…
—¿Su?.
Abrí los ojos de ipso facto al darme cuenta de que el elevador ya se había detenido y nos había dejado justo en la azotea de aquel edifico.
Ethan me miraba confundido, pero divertido. Podía asegurar que no era la primera vez que trataba de traerme a tierra, pero la concentración y yo no estábamos en la misma página luego de aquello.
La noche había terminado con al menos tres sesiones de sexo más, con tres diferentes posiciones y una pelea al final, sobre Christian y yo luchando porque él quería quedarse a dormir en mi cama y yo lo había enviado a la suya.
Cuando le aclaré que, lo que sea que había pasado ahí, era una despedida y que no quería que se me volviera a acercar, se fue entre pucheros a su habitación.
En verdad era bipolar.
Ethan chasqueó sus dedos frente a
