El impacto del nombre es inmediato. Johann. Al escucharlo, un dolor punzante me atraviesa el pecho como si hubiera sido golpeada con un mazo invisible. La mención de su nombre resquebraja mi pensamiento por un instante, enviándome en un torbellino de recuerdos y preguntas sin respuesta. ¿Por qué un ser como él querría el libro que Johann tenía? Y aquí estoy, enfocada en detalles irrelevantes, en la obsesión absurda de por qué Alastor anhela tanto tenerlo en sus manos, cuando la verdadera pregunta debería ser qué es ese libro y qué hace que lo desee con tal intensidad. —¿Olvidas lo que pasó? —le espeto sin poder evitarlo. Sé que no es una elección sabia, que cualquier palabra mal colocada puede empeorar la situación, pero hay una urgencia en mí que no me deja callar—. Después de la explosi

