Un médico estaba en casa, él había llegado antes que nosotros, la pobre Ana estaba asustada sin saber que pasaba.
James me llevó a su habitación que poco a poco se convertía en nuestra, estaba segura que todas mis cosas estaban aquí. Me recostaron en la cama y el doctor comenzó a inspeccionar mi mejilla.
El golpe que me dio mi padre fue brutal, su mano grande y pesada me generó una inflamación, mientras el médico me revisaba, James estaba en el balcón hablando por celular, según podía ver estaba bastante enojado.
-¿Te duele Olivia?- preguntó Emi, ella sujetaba mi mano.-
-No mucho amor, ya está pasando.- respondí
El doctor me dio un par de calmantes y desinflamatorios, mencionó que estaría bien, yo sabía que así pero James insistió en que él viniera. Al final indico que me colocara paños helados que con gran esmero Emilia hacia.
-¿Como estás?- preguntó sentándose a mi lado, pasaba su mano sobre mi mejilla con cuidado.-
-Estoy bien, solo es un poco de inflamación.- respondí
-Es un animal, como se atreve a golpearte de esa manera.-
-Ya es costumbre así que no te preocupes.- respondí
Podía ver sus ojos inquietos, el recorría mi golpe una y otra vez, parecía sentirse en conflicto.
Me quedé en casa ese día, James también lo hizo, se sentó toda la tarde a trabajar en su laptop a mi lado, Emilia también se quedó junto a mí.
Un nuevo día llegó y con eso el funeral de Amanda, era vital que lleváramos a Emilia a despedirse de su madre. James estuvo algo renuente en que yo saliera, pero mi mejilla había mejorado, me puse un poco de maquillaje para disimular.
El funeral fue más triste y desolador de lo que pensaba, habían familiares de Amanda, aquellos que jamás quisieron ayudarla en su depresión, también algunos familiares de su esposo. Todos hablaban en susurros observando a Emilia.
-Mi pequeña niña, no sabes cómo me duele lo que te pasó, pero tu tío Pablo y yo pediremos tu custodia, queremos que vivas con nosotros.- mencionaba la mujer, por su apariencia puedo notar que es de clase alta.-
Emilia vino a mi lado y se escondió detrás de mí, la mujer se acercó a buscarla pero James se atravesó.
-Asustas a Emilia.- mencionó James
-¡Oh! Hola, yo creo que lo conozco, es James Malloy ¿no es así?- mencionó la mujer.-
-Así es.-
-Servicios sociales nos dijeron que están cuidando a Emilia, quería agradecerle pero debo llevármela, yo soy Marlene, cuñada de Amanda.-
-No te la llevarás, tengo la custodia provisional hasta que el juez la otorgue por completo.-
-Son extraños, la niña debe estar con su familia, mi esposo Pablo es el único hermano de Amanda, por ley debe quedarse con la niña y bueno sus bienes.-
-¿Eso es lo que le importa verdad? Solo sus bienes.-
-¡Por supuesto que no! La seguridad de Emilia es lo más importante.-
-No discutan, no quiero que sea por mi culpa.- mencionó la niña, me da pena que vea esto.-
-James vamos a comer algo, saquemos a Emilia de aquí.- mencioné
James asintió, dejamos el funeral por un momento, Emilia iba con su tristeza.
-¿Marlene me llevará?.- preguntó Emilia tomando un jugo.-
-Eso no pasará, no lo permitiremos.- mencioné
-Ratona estoy haciendo todo lo que está en mis manos para que te quedes con nosotros, por favor no te preocupes.-
James era un hombre completamente diferente con ella, salía a flote una personalidad amorosa y preocupado. Me gustaba, en verdad me gustaba lo que veía.
Enterramos a Amanda, Emilia lloró desconsolada, su madre la abandonó, de cierta manera igual que su padre, cada uno pensó en sí mismo, ninguno en ella.
Al final del día estábamos los tres sentados en el comedor, no teníamos hambre pero debíamos probar alimento.
-Emilia quiero que sepas que debes iniciar la escuela, no puedes seguir en casa.- mencionó James.-
-La verdad me gustaría hacerlo, por mucho tiempo le dije a mi mamá que quería ir pero ella se negó.-
-Buscaremos una escuela buena para ti, la mejor así que no te preocupes que te irá muy bien.- mencioné
Deje a Emilia en su habitación, ella había tomado una ducha y se había puesto su pijama, me aseguré que estuviera cómoda.
Volví con James, él estaba ya con su pantalón de pijama, fumaba en el balcón, yo pasé a tomar una ducha y vestirme para dormir.
Mientras el agua caía pensaba en todo lo que estaba pasando, nuestro matrimonio era un mar de secretos, pero por más que trate de escapar, el destino me dice que no.
Me senté en el suelo, sujetaba mis piernas, estaba cansada de todo, quería abrir un hueco y hundirme en el.
-¡Olivia!- escuché decir, no sé cuánto tiempo había pasado, pero mis piernas ya estaban entumecidas por estar en la misma posición.-
James me sacó de la ducha sin importarle que él se mojara. Me sentó en la cama y comenzó a secar mi cuerpo, yo solo lo observaba, como es que no soy capaz de tomar decisiones, por qué quiero huir de él, pero también deseo tenerlo a mi lado.
