Y así comenzó...
Tenía mi corazón roto, había salido de una relación recientemente, bueno no recientemente hace 10 meses, pero esa persona era mi llama gemela, lo amé profundamente y cuando escogió irse porque no sintió lo mismo, decidí entenderlo y dejarlo ir, amarlo significaba dejarlo ser muy a pesar de lo que yo sentía, de mis ganas de luchar por él, una lección que aprendí en una relación pasada y con la que, aunque no estaba muy de acuerdo, es como debe ser.
Si era para mi regresaría, pero no regresó, encontró a alguien más, y sin embargo lo seguí amando y dejándolo ser; finalmente que más podía hacer (la vida no es una película donde todo sale bien al final) ... Me dedique a trabajar en mí, a revisarme, ver todas las cosas que estaban fallando en mí, como mi autoestima, porque sí que me dolió que me dejara, que no me escogiera.
Todo el mundo te recomienda miles de cosas, psicólogo, ejercicio, diferentes actividades; el psicólogo ayudó mucho, pero las actividades son solo distracciones para no pensar en él. Yo quiero no pensar en él, no distraerme para no pensar en él, ¿se entiende?
Llego un momento en el que quise socializar, quise conocer personas nuevas, distraerme, ahora si distraerme, me cansé de intentar no pensar en él y de igual forma seguirlo pensando, que estrés. Bueno año 2022, Tinder, si usemos Tinder, revisemos que tal, solo es una forma de distraerme.
Comencé a conectar, hacer match con mucha gente, a hablar un rato. Pero es así, conversar un rato y las cosas siempre quedan allí. Algunas veces hay citas, pero tampoco llegan a mayor cosa. Pero está es la historia de alguien que me movió el suelo, algo que no sentía desde hacía meses.
Estaba muy aburrida, cansada del trabajo y decidí conectarme un rato a la aplicación. No me ha escrito nadie nuevo, así que decido dar algunos “swipe” a la derecha y ver que tal; hice algunos match y a todos les escribo: “hola” .... sí que estoy aburrida normalmente dejo que me escriban. Media hora después de haberle escrito me responde quien será conocido en esta breve historia como “terremotito” porque sí, me movió el piso. Él no comienza con el típico hola, al contrario, comienza a bromear sobre mi edad, ¿Qué embrujos haces?, ¿Qué ungüentos/mejunjes utilizas?, no te puedo creer tu edad? Le sigo el juego, y 10 minutos después me duele el estómago de reírme tanto. Que simpático, me encanta su forma de ser.
Le digo, ¡debes ser mi amigo!, y él me dice no te entiendo, ¿una llamada?; una llamada, ¿quién se llama en estos días?, hablemos por w******p, le digo, le doy mi número y continuamos la conversación por w******p.
No hay nadie que me haya hecho reír tanto como él, ingenioso, cómico, aunque su profesión que tiene que ver con la creatividad no implica la comedia.
Ese día hablamos un rato, y quedamos en que teníamos que salir, pero se iba de viaje así que nuestra cita quedaría para el próximo sábado. Durante la semana nos escribimos poco, pero cada vez que hablamos era este hombre de muy buena vibra, super gracioso, me fascinaba. Confieso que revise varias veces sus audios, escuchando sus bromas, me gustaba muchísimo su forma de ser y quería develar quien era realmente.
Llegó el día de la cita, yo estaba super ilusionada por conocerlo. Hablando por w******p, por primera vez se comportó serio cuando me dijo que era muy puntual y que no le gustaba para nada esperar. Si lo hacía esperar, se marcharía.... Si si, quizás ustedes lo vean como un punto lógico y normal, pero los latinoamericanos no somos puntuales. Tendría que esforzarme, pero lo haría con gusto porque me llamaba mucho la atención, y quedamos en encontrarnos en un lugar, sin embargo, me comían los nervios, era la primera vez que sentía nervios en una cita de Tinder, me daba pánico llegar al lugar y vernos a la cara, en el lugar, con miles de personas alrededor. Esto no me había pasado antes quizá porque no llevaba expectativas a mis citas anteriores, si bien había sido gente simpática, no había conectado en mayor manera, pero no era lo mismo con Sr. Terremotico, me encantaba su forma de ser, y se me hacia un hueco enorme en el estómago, solo pensar en verlo. Le dije que por favor se acercara a donde vivo, y nos fuéramos caminando al sitio, de esa forma era más fácil hablar un poco, romper el hielo, mientras caminamos al objetivo, el lugar donde íbamos a comer.
