bc

La chica perfecta para UST.

book_age16+
719
FOLLOW
2.4K
READ
others
friends to lovers
others
sensitive
otaku
game player
like
intro-logo
Blurb

¿Mi vida? No te lo creerías si te lo cuento.

Me llamo Laila, tenía veinte años cuando me mudé de Argentina a Madrid con mi mejor amiga. Fue toda una aventura hacerlo. Empezando con que ninguna de las dos se podía acostumbrar a vivir la una con la otra; luego todas nuestras peleas por el baño y nuestras noches de helado y llanto porque extrañábamos a nuestras familias. Pero bueno, esas son algunas de las cosas que van a quedar guardadas como recuerdos y anécdotas para contarles a nuestros nietos.

Un día decidimos documentar nuestras tonterías y nos dispusimos a abrir un canal en YouTube cada una, cosa que hizo nuestros días más divertidos. Mi pelo sufrió muchísimos cambios hasta llegar a un color con el que realmente me sentía cómoda, así que ahora mi melena era de un verde oscuro medio eléctrico.

Ahora con en mis veinticuatro años, sigo siendo la misma, haciendo locuras, con mi canal y mis amigas, con una vida casi perfecta. Pero como todo… algo falta.

Romance ¿qué es eso? ¿Se come?

No me ilusionaría con libros ni películas nunca más, eso había salido mal hace ya algún tiempo; sin embargo no planee lo que iba a pasar esa noche que llegué a mi casa… o más bien, no planee a quien iba a conocer.

