Capítulo 4

4198 Words
Suspiro mientras pienso en sus mensajes, camino hacia la puerta, sabiendo que la única persona que podía entrar directamente hacia el departamento era Nick. Mi mejor amigo estaba parado desde el otro lado, con una enorme sonrisa en su rostro y un paquete  en sus manos. —Traje el desayuno —dice feliz mientras entra por la puerta— ¿Porque tienes esa cara de muerta? —Dormí mal —murmuro mientras lo miro sentarse en el sillón— ¿Café? —pregunto. Él asiente y camino hacia la cocina. Intento hacer un poco de tiempo mientras pienso en que decirle, Nick me conocía demasiado, nunca podía mentirle y ocultarle algo. Recordar el día en el que la conocí me hace suspirar, pero a lo que quería llegar con ese pensamiento fue que tardé solo veinticuatro horas para que Nick termine de descubrir que era lo que estaba pasando conmigo. Era una mujer adulta, podía contarle a mi amigo lo que sea que haya hecho ayer por la noche. Tomo valor y camino decidida, con ambas tazas de café en mi mano mientras noto que él está revisando su celular. Acomodo los cafés sobre la mesa ratona, enciendo el televisor y cuando volteo para mirarlo, él estaba con el ceño fruncido, mirando mi cuello. —Diablos ¿Quién te hizo eso? —una media sonrisa apareció en sus labios y luego me miró—. Oh vamos Natalie, dime que sucede contigo. —No es nada —puse los ojos en blanco —No me digas que volviste a salir con Marie ¡Oh por dios! —comenzó a reír escandalosamente— ¿Sexo salvaje? —odiaba su sonrisa burlona —¡Nick! —le di una palmada en su pierna— ¿Sabes a quién encontré? —No, pero cuéntame —me mira atentamente —¿Recuerdas que comencé a dar clases en un colegio nuevo? —Si, lo recuerdo —sonríe —Bueno, ella es la directora de allí —él levantó ambas cejas, sorprendido. —¿Ella? —Megan... —arruga su nariz—...¿La Srta. Blair? —¿Que diablos? ¡Natalie! —dice con una enorme sonrisa—. Por favor, dime que no la dejaste ir de nuevo —No, de hecho ya estuvimos juntas el otro día y dios... —suspiro—. Me siento como hace unos meses atrás. —¡Como no te vas a sentir de esa manera! ¡Si me cuentas y todavía te tiemblan las piernas! —Mierda, estoy perdida otra vez —suspiro —Ahora entiendo porque te ves como la mierda ¿Estuvo aquí anoche? —Uhm, no. Nos quedamos en la universidad. —¿Qué? —él comienza a reír— ¡No puede ser! ¿Estuvieron cogiendo en la universidad? La realidad es que Nick siempre estuvo al tanto de mis encuentros sexuales con ella, incluso se puso demasiado feliz al saber que por fin estaba probando cosas nuevas y por eso, cuando le confesé que en realidad me había enamorado de la Srta. Blair, él me dijo que debía divorciarme cuanto antes. Tampoco es que siempre ha sido tan fanático de Ryan, él sabía perfectamente que nuestra relación se venía abajo desde hace meses, por lo que jamás dudó en que saliera y pudiera conocer un poco más a aquella misteriosa mujer. Nunca sabré si su consejo era acertado o no, porque por mi cobardía jamás llegué a decirle a Megan lo que sentía, por lo que terminamos nuestra relación luego de unos largos meses. Mierda, él no dejaba de hacer preguntas y de señalarme cada marca visible sobre mi cuerpo, en serio a veces Nick se ponía algo insoportable. Omití el tema de que había visto a Ryan horas atrás en la puerta del edificio, estaba segura de que Nick iba a matarlo y sinceramente no quería más problemas. Todavía recuerdo el día en el que mi amigo descubrió que él me había golpeado. Nick lo buscó en su trabajo y lo golpeó tanto que tuvo una denuncia en la comisaría, causando también el despido de mi ex marido. Insistió en que le diera detalles pero me negué, él quería saber si continuaríamos viéndonos, pero ni siquiera yo lo sabía. No tenía idea si ella estaba con alguien más o tenía la misma relación conmigo. Sabía de ella lo básico, nunca nos habíamos sentado a hablar sobre nuestras vidas, siempre era sexo y ya. —Todos los días agradezco de que Marie te haya llevado a ese lugar —sonríe—. De hecho