Cabe resaltar que Sr. Terremotito en nuestra semana de conversación, aunque era super gracioso, no se mostró particularmente interesado, no me escribió para decirme buenos días, buen provecho ni buenas noches, pero tampoco era ajeno a no gustarle y a querer que se diera nuestra cita. La cita era a las 6 de la tarde, y ya me había dicho cuan puntual era, cuando se acercaba la hora mi ansiedad era anormal, ¿Cómo puede gustarme alguien tanto con algunos mensajes?, ¿Por qué me llama tanto la atención?, toda la semana el chico se había encargado de señalar sus puntos negativos de su aspecto físico, exagerándolos y haciéndome reír con sus bromas. De nuevo, no me importaba, me llamaba mucho la atención su forma de ser, ¿estoy mal de la cabeza? Cuando se hizo las 6:02, había ido al baño como 20 veces, estaba super nerviosa y dije ya no viene, pero si, si vino a buscarme y vino en su carro, cosa que no esperaba, me quitaba el tiempo del trayecto, de conocernos, pero bueno.... Me señala que esta en el carro rojo, acto seguido pido sus placas mientras voy caminando a su carro, soy super despistada y aunque no hay más carros rojos, ya me he montado en carros de desconocidos por equivocación, porque confundo los carros, gracias a Dios no ha pasado mayor cosa que la vergüenza de ser despistada, pero mientras camino y me dirijo al carro rojo me gritan hey hey aquí!, e inmediatamente reconozco su voz, voz que, he escuchado varias veces durante la semana, sus mensajes, sus expresiones, los diferentes sonidos que emite cuando se enreda, cuando está pensando, cuando quiere señalar algo, todos me los conocía porque había escuchado varias veces sus audios. ¿Qué me pasa con este tipo?
Al reconocer su voz no necesito mayor cosa, me subo al carro, mientras él hace gracia del hecho de haberme dicho que estaba en otro carro, pero yo estoy nerviosa, quiero conocerlo, mi intriga me mata y quiero saber que me pasa y quien es él.
Me pregunta que si quiere que caminemos o vayamos en el carro, la verdad, estoy nerviosa, mi cerebro dice . Le digo que como quiera da igual.
Me encantaría y podría alargar esta historia muchísimo contando detalle a detalle nuestras conversaciones, mostrando cuan gracioso es o fue antes de nuestra cita, y la persona con la que me estaba encontrando. Me encanta develar a una persona, conocerla, saber la razón de sus movimientos (como si de un juego de ajedrez se tratara) no soy buena para la estrategia, pero me encanta conocer que estrategia usa la gente y porque lo hace. Él me fue hablando de muchas cosas, y de cómo no era fácil para el socializar a pesar de ser tan simpático. Se concentra en su trabajo, y como para todos o la mayoría de nosotros es fácil hacerlo, porque hay un sentido, un objetivo claro, simplemente es esforzarse y conseguir lo que debemos conseguir haciendo lo que sabemos hacer. Pero la vida no es así, y por lo que pude ver, no quiere abrirse a la gente.
Sr. Terremotico señalaba que no aspiraba una mujer que tuviese todos sus gustos sino alguien con quien compartir, pero realmente no deja a nadie pasar y tiene altos niveles de exigencia, que seguramente cuando llegue quien los llene, se dará cuenta que, aunque era lo que quería, no es lo que necesita. Él durante toda la cita se sintió o yo lo sentí como dividido en dos, el primero, él mostrándose lo cual lo hace ligeramente vulnerable permitiéndome entrar hasta cierto punto, y por otro lado cerrando las puertas.
