Ningún niño debe presenciar algo así, su padre murió hace un año, independiente que decidiera otra mujer, su hija siempre sería suya. Ahora su madre yace en el piso, la ambulancia llegó, intentan volver a la vida pero es imposible, sus ojos se apagaron para siempre.
Estoy en el columpio con Emi en mis brazos, me muevo ligeramente sin soltarla, ella no llora, solo se aferra a mí, quiero decirle que está bien, que no pasa nada.
-Eres fuerte Emi, tú eres como yo.- le susurraba.-
-Tampoco tienes mamá ¿verdad?-pregunto
-No, ella murió cuando yo era una niña, así como tú.-
-Pero tienes un padre.-
-En mi caso preferiría no tenerlo, él me hace daño.-
-¿Te golpea Olivia?- preguntó sujetando mi rostro, sus ojos ya están hinchados por tanto llorar.-
-De niña si, ahora él me lastima de otras maneras, más dolorosas.- mencioné con tristeza.-
-Al menos tienes a James, él te ama mucho.-
-James..-
-Si, siempre que jugamos juntos habla de ti, dice que él es feliz desde que se casaron, incluso que el día de la boda sintió morir de felicidad.-
No podía creer lo que decía Emilia, es aquí donde por culpa de las mentiras ya no confías en nada, puede que sea verdad pero también está su farsa, esa que muestra a todos menos a mi.
-Olivia lleva a Emilia a casa.- escuché decir, James había llegado.-
-¿Que pasara con Amanda?.- pregunté poniéndome de pie, Emilia seguía en mis brazos.-
-Yo me quedo aquí y me encargaré, lleva a la niña para que coma y duerma un poco, también tu.-
-Pero…-
-Ve, por favor ve.- mencionó tocando mi mejilla, lo hizo con ternura.-
-Esta bien.- mencioné y me marché, Emilia comenzó a llorar, supongo que sintió que ahora sí se despedía de su madre, yo pasé a nuestro jardín, Ana estaba en la puerta expectante.-
-¡Mi señora! ¿Está bien ?-
-Si Ana, puedes por favor preparar una sopa, Emilia no ha comido.-
-Claro señora, siga siga.- mencionó Ana, la veía correr a la cocina, esa mujer vale oro.-
Entramos a la cocina, deje a Emilia en la barra, le mencioné que ya volvía, me cambiaría de ropa, no demoraría.
Ana mencionó que la cuidaría, yo las dejé y subí a mi habitación, me puse pantalón y un suéter, fui a la de James y saqué también uno para él y zapatos, estaba solo en pantalón afuera.
Al pasar por la cocina le pedí a Ana un café para James, aunque había sol hacía frío.
De nuevo estaba en la casa de Emilia, James hablaba con la policía, al parecer tenían una discusión.
-James.- mencioné llegando a su lado.-
-¡Olivia! ¿Qué haces aquí?-
-Te traje ropa y un café.- mencioné
James tomó la ropa y comenzó a vestirse, yo observaba a la policía, ella estaba embobada viendo como él se vestía, es que su bello cuerpo deleitó a todos por aquí. Solo me quedó aclarar la garganta.
-¿Tú eres?- preguntó la oficial sin dejar de verlo.-
-Soy Olivia Malloy, la esposa del hombre que estás devorando con la mirada ¿te traigo un pañuelo para las babas?- pregunté
-¿Qué? Yo no…-
-Gracias Livi.- mencionó James tomando el café.-
-Como le decía al señor Malloy, debo llevarme a la niña.-
-¿Por qué?- pregunté
-Debemos tenerla bajo nuestro cuidado hasta que un familiar venga a reclamarla.-
-James no, por favor no lo permitas.-
-No lo haré Livi, ve con Emilia y déjame solucionar esto.- mencionó besando mi mejilla.-
-Júramelo James.-
-Lo juro, ve y quédate con ella.- mencionó con una ligera sonrisa, yo le di una mirada asesina a la mujer y me marché, espero que él pueda solucionarlo.
Volví a casa, Emilia seguía en la cocina, me senté con ella, Ana nos dio un té y luego la sopa, esa niña sí que tenía hambre, la devoró en cinco minutos.
-Emi vamos y duermes un poco, sé que pásate una mala noche.- mencioné
-No quiero.- mencionó
La llevé al despacho, me senté con ella en el sofá, encendí el televisor, puse una película de princesas y nos quedamos viendo, yo solo revisaba mi celular, habían mensajes de Beatriz, otro par de mi papá y de Gabriel, todos le di borrar sin leerlos.
Pasó al rededor de una hora cuando escuché a James hablar con Ana, él le preguntó dónde estaba yo y ella le llevaba un café, él entró al despacho, Emilia estaba dormida en mis piernas, el cansancio le había ganado.
-¿Qué pasó?- pregunté
-Emilia se quedará por ahora con nosotros pero no para siempre, se iniciará un proceso de adopción, sus familiares pedirán su custodia.-
-Ja, no les preocupó todo este año cuando Amanda estuvo enferma y ¿ahora si?.-
-Livi es la familia, aunque podemos hacer algo para que se quede aquí.-
-¡Si! Pues dime que hacemos.-
-Debemos pedir la adopción, es un trámite largo.-
-¿Adoptarla?-
-Los dos Livi, el matrimonio Malloy pedirá la custodia, eso puede tardar meses así que tus planes de divorcio se deben detener, no nos la darán si se enteran que tú y yo nos vamos a separar.-
Yo observé a Emilia, pobre niña solo ha tenido una vida complicada, ahora entiendo esos matrimonio que aveces se quedan juntos por sus hijos, solo para que ellos no se quiebren emocionalmente.