todavía espero el momento en donde me encuentre una mujer como esa. —Deberías ir con ella, todavía lo visita... —¿Estás segura de que ella no es bisexual? —Nunca lo mencionó, pero de todas formas ¿Qué diablos te importa? —mi amigo comenzó a reír de mi ceño fruncido, él sabía cómo molestarme. —Tranquila tigresa, que nadie te la robará —dice con una sonrisa—. Entonces ahora sabes su nombre real. —Siempre lo supe. Una vez le llegó una correspondencia al departamento y la leí —él negó con su cabeza divertido —Astuta —murmura —Estuve nerviosa desde que comencé y supe que ella era la rectora del lugar, pero no te quise decir nada porque no sabía si ella me recordaría aún. —¿Como no te va a recordar? ¿Qué pasó entre ustedes? —Tuvimos un encuentro en uno de los baños en reparación, había ido a escaparme y fumar un cigarrillo, pero cuando quise salir la vi que venía hacia mi, pero aún no me había visto. —Me imagino que la esperaste como una gata en celo —suspiré —Mierda, Nick. No sé si estoy haciendo bien con todo esto. —¿Porque lo preguntas? —me mira—. Disfruta de tu sexualidad, ella te hace sentir bien, te sientes cómoda y no hay otra cosa mejor que eso. Además ¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste de esa manera? —Bueno, en realidad creo que nunca —admito—. El sexo era siempre... normal. Sabes que estuve con Ryan y que de vez en cuando tenía sexo con una compañero de la universidad, pero nada más. —No menciones a ese hijo de puta —dice con rabia—. Jamás me ha gustado esa relación, desde un principio tuviste que mentirle con que no te habías acostado con alguien más solo para que no se enojara. —Creía estar enamorada de él. Cuando íbamos a la secundaria sabes muy bien de que estaba enamorada y luego... luego no lo sé. —Te casaste con él por caliente y porque le tenías cariño, pero esa mierda ni siquiera era una cuarta parte de lo que solía ser cuando íbamos a la secundaria. —Si, ahora lo sé. Pero no quiero hablar de Ryan, me causa náuseas. —Hablar de él me dan ganas de ir a golpearlo una vez más. Así que mejor cambiemos de tema. —Hablemos de mi trabajo. Estoy comenzando a pensar en conseguir empleo de traductora o profesora de francés online. —¿Has podido encontrar algo? —Bueno, aún no. Ya sabes que tengo tiempo en la universidad hasta que el profesora titular vuelva de su licencia. —Bueno, pero tienes unos cuatro meses para intentar conseguir algo. Además quizás podemos mudarnos. —Aún no estoy segura de seguir pensando en Canadá. Mis padres están aquí, me costaría mucho dejarlos. —Pero podemos ir por algunos meses para ver que tal y si no nos gusta nos regresamos. Siempre hemos pensado en ir a Canadá, será una buena oportunidad para nosotros. —Tendré estos meses para decidir sobre eso, pero estoy en duda. Sabes que me encantaría irme, pero también me daría pena. —Si, lo sé y no quiero presionarte con eso. Pero estaría bueno para los dos, comenzar una nueva vida. —Prometo que lo pensaré —suspiré Amaba pasar tiempo con Nick, él era muy comprensivo conmigo y también tenía los mejores consejos del mundo. Se quedó todo el día conmigo, incluso lo invité a cenar para que podamos pasar más tiempo juntos ya que él viajaba mucho y tenía que aprovechar su tiempo libre. Luego de darme una larga ducha, me acosté en la cama y tomé mi celular, revisando si tenía correos nuevos, pero en cambio de eso, un mensaje de un número desconocido estaba allí.                                                                   +1 734 897 876 320 Ahora es como una conversación real. Por cierto ¿Cómo fue tu día? -23:27 Diablos, sabía que era Megan, nadie más tenía mi número y yo no lo tenía registrado de vuelta. Me moví nerviosa en mi cama, pensando que se supone que debería ponerle. Aún no podía ver su foto de perfil porque no la agendaba en mis contactos, pero antes de eso, decidí jugar un rato.                                                                  +1 734 897 876 320                                                                                                                                                         23:31-  ¿Quién eres? ¿No es obvio?   -23:31                                                                                                                    23:32-  ¿Porque piensas que te pregunto?  Tu sabes perfectamente quién soy, me conoces bien.  ¿O es que ahora no sabes mi nombre?   -23:32                                                                                                                                                                        23:33-  Tengo tantos nombres en mi cabeza ahora mismo...    Cierra los ojos y piensa en la noche anterior. Tu cabello en un puño, mi boca recorriéndote,  mis manos deseando ir cada vez más profundo. ¿Lo recuerdas o necesitas más?   -23:33                                                                                                                                                         23:33-   Dame más. Mi escritorio, mis labios saboreándote,  todavía puedo sentir el sabor en mi boca. Eres exquisita.  -23:33                                                                                                                   23:34-   Mierda, no puedes lograr que me caliente con solo unas líneas. Puedo provocar muchas cosas en ti, Natalie. Ahora mismo estoy ansiosa por verte de nuevo.   -23:34                                                                                                                             23:34-   Desearía que estés aquí, ahora mismo.   ¿Donde te encuentras? ¿En tu cama?  -23:34                                                                                                                          23:34-  Estoy en mi cama, lista para ti.   ¿Tienes bragas puestas?    -23:35                                                                                                   23:37-    Arruinadas. Acabo de quitármelas. ¿Y tú?   No uso ropa interior cuando estoy en la cama. Desnúdate, ahora.   -23:37                                                                                                                       23:39-   Estoy lista  ¿Qué más quieres?    Toca tu sexo, comprueba que tan mojada estás.   -23:40                                                  23:42-   Demasiado. Justo como me dejaste cuando estaba sobre el escritorio Tócate.   -23:43 ¿Que sientes?   -23:44                                                                                                                           23:45-    Mierda, no es lo mismo sin ti                                                     Llamada entrante +1 734 897 876 320 Mierda, estoy arruinada. —Dime que lo estás haciendo —murmura agitada desde el otro lado de la línea. —Mierda, sí —gimo —¿Como lo quieres esta noche? —murmura con su voz ronca —Rápido y duro —aseguro mientras me doy un apretón en mi clítoris. Gimo. —Diablos, quiero tocarte —me dice jadeando —Tócate, piensa que lo haces conmigo —murmuro con los ojos cerrados y sonrió ante su respuesta. Un gemido desde lo profundo de su garganta. Jamás le había dado una orden y ella ahora mismo me estaba obedeciendo. Muevo mis dedos trazando un círculo sobre mi clítoris, mientras escucho sus quejidos desde el otro lado, ella lo está haciendo. Mi jadeos apenas me dejan escuchar su voz, ella está siendo autoritaria nuevamente y me tiene al límite. —Presiona y ve más de prisa —gime—. Mmm, me encanta escucharte, quisiera poder probar que tan mojada estás para mi, preciosa. —Megan —murmuro —. Por favor... —escucho que ella maldice cuando escucha su nombre saliendo de mis labios, haciéndome sonreír —Mierda, nena. Te escuchas tan caliente mientras me suplicas —ella gime—. Hazlo. No puedo seguir soportándolo, mi cuerpo me pide liberación. Me dejo ir, escuchando sus jadeos y gimo fuerte cuando alcanzo el clímax, perdiendo mis sentidos por unos buenos segundos. Esto casi fue tan fantástico como tenerla a