CAPÍTULO 11

1498 Words
Elegir las mesas al momento de sentarse fue lo peor, habíamos elegido a vagas penas los arreglos para la boda de Chris, y aunque aún me costaba creer que esto estaba pasando, debía poner todo de mí para que al menos este día para ella fuera el mejor, fuera o no a casarse por amor. Pero quizá debía rebobinar un poco este loco día. 03:00 AM En un inicio Cindy sugirió que le prestaría todo el arreglo de su boda a Chris para no gastar en tiempo que no teníamos o en materiales, pero eso no, aunque me ataran de pies y manos, no iba a permitirlo. Podía parecer ignorante en ocasiones, por no decir estúpida, pero podía distinguir una sonrisa sincera de una hipócrita y mal intencionada, y la de ella lo era. Lo difícil era que Chris lo notara, pues era demasiado ingenua para verlo. —No es necesario que te molestes tanto, Su, haré lo que Cindy dijo… —¡Claro que no! —Ajusté el corsé sólo un poco a su cintura, por precaución por su embarazo, mientras ella me miraba con incertidumbre a través del espejo. —Es tu boda, tu día, tu fecha, tu hombre y este será tu vestido y tu fiesta con tus propios arreglos, tuyos, tuyos, ¡tuyos! —aclaré decidida. Chris volvió a negarse. —¿Te desvelarás solo por no aceptar la ayuda de Cindy?. —No, Chris, me desvelaré porque quiero hacerlo, porque quiero que tengas lo mejor, así me toque hacer magia. —la tomé de los hombros y la hice girar, fijando mis ojos en los suyos para dejarle algo en claro —. No eres la secundona de Cindy y no dejaré que sienta que todo lo que deja tú debes reciclarlo. —¿lo dices por Aaron, cierto?. —Lo digo por todo, no sólo por Aaron, el cual por cierto no te merece, pero ahora estás aquí y… Creo que ese chico es el 1 de entre diez que buscabas, no se ve que sea gay y menos que tenga pareja, así que ve y cogetelo… —¡SUSAN! —¿Qué? —me encogí de hombros, ajustando el escote del corsé —. Tienes que decirme todo, que tal lo hace, como lo hace y que tan grande lo tiene… —¡No! —al menos debes darme una puntuación de como lo hace. Se ruborizó y bajó su inocente mirada —. No creo que lo hagamos… pero creo que eso sí te lo puedo decir. Solté una risita y le seguí probando los vestidos blancos, debía hacer uno que pudiera ajustar, usar mis dones en la costura e idear el diseño perfecto para su gran día. —Quizá los manteles serán lo único que sí aceptaré. —Creo que le dieron unos nuevos a Cindy como regalo de bodas. Miré con incredulidad a la chica. De verdad que la gente ya no encontraba nada que regalar. Podía hacerlo, estaba segura que sí, pero… Nah, quizá sólo debía improvisar. 4:30 AM. Bajé en silencio (si es que se le podía llamar así, porque los gemidos de Cindy y Aaron resonaban por toda la cabaña) hasta la cocina, en donde los chicos habían guardado los regalos de Cindy y Aaron, en busca de los manteles que algún alma desinteresada había obsequiado. Necesitaba hacerle un revuelo al vestido y quedaría perfecto. Sin embargo, cuando me agaché sobre la pequeña mesa a revisar, una mano se posó en mis hombros y me hizo girar de golpe, propiciando un puñetazo en la entrepierna de… —¿Christian?. Oh… No era grave. —¡Mierda, Darcy! ¡¿Me quieres dejar sin hijos o qué?! Rodé los ojos y me crucé de brazos. —Tomate una ibuprofeno y deja de llorar. Me miró con una frialdad aterradora y siguió retorciéndose sobre la pared. Por un segundo me preocupé, pero luego recordé que tenía una misión que llevar a cabo y lo ignoré. —Lo digo en serio. —¿Qué? ¿De verdad te ves con hijos en un futuro?. Fue su turno de rodar los ojos. —¿Crees que quisiera tener hijos en lo mejor de mi vida?. Solté una risa seca, abriendo uno por uno los regalos. —¡Oh, claro! En donde puedes estar con todas las mujeres del mundo siendo un completo idiota. —Al menos no soy tan obvio. Me giré sobre los talones y lo miré con una ceja arqueada. —¿disculpa? —¿Te divertiste en la playa? ¡Ja! ¿Y ahora