—En tu lugar lo pensaría bien antes de seguir avanzando —Le digo después de escuchar sus palabras. Solo busco amenazarlo al ver que en lugar de darse la vuelta y salir de mi habitación, con pasos lentos, precisos y en línea recta hacia donde me encuentro parada, comenzó a caminar sin quitarme la mirada de los ojos. Que desista de lo que sospecho quiere lograr Juro que intento mantenerme firme, demostrar la confianza que le repito a mis neuronas le ordenen a mi rostro y a la postura de mi cuerpo reflejar, pero nuevamente, vuelve esa otra mujer que pareciera posesionarse de mi y querer desplazar a la Camelia racional, cuando él con toda intención recarga el efecto de su mirada en mis ojos, debilitando mis fuerzas, haciéndome perder la cordura que en una batalla interna intento mantener. M