-¿Crees que podamos ganar?-
-Si, el abogado de Amanda estaba aquí, mencionó que ella había dejado firmado los documentos de adopción, allí reposaba nuestros nombres, ella estaba decidida a quitarse la vida.-
Yo acariciaba el rostro de Emilia, me debatía entre el bien de ella y el mío, no sabía qué hacer, si la adoptaba me tendría que quedar con James.
-Lo haré, la adoptaré.-
-Eso quiere decir que…-
-Si James, no hay divorcio por ahora.- mencioné sin levantar mi vista.-
-Gracias Livi.-
-Lo hago por ella James, solo por ella.-
-Claro.- respondió
Ese día nos quedamos en casa, los tres permanecimos juntos, desde la ventana veíamos las luces de los autos de policía, todos el día estuvieron rondando la casa de Amanda.
En las noticias ya estaba la imagen de Amanda y lo que había pasado, era un escándalo que en un lugar tan exclusivo sucediera algo así.
James tuvo que ir por los artículos de Emilia, su ropa y juguetes, adaptaría una habitación para ella.
La primera noche durmió con nosotros, no quiso alejarse de mí así que la llevé a la cama, James durmió abrazándome, parecíamos una cadena humana.
El lunes llegó, tenía pendientes en la oficina así que me llevaría a Emilia, por ningún motivo la dejaría en casa sola.
James mencionó que iría a servicios sociales, adelantaría todo el trámite de la adopción, ayude a vestir a Emilia para irnos.
Los tres desayunamos en un profundo silencio, la pequeña tenía el rostro de la tristeza, no quería decir algo que la lastimara.
James nos dejó en la compañía, le dio un beso en la frente a Emilia y a mí en los labios, quien diría que somos una familia quebrada.
-¿Aquí trabajas Olivia?- preguntó Emilia ingresando a la compañía, sé que puede ser algo abrumador, es un edificio muy elegante y grande.-
-Así es Emi, aquí trabajo, vamos y te llevo a mi oficina.-
Tomamos el ascensor ante la miradas de todos, nadie entendía quién era la niña que me acompañaba, María me esperaba con mis pendientes, le informé que Emilia estaría acompañándome.
Creo que la mañana iba bien, claro que los problemas nunca faltaban, había una visitas que debía realizar, pero mi familia siempre estaba presente para amargarme la existencia.
Mi padre ingresó a mi oficina, ni siquiera escucho a María quien le prohibía el paso.
Parecía un toro, enojado y lleno de ira.
-¿Qué haces aquí?- pregunté poniéndome de pie, camine hacia el, pero antes de que pudiera reaccionar él levantó su mano y me golpeó, un bofetada tan fuerte que me llevo a mi infancia, aquí estaba el monstruo que siempre me atormento.-
-¡Humillaste a Beatriz! Todo el fin de semana ha estado encerrada en su habitación llorando, ¿cómo es que eres tan miserable?- mencionó
-¡Viejo mugroso!- escuché decir, yo trataba de volver en si, mi padre me había golpeado tan fuerte que perdí la conciencia un par de segundos, cuando volví, Emilia estaba sujetándolo de una pierna, vi como le clavó los dientes.-
-¡Quítate mocosa!- gritó lanzándola, vi como se golpeó la cabeza al tocar el suelo.-
-¡Emi!- grité corriendo a su lado, me arrodillé a revisarla, fue un alivio al verla sana.-
-Siempre dije que eras un dolor de cabeza, no sabes hacer nada bien.- mencionó sujetándome del cabello, yo traté de alejarme pero fue imposible, mi padre volvería a golpearle el rostro.-
Solo cerré los ojos esperando el golpe, no podía gritar por qué eso asustaría a Emilia, sé que esto pasará pronto, él se marchará una vez esté satisfecho.
-La tocas y te rompo la mano.- escuché decir.-
-¡James!- gritó Emilia.-
Él había llegado justo a tiempo, tomó a mi padre del cuello y lo sacó, solo escuchaba como gritaba que estaba prohibida su entrada.
Emilia corrió por una botella de agua, humedeció un paño y comenzó a ponerlo en mi mejilla, sentía como se iba inflamando.
-¿Estás bien?- pregunté aún sentada en el suelo.-
-Lo estoy, tu mejilla se hincha, ese hombre es malo.-
-Lo sé.- mencioné sonriendo.-
-¡Olivia!-
James llegó y me levantó con rapidez, solo sentía como me llevaba corriendo por toda la oficina, Emilia iba a su lado, según veo me sacara de aquí.
-Te llevaré al médico.- mencionó
-Por favor llévame a casa.- susurré
-Quiero que te revisen.-
-Que sea en casa.- reiteré
Nos subimos al auto, James jamás me soltó, yo seguía en su regazo, solo sentía como besaba mi cabeza mientras sus manos me sujetaban con fuerza.
¿En qué momento toda mi vida se vino la carajo? Soy consiente que durante el tiempo que he vivido casada con James estuve tranquila, mi padre no pudo ejercer su abuso pero ahora volvió con más fuerza, todo por defender a la mujer que más odio. Beatriz…