MI MENTIRA AL CEO

SOFIA Tengo los nervios al máximo hoy se cumple mi gran sueño, casarme con el amor de mi vida, Jacob es grandioso y ha logrado que en estos tres años que llevamos juntos cada día esté más enamorada de él. Sólo faltan unas horas para que lleguemos al altar y nos juremos amor eterno. Conseguí el vestido más hermoso con un corte sirena que me hace sentir muy sexy, pero lo más importante es que sé que le encantará a mi futuro esposo. Estoy lista para ir a la iglesia allí se encuentran las personas más importantes de mi vida, mis padres que seguramente estarán emocionados de saber que su única hija hoy dará uno de los pasos más importantes de su vida, mis tres damas de honor y mejores amigas, Leonor, Mady y Camila. También están esos bellos seres humanos padres de Jacob a quienes ya los aprecio como mis segundos padres y su hermana menor, una niña hermosa de grandes ojos negros que la quiero como esa hermana que nunca tuve, es tan tierna, agradable e inteligente a pesar de tener 15 años es tan madura. - ¿Lista mi niña? - Me pregunta mi mami. - Si... estoy muy nerviosa pero feliz porque al fin llegó este día y mis ojos se encontraban al borde de las lágrimas. - Pero no llores mi amor que terminarás arruinando tu maquillaje - Exclamó mi madre mientras con su pañuelo intenta limpiar mis ojos para no arruinar el maquillaje. Toda la mañana he intentado contactar a Jacob y no he tenido suerte, seguramente está tan nervioso como yo y por eso ha olvidado el móvil en alguna parte, él siempre ha sido muy despistado. Muero de ganas por verlo justo al frente de todos esperándome... Por fin llegamos y el chofer se detiene en la entrada, se baja para ayudarme con el vestido ya que tiene un velo enorme, justo cuando estoy por bajar mi padre detiene la puerta... - ¿Pero que pasa papi? -Le pregunto. - Hija aún no es momento de que bajes al parecer Jacob se ha demorado un poco, esperemos a que llegue y en cuanto esté todo listo le aviso al chofer para que realices tu entrada. Habían pasado 30 minutos desde que llegué y todos actuaban muy raro, no resistí más y salí del auto, el chofer intentó detenerme, pero no lo logró, me dirigí a la iglesia y abrí las puertas... Todos los presentes se sorprendieron al verme, inmediatamente una de mis amigas, Leonor, se acercó a mí y me entregó una carta. LA CARTA Sofi mi chica de ojos esmeralda necesito que me perdones, sé que soy un estúpido por hacerte esto, pero no estoy seguro aún de dar este gran paso. No tuve el valor de decírtelo en persona porque no resistiría ver esos hermosos ojos llorar, por favor no me odies y espero que con el tiempo me entiendas, tú serás siempre el amor de vida no lo olvides... JACOB. Y entonces mi mundo se vino abajo, toda la felicidad se me fue, él me había abandonado el día más importante de mi vida... Mis padres y amigas intentaron detenerme, pero no se los permití, me quité el velo y salí corriendo vestida de novia, llorando y gritando con el corazón roto, no me importaba que la gente mirara mi aspecto. No podía entender por qué había tomado esa decisión, ¿Por qué simplemente no lo dijiste antes Jacob? gritaba arrodillada en aquel parque, ante la mirada de toda la gente que ahí se encontraba. No sabía cuánto tiempo había pasado abrazada a mis piernas sin poder dejar de llorar - Nena por fin te encontré nos tenías muy preocupados -escuché la voz de Leonor, una de mis mejores amigas. - Déjame por favor no puedo con todo esto ¿Por qué fue tan cobarde y dejó hasta el último momento para que siguiera ilusionada? gritaba apenas logrando formar las palabras debido al llanto. - Lo sé nena, pero esto no es tu culpa, debes de ser fuerte tus padres están muy preocupados y pueden enfermar... anda levántate y vamos a tu casa, me suplicaba Leonor. Con el vestido desgarrado y el maquillaje destruido me marche del parque junto a mi amiga... Llegué a casa y mis padres quienes al verme entrar corrieron a abrazarme y nuevamente me derrumbé en sus brazos. - Mi niña no sufras por ese imbécil, juro que lo encontraré y se arrepentirá de lo que te ha hecho, escuchaba las palabras de mi padre mientras sus brazos me tenían sujetada para darme la fuerza que tanto necesitaba en estos momentos. Después de tomar un té fui a mi habitación me sentía destruida y para ser sincera no sabía que iba a hacer de hoy en adelante con mi vida. Horas y horas pasé llorando bajo las sábanas de mi cama, no me di cuenta en qué momento me quedé dormida... A la mañana siguiente me desperté por los rayos del sol que entraban directamente desde mi balcón y entonces recordé la pesadilla que había vivido unas horas atrás. Mi móvil tenía mensajes y miles de llamadas de mis amigas: - LEONOR: Nena por favor dime que estás bien, tengo que marcharme mañana muy temprano, recuerda que tengo que terminar mi especialidad y no quiero irme sin saber que estarás bien, por favor responde - Gracias por preocuparte mucha suerte. Leo era la más grande de nosotras sólo por 2 años más, ella era muy madura y centrada, estudió ginecología y obstetricia y ahora está por terminar una especialidad como biólogo de la reproducción. - MADY: Ese imbécil me las pagará, Sofí prometo que en cuanto lo vea le desfiguraré el rostro que en su vida nadie querrá voltear a verlo, decía el texto de Mady. Ella al igual que yo era abogada, ambas trabajamos para el bufete de mi padre, uno de los más prestigiosos de la ciudad de California. Hasta en los peores momentos la muy mensa lograba hacer que yo sonriera por sus ocurrencias, Mady es la más explosiva de nosotras con ella siempre teníamos que estar preparadas para alguna locura nueva. - CAMILA: Hola Sofí ¿Qué te parece si te llevo ese pastel de chocolate que tanto te gusta? me escribió la más linda y amorosa de mis amigas. Camí es una chef que siempre me consciente con esos maravillosos postres que prepara. Después de leer los mensajes de mis amigas me sentí afortunada por estar rodeada de tantas personas que en los peores momentos me demostraban el cariño que me tenían, aunque eso no me quitaba la tristeza que sentía... Quiero ser fuerte pero no es fácil, por lo menos no por estos momentos. Seguí llorando hasta que volví a quedarme nuevamente dormida por el cansancio de tanto derramar lágrimas.