ella. Mantengo los ojos cerrados, escuchando su respiración, sé que ella también ha llegado, pero ahora mismo no puedo decirle nada. —Cada día me sorprendes más —murmura—. Te quiero mañana en la noche, en el lugar de siempre —suspiro—. Que tengas buenas noches, Natalie. Dejé el celular a un lado cuando escuché que ella cortaba la llamada, aún intentaba recuperar el aire. Me quedé dormida, pensando en ella, otra noche más. Pov Megan Mierda, si había sido una noche fantástica. Cuando me tomé una ducha en la mañana aún podía escuchar los gemidos roncos de Natalie en mi oído y eso solo me ponía cachonda. Coloqué una canción en mi celular para que se reproduzca en el auto y comencé a conducir hacia la universidad mientras que cantaba algunas estrofas. Mi departamento no quedaba tan lejos, por lo que en menos de veinte minutos ya me encontraba en el estacionamiento. Apagué la música y cuando estaba a punto de subir la ventanilla, la vi. Mierda, ella se veía tan sensual. Tenía una camisa blanca, con las mangas desabrochadas y al igual que el último botón, unos pantalones negros ajustados perfectamente a sus curvas y unos zapatos a juego. Su cabello castaño claro estaba suelto, con ondas en las puntas y su maquillaje era sencillo, pero ella podía lucir cualquier cosa. Estaba bajando del auto cuando de repente apareció un hombre frente a ella, acercándose demasiado para mi gusto y apreté la mandíbula cuando me di cuenta de quién era en realidad. Su esposo. Noté como su mirada le recorrió todo el cuerpo y sinceramente lo único que me generaba era asco. Ese tipo era un idiota.  —¿Que haces por aquí? —oigo que le dice ella— ¿Cómo lo supiste? Estaba demasiado confundida ¿Ellos no estaban casados? ¿No se supone que su marido debería saber en dónde trabajaba su esposa? —En realidad quería pedirte disculpas por lo de ayer, fui un idiota  —Como quieras, vuelve por donde viniste, no quiero verte —dijo ella con desprecio —Pasaré por ti al mediodía. —Ryan, no —ella quiso decirle pero él salió rápidamente del lugar. ¿Que se supone que había pasado entre ellos? Mierda, me causaba mucha curiosidad los gestos de Natalie, ella no parecía nada cómoda con la visita de su esposo. Además de que no tenía sentido que él viniera al estacionamiento de su trabajo cuando se supone que ellos vivían en la misma casa. Bajé del auto, bloqueándolo mientras la seguía con la mirada, ella parecía muy nerviosa y de verdad comenzó a preocuparme toda esa situación, lo que sea que haya pasado entre ellos, a Natalie la hacía sentir muy mal. —¿Estás bien? —digo acercándome Ela se giró asustada, tomándose del pecho. La noté arrepentida luego de que me miró con detenimiento y bajó la mirada. —Si, si. —responde sacando su bolso y cerrando el auto. —Espera Natalie —inevitablemente la tomo de la cara y hago que me mire— ¿Que es lo que pasó con Ryan? —No sucede nada. Creí que no querías saber sobre mi vida personal—me dice sin mirarme. Se soltó de mi agarre y se fue, dejándome estática en el lugar. Intenté ser amable, pero al parecer no debía preguntar nada, nunca más. Ella jamás me había hablado mal y creo que no hice nada malo como para merecerme ese tipo de respuesta, pero no quería quedarme con eso en la cabeza, por lo que seguí mi camino y me fui hacia la oficina. En dos meses sería el evento con los chicos del último año y sinceramente me gustan mucho los eventos que se hacían en el campus, venían todos los alumnos, pasaban un buen rato y a la vez todos los profesores nos relajábamos también.  