chap-preview
Free preview
Capítulo 1.
 Mi alarma sonó con fuerza a mi lado, pero eso no fue exactamente lo que me despertó de mi amado sueño. Un pelaje paseaba por mi boca haciéndome cosquillas. Gruñí tratando de que se alejara, pero no, estaba decidido a despertarme, no entendía porque configuraba el reloj cada noche antes de dormir. -Vicent.-susurré todavía con mis ojos cerrados.  Mis manos se movieron con pereza hacia el cuerpo de mi queridísimo gato. -Déjame,-refunfuñe mientras trataba de alejarlo con poca fuerza- ya estoy despierta.  Abrí mis ojos y lo miré fijamente, cuando él notó que su objetivo había sido cumplido decidió bajar de mi cama y maullar firmemente. -Ya me levanto Vicent, se que tienes hambre, pero espera.-lloriquee mientras mi cuerpo asimilaba que mi mente ya estaba despierta.  Claramente si yo esperaba que mis palabras tuvieran algún efecto sobre él, me equivocaba.  Me levante perezosamente de la cama y camine hacia el baño para acomodarme a mi y a mi no tan peinado cabello, lo cual me tomó algún tiempo ya que la noche anterior me había quedado dormida con el cabello completamente mojado.  Entre lucha y lucha, mi teléfono comenzó a sonar, haciendo que mi actividad frenase. *Mamá* -Hola ma.  Del otro lado del teléfono se escucharon unas risas. -Laila.-dijo finalmente luego de unos segundos- ¿Cómo estás cariño? -Bien, ¿y tú? ¿Dónde estás? -Oh, yo bien hija.-alguien le habló del otro lado y ella le contestó antes de volver conmigo- Estoy en la casa de tu abuela, espero que no te hayas olvidado del almuerzo con tu familia.  Me mordí el labio inferior y me golpeé la frente con la palma de mi mano. -Ah, claro que no me olvide mami… ¿A qué hora era? -Te olvidaste.-me dijo, y no era pregunta. -Claro que no, solo quiero asegurarme. -Asegurarte de que te habías olvidado.-soltó con un claro reproche en su voz. -Ay mami, no seas así, sabes muy bien que sería incapaz de olvidarme de algo tan importante como la familia.  Casi escuche como rodaba sus ojos y transformaba su cara en una de burla total. -Ajá y yo nací ayer… espero que llegues puntual a las dos y no nos hagas esperar.  Por el tono de su voz, no iba a arriesgarme a llegar tarde. -Claro que no mami, te amo.-traté de que mi voz sonara lo suficientemente inocente como para alivianar un poco su humor. -Si si, yo te amo más, no llegues tarde… adiós.  Era impresionante como su voz se transformaba cuando algo no le gustaba. Daba miedo.  Dejé el celular sobre la mesada y continué con el trabajo de acomodar mi pelo, lo cual como se habrán dado cuenta, era una tarea muy compleja. Ya cuando quedó decente pude seguir con mi rutina.  Caminé hacia la cocina mientras me fijaba en mis mensajes donde mis amigas estaban organizando casualmente una tarde juntas, cosa que tuve que rechazar muy rápidamente ya que mi madre me había hecho recordar el futuro de mi día. *Mensaje de texto: Grupo. * Sam -¿A qué hora es hoy?  Lai -Lo siento chicas, hoy no puedo…  -Reunión familiar. Sam -Está bien cariño. -Suerte esta noche. -¿A qué hora llegas? -A lo mejor me paso por tu casa más tarde.  Lai  -¿Y por dónde vas a entrar? Sam -Tengo una copia de tus llaves genia.  Lai -¿Como..?  -¿Desde cuándo? Sam -Por ahí me preocupas. -Me las diste tú. -La última vez que viajaste. -Y no pude devolvértelas.  Lai -Ah… tienes razón. -Bueno, entonces ven si quieres. -No sé a qué hora volveré. Sam -Perfecto.  Decidí dejar la conversación allí. Guardando el celular en el bolsillo mire a un Vicent expectante, sabía exactamente lo que su mirada me estaba diciendo. -Bien, toma, aquí tienes, deja de hipnotizarme con esos ojos tuyos.  Con muchas ganas, mi gato caminó hacia su plato y comenzó a devorar sus cerealitos, haciendo que una pequeña sonrisa se escapara de mis labios.  Tome mi taza morada de la repisa y decidí hacerme un rápido café con leche, sin ningún tipo de alimento sólido ya que sabía que después mi estómago no tendría lugar para la rica comida de mi abuela.  Luego de que me mudara a Madrid, mi madre, mi padre y mi abuela había decidido mudarse dos años después cerca de mí, haciendo por consecuencia que mis tíos y mis primos vinieran a visitarnos muy seguido.  Mire el reloj que colgaba de la pared y me sobresalte, necesitaba apurarme o sino podría terminar sin familia después de este día. Odiaba ser impuntual, pero hoy mi mundo estaba dado vuelta.  Y no sabría hasta más tarde, la razón que esa frase tenía.  La casa campestre de mi abuela se alzaba delante de mí, no dude mucho más y apreté el pequeño timbre que se encontraba al lado de la gran puerta.  Un par de griteríos y risas se escucharon dentro, haciendo que una sonrisa se formara en mi cara. Me encantaban las reuniones familiares.  Escuche un par de pisadas, luego el ruido de las llaves se escuchó ahogado, y finalmente pude ver una cabellera rubia llena de lo que parecía ser harina detrás de la puerta. -Hola hermanito.-dije con un tono de diversión.  Él no me dijo nada, pero sus ojos decían todo, a tal punto que hicieron que una risa se escapara de mi garganta.  Cuando entre al hogar, todo era un caos, mis primos correteando por la casa con pistolas de agua y vi algunos huevos por ahí también. Mi madre recogía una taza rota del suelo, mientras mi abuela reía por algo. Los más relajados parecían ser mis tíos y mi papá, ya que estaban muy tranquilos mirando algo en la televisión. No entendía absolutamente nada, lo único que me quedaba claro era que todos estaban haciendo algo. -¿Qué está pasando en esta casa?