Sr. Terremotico no está cerrado a la conexión humana, pero le da miedo terrible, sentirse expuesto, por lo que es más fácil solo buscar las necesidades básicas esenciales. Yo en todo esto no pude ser quien era con el normalmente, solo lo escuchaba porque quería conocerlo, me intrigaba muchísimo, y sé que si hubiese abierto más mis puertas y le hubiese enseñado que no lo estaba juzgando quizá para él hubiese sido mucho más fácil, pero yo solo intentaba escucharlo y descifrarlo.
Fuimos a su departamento, ya que después de dar mil vueltas para ver donde podíamos estacionar no hallamos sitio, y hubo cosas me imagino de los nervios o de querer echarme broma y mi asperger combinado con la ansiedad no me permitió entender, porque me decía donde quieres comerte la pizza en el apartamento, pero, ¿dime dónde?, es que mi apartamento tiene varios lugares bueno ya vas a ver, pero ¿dónde quieres? … En mi cabeza pensaba, cariño no conozco tu apartamento, no tengo la menor idea si tienes una mesa, una terraza, un lugar para meditar, ¿cómo quieres que te diga donde quiero comer?, llegamos a la casa y ni siquiera me dijo ven y te la muestro... al menos hubiese sido lo lógico para la instigación al hecho de donde quieres comer la pizza... o de nuevo mi asperger no da para más... Nota: nada de esto tiene que ver con temas sexuales porque antes de ir a su departamento quedamos claros en no propasarnos, él no es un hombre de ese estilo, y ambos tenemos edad suficiente para tomar decisiones conscientes de si queremos o no, no somos niños chiquitos. Con él, para mi ese tema no era tan fácil, abrir puertas implicaba mayores sentimientos por lo cual las cosas debían ir despacio.
Cuando debo ser observadora lo soy, por lo general en mi trabajo, pero en mi vida normal, no lo soy y lo único que detalle de su departamento o del primer piso, fue la ruma de libros, mis instintos inmediatos eran irme a ese lugar desordenar la pila, escoger los libros que me llamaran la atención y armar de nuevo las pilas dejando mi pila aparte y en mis sueños que se sentará a mi lado y leyéramos juntos y comeríamos pizza en el suelo sentados, la cosa se complica porque agarrar un libro con las manos llenas de pizza no están realista, pero los sueños, sueños son... Sin embargo, no iba hacer esto, porque le gustan los libros, y si lo hago es más como que lo estoy haciendo porque a él le gustan y no porque es algo que yo haría... Mi cabeza da muchas vueltas.
Entre el nerviosismo quizá de parte de los dos, transcurrió nuestra cita, hablamos compartimos 3 horas juntos, hasta que sentí que él quería que me fuera, para lo cual pedí un taxi que me recogiera. Me hubiese gustado que me lo dijera, porque ese tipo de cosas no las entiendo. No sé si el no entendió que nunca lo juzgue y que finalmente con todos sus impasses y sus enredos internos, me seguía llamando la atención, físicamente era de mi tamaño, moreno, quizá porque me gustaba previamente me parece que es lindo, creo que no soy la opinión más honesta porque me manejo desde el hecho previo de que me llamaba la atención.
La cita en general estuvo bien, no fue la más espectacular pero no estuvo mala, lo conocí un poco, pero lo que más me dolió de nuestra cita, fue el hecho de que no fuera caballeroso, es decir, no me abriera la puerta del taxi al irme, no esperara que el taxi arrancara para darse la vuelta y regresar a su edificio, no me escribiera para ver cómo había llegado, y finalmente no me escribiera más.
Sr. Terremotito decidió que no yo no le gustaba, y no me escribió más y me dejo un sincero dolor de corazón, porque siempre los que me gustan huyen de mí, aunque yo jamás les demuestro que me gustan, ¿será por eso? Porque nunca se los demuestro, aunque dicen que eso se sabe...