Tratando de no pensar en esa mujer que me ponía el mundo de cabeza, comencé a trabajar durante algunas horas hasta que mi celular comenzó a sonar. —¿Hola? —respondo sin mirar la pantalla m —Hija ¿Cómo estás? —dejé los papeles que estaba firmando y me incorporé en la silla —Hola mamá, no había visto el identificador —sonreí—. Estoy bien, con un poco de trabajo, pero bien ¿Y tú? —Saliendo de trabajar, me iré a almorzar con tu padre —aclaró su garganta—. Había olvidado llamarte ayer, pero organicé una cena —¿Una cena? —Si, quiero que vengas esta noche ¿Puedes? —Claro mamá ¿A qué hora quieres? —Me parecería bien que llegues a las 20:30. —Uhm, bueno. Estaré allí, llevaré algo. —De acuerdo, cariño. Sigue trabajando y nos vemos en la noche. —Te amo mamá, cuídate. Con el trabajo y mi mente ocupada hacía dos semanas que no iba a la casa de mi madre y por un lado sí me sentía culpable. No es algo común en mi dejarla por tanto tiempo, antes solía ir todos los domingos, pero últimamente se complicó todo. Jude entró justo a la hora del almuerzo, tenía una hora antes de que los alumnos ingresarán al nuevo turno. —¿Quieres ir a almorzar o te quedarás aquí? —pregunta asomándose por la puerta —Creo que me quedaré, debo firmar unas notas —De acuerdo, en un rato vuelvo —cuando cerró la puerta, mi celular comenzó a sonar nuevamente. —Dime, Natalie —digo atendiendo la llamada —¿Puedes hacerme un favor? —preguntó rápidamente —Si, dime. —Sé que no es algo que nosotras hagamos, pero necesito que salgas a comer conmigo —¿No ibas a comer con tu marido? —pregunto levantando una ceja  —¡Por favor! —parecía desesperada— ¿Sabes que? ¡Olvídalo! Intenté responder, pero ya había cortado la llamada y en realidad estaba dudando si debía ir a buscarla o quedarme aquí. De todas formas debía ir a comprar la comida, así que dejé los papeles a un costado y salí. No entendía una mierda sobre su cambio de humor, esta mujer terminaría por volverme loca. El pasillo estaba vacío, a esta hora quizás quedaban pocos profesores, aún faltaba para el segundo turno. Tenía ganas de ir a un lugar que vendían comida deliciosa a cuatro calles, por lo que comencé a caminar hacia las puertas principales, siguiendo hasta el estacionamiento. A lo lejos podía oír la voz de Natalie, unos metros antes de llegar al estacionamiento. Su voz estaba rota, como si estuviese a punto de llorar, así que me apresuré, notando como Ryan estaba tomándola del brazo, no se veía nada amigable, él le hablaba cerca de la cara. —¿Qué es lo que sucede? —pregunté enojada Específicamente lo miraba a él, que parecía lo suficientemente alterado como para que mis alarmas se encendieran. Ryan se dio vuelta rápidamente , abriendo los ojos al verme caminando hacia ellos. Soltó el brazo de Natalie y se paró correctamente. —Lo siento, solo estábamos hablando —dice excusándose —¿Solo hablando? ¿Le llamas solo hablar a tomarle el brazo de esa manera? —digo acercándome a él —¿Y tu quién mierda eres para decirme algo? —Soy la persona que te puede meter una puta denuncia, si sigues jodiendo y tratando a Natalie de esa manera, quédate tranquilo que me encargaré yo misma de hacerte entender. —No me jodas y vuelve por donde viniste. —¿Que no entiendes amigo? —levanté una ceja y me puse entre medio de los dos, por delante de Natalie—. Cobarde de mierda ¿Tienes ganas de pegarle a un a mujer? —¿Quieres probar? Me reí internamente, este hijo de puta no sabía nada sobre mi y me estaba retando. Había hecho defensa personal toda la vida y este muñeco se piensa que puede venir a amenazarme sin que haga nada a cambio. No estaba segura de que si quiso darme un puñetazo o una cachetada porque todo fue muy rápido. Con mis rápidos reflejos logré detener su mano justo a tiempo, torciendo su brazo en el proceso, para llevarla hacia su espalda. Mierda, me dio tanta satisfacción cuando el gimió de dolor porque la apretaba cada vez más detrás de su espalda. —¿Donde mierda está tu auto? —le digo apretando su brazo —Suéltame hija de puta —¿DÓNDE DIABLOS ESTÁ TU MALDITO AUTO? —Espera, Megan —dice Natalie mientras me seguía por detrás Cuando escuché su voz angustiada apreté más su brazo, estuve a punto de quebrarlo pero no quería tener problemas ahora mismo. Lo arrastré hasta su sucio auto luego de saber cual era y que por supuesto lo descubrí porque el cobarde lo dijo entre quejidos. Terminé aplastando su cuerpo contra la puerta del conductor y lo tomé del cabello. —Te juro que si te veo otra vez por aquí o vuelves a molestarla, termino por hacer lo que comencé —le dije cerca de su oído—. Tengo muchos amigos policías, ten cuidado por donde metes tus putas narices. Abrí la puerta de su auto y lo empujé adentro. Él me dedicó una mirada fija y arrancó el motor, saliendo de allí rápidamente. Suspiré, intentando que la adrenalina se pasara rápido, entonces giré para mirar a Natalie, recargada sobre su auto, tapando su rostro. Esto no me gustaba para nada. —¿Te encuentras bien? —pregunto acercándome a ella, apoyando mis manos en su cintura —Lo siento, enserio lamento todo esto. —¿Puedo abrazarte? —pregunto insegura, ella asiente quitando sus manos. Tengo que admitir que me sentí muy bien haciéndolo, era la primera vez que la abrazaba en todo este tiempo, el calor de su cuerpo me envolvió una vez más y me quedé allí, sosteniendo su cintura mientras que ella me abrazaba por el cuello. Pov Natalie —Te necesito —le susurro en el oído. el agarre de la cintura fue más fuerte y ella elevó su rostro para mirarme. —¿Estás segura? —asiento Ella me toma de la mano y comenzamos a caminar, no estaba segura de hacia donde íbamos, solo la seguía. Ella entró al edificio número dos y noté que todo estaba vacío, sin alumnos a la vista, por lo que terminó abriendo una puerta, que parecía una sala de reuniones. No había nadie allí, así que le puso seguro a la puerta y volvió hacia mi, tomándome por la cintura, llevándome hacia la mesa. No había nadie allí, así que le puso seguro a la puerta y volvió hacia mi, tomándome por la cintura, llevándome hacia la mesa. —Meg...—las palabra murieron en mi boca cuando ella unió nuestros labios. Sus manos, sus besos, el calor de su cuerpo era lo que necesitaba para olvidarme de todo. Megan provocaba tantas cosas en mi que no podía explicarlo ahora mismo. Mi cuerpo terminó sudado, exhausto y jadeando cuando ella terminó conmigo sobre el escritorio. Me sacó cualquier intento de pensar, solo la necesitaba a ella.  Jude terminó por interrumpir la tercera ronda y tuve que cambiarme e irme, en cualquier momento podrían llegar. Lo próximo que tenía en mente era la cena de mamá, por lo que fui directamente hacia mi departamento en cuanto terminé de hacer las compras. Un hermoso vestido color rojo era mi elección y si, últimamente llevaba mucho ese color porque había descubierto cuánto le gustaba a Megan. Tampoco era algo exagerado, era un vestido simple y delicado que me había encantado en cuanto lo vi. Además de que mamá mencionó de que una amiga iría y no quería vestirme así nomás. Terminé los últimos retoques en el espejo y me dirigí a la casa de mamá antes de que comience con su reproches de legar tarde a todos lados. Ella me recibió con un largo abrazo y después de eso fui en busca de papá. quién estaba tratando de descorchar un vino en la isla de la cocina. —¿Cómo estás bebé? —dice él luchando con el corcho. —Bien pa. Con hambre la verdad. —Quién no. —dice riendo—. Pero hay que esperar a los invitados. —¿Quienes vendrán? —digo arrugando la nariz. —Una amiga de tu madre, su marido y su hija. —¿Solo ellos? —Si, ellos vienen siempre. —Supongo que me pierdo de sus fiestas. —Deberías venir más seguido, nos divertimos bastante. —dice él antes de que el timbre sonara. —Si, lo sé. Ahora me siento culpable, eso no es justo. —Porque nos abandonas Natalie —se queja y pongo los ojos en blanco par aluego besar su mejilla— ¿Le preguntas a tu mamá que donde dejó las copas negras? —Okey —le respondo con una sonrisa. Enredo el dedo en mi cabello, jugando con él mientras pienso un millón de cosas a la vez y camino hacia la sala. Recuerdo que tengo que preguntarle algo a mamá, entonces levanto la vista y la miro. —¡MAMÁ NO VIST... Mierda. mi voz se apagó cuando frente a mi tenía a nada más ni nada menos que Megan Lawrence Blair.  La mujer que me moja las bragas y me vuela la cabeza.
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