-le pregunté a mi hermano que sacudiera su cabeza con la mano. -No lo sé, algunos quisimos ayudar en la cocina, y de la nada todo se salió de control.-sonaba serio, pero realmente no podía contener la risa que trepaba de mi garganta. -¿Todo esto por intentar ayudar?-claramente no éramos una familia normal.  Cuando mi hermano asintió, me lo terminó de confirmar; éramos una rareza. -Cariño.-mi abuela se acercó a abrazarme- ¿En qué momento llegaste? No me di cuenta.  Envolví mis brazos alrededor de ella y la apretuje un poco antes de soltarla. -Recién llego abu, solo que es un verdadero caos, nadie se entera de nada.-le dije entre sonrisas.  Su risa me llenaba el alma y me inspiraba a reírme con ella. -Es realmente un desorden…-dijo observando a su alrededor- No sé cómo voy a limpiar toda esta mugre, Dios mío; ¡Ya dejen de correr que es hora de comer!-Su grito logró calmar a los ratones haciendo que se sentara cada uno en una silla esperando la comida- La única forma de calmarlos es nombrar a la comida.-me susurró mi abuela haciendo que mi hermano y yo soltáramos una pequeña carcajada.  La tarde pasó rápido, entre risa, anécdota y charla, las horas volaron; cuando miré el reloj de mi celular me di cuenta lo tarde que era, y recordé que Sam me iba a estar esperando en mi casa (si es que ya no se había ido).  Luego de saludar a todos, me subí al auto y conduje directo hacia mi casa. Amaba a mi familia, pero siempre que nos juntábamos mi cuerpo sumaba veinte años de edad y me lo hacía notar.  Estacione y baje del auto, salude al guardia del edificio con una sonrisa y entre al ascensor, apretando automáticamente el botón de mi piso.  Me mire en el reflejo del espejo y note como mi remera se había manchado con alguna especie de salsa, entonces recordé a una de mis primas limpiando se las manos en mi, y eso me hizo sacar una sonrisa. Cuando el ascensor llegó a su destino, bajé y caminé hacia mi puerta, pensando en Sam.  Unas risas me sorprendieron, no eran una o dos personas las que reían, eran muchas. Con cuidado puse las llaves en la cerradura y abrí.  Unas ocho personas, de las cuales conocía a la mitad, me miraron sorprendidas. Mis sillones parecían haber sido dejados de lado, ya que el piso parecía ser el lugar más cómodo; la mesa pequeña del living se encontraba llena de cosas, como vasos, latas, y bolsas de lo que parecían ser papas. -¡Lai!-el grito de Sam me hizo notar que no era exactamente agua lo que estaban tomando. -Hey.-dije observando cómo intentaba levantarse y caminar hacia mí. -¿Por qué llegaste tan tarde? Hace casi toda la tarde que te estoy esperando, tuve que traer a las chicas y a algunos amigos para no sentirme tan sola.-su boca hizo un puchero cuando terminó de hablar y se tiró encima de mí, haciéndome reír un poco. -Está claro que más bebidas para ti no hay.-murmure y la tomé en mis brazos sintiéndome un poco incomoda por la mirada de los cuatro chicos desconocidos sobre mí.  Lo único que yo no sabía era que esos cuatro chicos, no eran ni tan desconocidos. Cuando realmente pude mirarlos no logre hacer más que quedarme completamente sorprendida.  Frente a mis ojos no se encontraban nada más ni nada menos que cuatro youtubers que conocía bastante bien.  Rubius, Mangel, Carlo y Alex.  Mi cara debe haber sido un gran poema ya que mis amigas soltaron una risita, y Sam, mi queridísima y única Sam, tuvo la fantástica idea de soltar uno de sus característicos comentarios borrachos. -Cierra la boca que se te cae la baba.  Todos frente a mi soltaron unas carcajadas haciendo que mi mente regresara de un pequeño viaje astral. -Ja ja ja, muy graciosa Samy.-exprese y la solté haciendo que perdiera el equilibrio por unos segundos. -Oye-protesto-, ten cuidado.  Ignore su pedido y camine hacia donde se encontraban todos. Estaba un poco nerviosa, no voy a negarlo, pero tampoco quería quedar en ridículo, así que con un esfuerzo sobrehumano logre articular una palabra. -Hola.-mi voz era una mezcla entre emoción y algo indescifrable, claramente no estaba con todas las luces puestas en mi; sin contar que mi corazón latía tan rápido que pensé que podría morir. -Hola.-su respuesta fue casi planeada, salió sincronizada y al mismo tiempo, era muy impresionante a decir verdad.  Sabía que me veía como una estúpida, pero realmente no me importó, estaba demasiado emocionada como para que cualquier cosa me influenciara. -Qué bonito cabello.-escuché que me decía Alex.  Pero antes de que pudiera contestarle, una persona se me adelantó. -Es verde.-respondió con suficiencia Rubius.  Respuesta que hizo que todos lo miráramos. Como si no fuera obvio que mi cabello era de ese color. -¿En serio? Vaya, y yo que pensaba que me lo había teñido de color rosa; gracias por avisarme.-solté con un “poco” de ironía. Todos soltamos una risa, pero la mía se detuvo cuando note que él no se reía, pero me miraba, y puedo jurar que no estaba ofendido por mi comentario, pero la intensidad de su mirada era tan abrumadora que hizo un nudo en mi estomago. No pude soportarla mucho, y mi mente me rogaba porque cambiara de tema, para dejar de ver esos ojos miel tan profundos y demandantes de algo que todavía no tenía idea que quería. -Bueno… ¿qué hacían?

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

“Ese Rebelde” me pertenece.

read
53.6K
bc

SUMISA POR ACCIDENTE

read
366.9K
bc

Amando tus curvas

read
255.3K
bc

Quiero matar a mi jefe

read
375.7K
bc

AMOR VERDADERO

read
325.0K
bc

Reviviendo el pasado.

read
84.5K
bc

Olvida que te amo

read
500.9K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook