en mi mente solo pensaba que había firmado la sentencia de su gran caída. Inesperadamente, veo como Amy sale por un pasillo de la mansión y alguien la sigue, no dudo en seguirlos también, todo lo que pasaba en la familia me intrigaba. Al acercarse al jardín trasero, un hombre joven está intentado besar a Amy pero ella le pide que no lo haga. Me acerco con calma y sigilosamente he decidido intervenir. —Ella dijo que no la toques— Dije en tono serio. El hombre me mira y se ría con burla. — ¿Y tú quién eres?— Preguntó cerrando los puños. —Él es mi novio— Dijo Amy acercándose a mí y abrazándome. Me quedé atónito al ver que ella se me acercó y fingió ser mi novia, solo pensé que todos eran iguales de mentirosos. —No lo puedo creer Amy, ya tienes novio, pero claro, como es el inversionista más rico que ha tenido tu padre, con él si quieres estar— Dijo aquel hombre. Me acerqué a él y lo miré fijamente para tratar de intimidarlo. —Ahora vete y no molestes más a mi novia— Le exigí. Aquel hombre no hizo nada más que lanzar una mirada de odio, pero no le importó.
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