-¿Te duele algo Olivia?- preguntó secando mi rostro.-
-James ¿podrías amarme?- fue lo único que pregunté.-
El me miró con asombro, quitó algunos mechones de mi cabello, me envolvió entre sus brazos, mi rostro estaba en su pecho.
-Ya lo hago Olivia, desde hace cinco años te amo.- respondió
-¿Cinco años?- pregunté
-Desde el día que te vi por primera vez.- respondió y besó mis labios, no entendía que estaba pasando.-
-Si me amas ¿por qué quieres lastimarme?.-
-Lo quería, ya no.-
-¿Qué cambio?-
-Por qué aún con el daño que causaste en mi, te sigo prefiriendo.-
-¿Daño?-
-Olivia vamos a dormir, ya es tarde y fue un día algo agitado.- mencionó, vi cómo fue por una pijama, me ayudó a vestir y luego pasamos a la cama, su mano en mi cintura como cada noche.-
Sus palabras quedaron en mi memoria ¿qué daño le cause? Ahora entiendo por qué en estos años de matrimonio siempre me dice que soy buena fingiendo, que soy especialista en mentir.
La mañana llego igual que todas, nos alistamos, yo debía visitar a Helena, nuestro proyecto requería atención.
Hoy Emilia se quedaría en casa, Ana prometió cuidarla bien, me despedí de la pequeña y me subí al auto. James y yo no hablamos, de mi parte sentía vergüenza por lo de ayer.
En la oficina me esperaban reuniones, por un momento dudé en ingresar, recordaba a mi padre aquí golpeándome.
-¡Olivia tienes que ver esto!- mencionó María ingresando a mi oficina con su iPad en la mano.-
-¿Qué pasa?-pregunte
-Mira las noticias.- mencionó entregándome el dispositivo, el titular era mi padre, el ministerio de trabajo había llegado a su compañía de inversiones, según informaban habían denuncias de maltrato laboral, un denunciante anónimo suministró las pruebas suficientes para que temporalmente cerraran su compañía, al menos hasta que se esclareciera todo.-
-Todo un personaje ese señor.- mencionó María.-
-Es un miserable con su hija, ¿qué se puede esperar de los demás?-mencione
-Pues me alegra que le pase cosas malas.- escuché a Maria, la verdad a mí también.-
Mi celular iba a explotar de tantas llamadas, Beatriz era quien las hacía. Supongo que llamará por nuestro padre.
Salí con María, almorzaríamos con Helena, por el camino le conté el plan que tenía, le dejé claro que sería confidencial, ella lo aceptó.
-¡Olivia amiga!- Escuché a Helena, ya tenía todo preparado para nuestra visita.-
Los nuevos locales iniciaron las adecuaciones, Helena me hablaba con emoción de todo, al final tenía una petición.
-Helena quiero que los nuevos restaurantes se llamen “Emilia”-
-¿Emilia?- preguntó
-Si. Como el nombre de mi hija.-
-¡¿Tienes una hija?! Olivia por qué no me lo dijiste.-
-James y yo estamos en el proceso de Adopción, solo te pido que así se llamen.-
-Está bien Amiga, como tú digas, pero quiero que me cuentes todo de mi sobrina, ni creas que te dejaré ir de aquí sin el chisme.-
Mientras me ponía al corriente con Helena mi celular sonó, era James así que conteste.
-Hola.-
-Olivia ¿dónde estás?- preguntó
-En el restaurante de Helena ¿pasa algo?-
-Quería saber si estabas bien.-
-Lo estoy, María me acompaña.-
-Bien…- susurró
-¿Qué pasa James?- pregunté, quería saber qué es lo que en verdad le preocupaba.-
-¿Viste las noticias?-
-Si, vi que a la empresa de mi padre le llegó el ministerio, diré que es algo que se veía venir.-
-Creo que no viste la otra.-
-¿Cuál James?-
-Olivia debes mirar esto…- mencionó Helena subiendo el volumen del televisor.-
Beatriz era el titular, afirmaba que se encontraba en la dulce espera, el padre era James Malloy.
-¿Es tuyo James?- pregunté sintiendo que me quemaba por dentro.-
-No Livi, no lo es.-
-¿Por qué lo afirma ella?-
-Está loca, debes saber que desde que nos casamos no he tocado a otra mujer.-
-No tengo cómo verificar que sea cierto James.-
-Livi te lo juro, Beatriz miente, no me acosté con ella, jamás tendría un hijo con esa mujer.-
Colgué la llamada, por momentos pensaba que este matrimonio tenía quizás futuro y llega Beatriz con su gran noticia, ella esperaba un hijo de mi esposo.
-Amiga no sé qué decirte…-
-No quiero hablar.- mencioné observando las imágenes, Beatriz estaba más feliz que nunca, comenzaron a pasar antiguas citas de James y ella, lo sabía por el corte de cabello de mi hermana, solo decían que el amor por fin triunfo.-
-Helena debemos apresurarnos con los nuevos restaurantes, necesito alejarme de mi familia.-
-Por supuesto amiga, igual sabes que puedes venir a vivir conmigo, no tienes que estar al lado del infiel de tu esposo.-
-Gracias.- respondí
Traté de concentrarme en el nuevo proyecto, por momento llamaba a Emilia, quería saber si estaba bien.
Al final tomé mis cosas y me marché a casa, es increíble que cada día es diferente, puedo sentirme feliz y al siguiente destrozada, hasta que no me libere de esta prisión no viviré en paz.