Capítulo 32 – La Confesión en la Penumbra El auto se detuvo frente a la casa donde vivía Elena. El motor se apagó, pero el silencio no se llenó con la calma esperada, sino con una tensión suave, vibrante, que Alejandro no quiso dejar escapar el momento. Dylan ya dormía en la mansión, y esa era la primera vez en la noche en que estaban realmente solos. El chofer bajó con discreción, cerró la puerta despacio y se quedó cerca del vehículo, fingiendo revisar el celular, como si supiera que ese momento no le pertenecía. Alejandro giró en su asiento, mirándola con seriedad. El anillo brillaba todavía en la mano de ella, y esa imagen lo estremeció. —Elena… antes de que bajes, necesito hablar contigo —dijo, con una voz grave que la obligó a levantar la mirada. Ella respiró hondo, nerviosa. Su