este? ¡De hecho me divertí mucho! —¿me estabas espiando?. —Iba pasando… —¿Y me viste con Ethan? —cosa desafortunada, pobre imbécil… —Y sonaste el claxon a propósito. —¿Y si fue así, qué?. Cuando sentí, entre nuestra guerra de palabras y miradas retadoras, nos habíamos acercado tanto, que ahora él me sostenía con fuerza de la cintura, sus ojos se habían oscurecido y su mentón estaba tenso. —No soy de tu propiedad, White, puedo estar con él sí quiero. De inmediato su sonrisa malévola apareció en su bello rostro, me apretó más a su cuerpo y me robó un jadeo al topar su virilidad a mi entrepierna por sobre la ropa. De acuerdo, quizá si era ligeramente suya, sólo por el hecho de no poder pensar en nada ni en nadie cuando estaba con él, y últimamente, aunque no estuviera cerca de él, lo pensaba. ¿Qué me estaba pasando? Sentí su corazón acelerarse sobre mi pecho, su respiración se volvió tan inestable como la mía y en sus ojos podía leer el mismo deseo que desbordaban los míos. Así que no espere más y lo besé, alimentando el libido entre nosotros. Me tomó de la cintura y me pegó a la pared, besó mi cuello y metió una de sus manos deba de mi vestido, no obstante unos pasos cerca de la cocina nos hicieron separarnos y tomar cordura. Me estaba quemando por dos personas, pero uno, aunque no me pareciera justo, ya tenía mi corazón. 4:15 AM La parte de las invitaciones estaba resuelta, pues ninguno de los invitados de la boda de Cindy se habia marchado a la ciudad todavía, la decoración había sido terminada por las hermanas de Chris hace una hora y había quedado perfecto, las barillas de Bambú habían sido colocados en la profundidad de la arena y sobre ellos, unas delicadas telas blancas servían de velos para el precioso altar improvisado, en donde resplandecían unos hermosos farolillos, los cuales serían testigos de ese momento en el que el "Sí" fuera dicho y una nueva aventura diera inicio en la vida más de la segunda persona más importante de mi vida. Todo debía quedar más que listo, perfecto. Mucho para la Susan que lo creía en el amor, pero mi Christin interna me manejaba justo ahora. —Su, deberías dormir un poquito… —No, Sshh, duérmete tú, tú eres la novia. —No puedo… —Chris suspiró, se detuvo un momento y apretando su almohada giró de lado en la cama, mientras yo añadía el revuelo que había hecho con los manteles blancos a la falda de su vestido —. Sabes que hace un rato bajé a la cocina porque no podía dormir… Abrí los ojos asustada, pinchando mi dedo en el paso. ¡Ouch! ¿Y si nos había visto? ¿Y si se dio cuenta cuando salí gateando de la cocina mientras ella hablaba con Christian?. En escenario fue algo nostálgico. Fue algo así como: > > >§ Y mientras Christian distraía a Chris, yo escapaba a gatas de la cocina, conteniendo el aire. Mi excusa para Chris cuando me preguntó en donde estaba fue "El baño" la vieja confiable que nunca fallaba. —Christian me dijo que David es su mejor amigo y que es una buena persona… —¿ah, sí? —no mencionó en tema —¿Y qué piensas de eso?. —Creo que tiene razón, he hablado poco con él, pero extrañamente me genera confianza y… Se quedó en silencio. Corté el hilo con los dientes y colgué el vestido ya listo en el closset. —¿Y? —mis ojos se abrieron de par en par —¿Te gusta?. —¡No…! Apenas lo conozco pero, no sé, siento que lo conozco y me genera confianza, sus ojos son lindos, su sonrisa es tierna y… —Te gusta. — Más que preguntar, afirmé. Christin abrió sus ojos alarmada, se quedó sin aire, sus manos temblaron y sus mejillas se tornaron rojas. No necesitaba más para saber que no estaba tan equivocada. —¿Sabes qué? ¡Contigo no se puede hablar, Susan Kingsley Darcy! Mejor me voy a dormir. Solté una risita viéndola con obviedad y me acosté en mi cama. Pocas horas faltaban para que muchas cosas cambiaran. Y eso también me incluía a mí.
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