Estoy en una nube.
Con un solo beso ya estoy extasiada, deseosa de más, ahora entiendo mucho mejor a Ava cuando decía que era incapaz de no tocar a su mate.
Me doy una vuelta por la habitación para deshacer las maletas y pensar en otra cosa pero la sonrisa no me abandona ni un solo momento, ya tengo ganas de comenzar a formar esa familia que tanto he visto.
Tengo que escoger bien que ponerme si quiero agradar a mis suegros, la clave reside en los primeros cinco segundo para causar una buena impresión.
El teléfono de la mesita de noche suena y me apresuró a responder.
- ¿Diga?
- Buenas tardes Señorita Dagger - Enseguida reconocí la voz de mi nuevo amigo J.J.
-Ingrid - respondí cortando su frase. - Ya hemos tenido esta conversación, no me hagas enfadar por una tontería como esa.
- Lo siento Señorita pero me resulta completamente imposible.
- Al menos inténtelo. - Supliqué.
- Esta bien... Ingrid - titubeo - No, lo siento pero no puedo. - Resoplé pero entendía que fuera algo difícil si a todo el mundo le trataba igual. - Solo la llamaba para informarle que la reina desea verla en la sala del ala norte en una hora.
- De acuerdo, una pregunta J.J. - ahora el que resoplaba era él con la abreviación que había puesto a su nombre - ¿Cómo llegó?
- Le explicaré, cuando salga de la habitación vaya hacia la derecha hasta llegar a las escaleras, las baja hasta llegar a la planta baja donde verá un recibidor como el de la entrada principal. Después tome el pasillo de la izquierda, a continuación serán dos a la izquierda, una a la derecha y al llegar al final de ese pasillo gire a la derecha de nuevo.
- De acuerdo - dije asintiendo como si pudiera verme y haciendo un mapa en mi cabeza. - allí estaré.
-Le pido sea puntual Señorita, a su majestad no le gusta que le hagan esperar.
-Por supuesto.- Me apresuré a responder.
Colgué el teléfono y cogí el neceser y lo necesario para darme una ducha rápida, me duche en menos de diez minutos, me cepille los dientes mientras me secaba usando mi fuego interior para dar calor a mis manos y así tardar menos, me puse crema corporal, perfume y arreglé mi cabello ya completamente seco, era bueno no tener que usas planchas de pelo, pues con solo dos dedos podía moldear mi cabello a conveniencia.
Ventajas de poder usar el fuego a mi antojo.
Decidí ponerme un vestido algo más recatado de los que solía ponerme para molestar a mi padre, aún así enseñaba más escote de lo deseado, así que me puse una chaqueta por encima.
Me senté en el tocador, me maquillé y escogí con mucho mimo los pendientes y el collar, al igual que los anillos que llevaría. Me miré en el espejo cuando ya estuve lista y miré la hora del móvil para saber como iba de tiempo, tendría que ir de compras para encontrar algo más acorde a este lugar, ya tenía una escusa para usar la tarjeta de mi padre.
Salí de la habitación y seguí las indicaciones que J.J. me dio gracias a Margo, porque sin ella ya me habría perdido.
Al llegar al lugar unos hombres abrieron las puertas que daban paso a la salita y aunque les salude de la manera más cortes posible solo me di contra un muro de silencio, como si no existiera.
Una mujer de unos cincuenta años, de ojos completamente violáceos y cabello... bien sabéis que me gustaría describirlo pero solo diré que aunque parezca rubia es más canosa que otra cosa y de verdad, allí había anidado una bandada de pájaros. Agitaba un abanico de manera violenta como queriendo aliviar un calor sofocante.
Estaba sentada en el medio de un sofá con bordes caoba y estampado de flores con un vestido demasiado grande de color verdes, que parecía llevar varias capas de tela e incluso me preguntaba porque llevaba una especie de cojín en la espalda.
-Buenas tardes - Dije acercándome a ella y tapando el escote de mi vestido con la chaquetilla que llevaba.
Me tendió la mano enseñando sus nudillos enfundados en guantes y con un anillo en su dedo anular a juego con su vestido y contrastando con sus guantes para que sobresaltara, yo la agarré con la mía girándola y moviéndola de arriba abajo para saludarla.
"Algo me dice que eso no es lo que esperaba."
"A mi me gustaría que fuera con dos besos pero parece que a ella no le va mucho eso."
"Pongamos nuestra mejor cara"
- Siéntese querida. - Su voz era dura, con cierto mando pero una pizca de dulzura, incluso me recordó a mi nuevo amigo J.J.
Miré un lugar cercano y al ver una butaca me senté en ella, espalda recta, hombros atrás y barbilla ligeramente levantada para poder mirarla mejor.
- Quiero que sepa que estoy súper contenta de estar aquí, es decir, es un sueño echo realidad. Creo que nos vamos a llevar muy bien. - Dije rompiendo el silencio.
- Seré directa e iré al grano -Respondió cerrando su abanico. - Espero que tu estancia aquí sea corta.
La sangre se me heló.
Puede que tenga total control sobre el fuego pero esas palabra me dejaron clavada en mi lugar.
"¿Que es lo que ha dicho la pirada esta?"
" Ingrid, tranquila que es tu suegra."
"Cualquiera lo diría, ahora solo tengo ganas de arrancarle la peluca y ver como de calva está."
Respiré hondo manteniendo la compostura y mordiendo la carne interna de mi mejilla para no decir nada que llevara este encuentro cuesta abajo, si algo había aprendido de mi madre era autocontrol y en estos momentos no podía perder la compostura.
- Bueno, solo deme un par de días y me ganaré su corazón, ya lo verá. - Dije optimista, ocultando mi frustración. Desde luego esto era algo que no vi venir, fui directa al final pero ahora tendría que centrarme más para ver que clase de esposa quiere que sea.
- La daré seis meses para demostrar que es capaz de permanecer al lado de mi hijo, para ello, he contratado los servicios de una institutriz, la conocerá mañana y la enseñará todo lo que necesita saber sobre este lugar y como debe comportarse. - Su cara no reflejaba nada y sus ojos seguían inspeccionando mi ropa y rostro como si yo no estuviera allí. No la agradaba y no lo ocultaba. - Este reino es muy grande y es la primera vez que una loba viene para convertirse en princesa consorte. Si eso llega a ocurrir, claro está.
Cuando vi nuestro futuro juntos nos vi contentos, viviendo aquí con un par de niños correteando a nuestro alrededor, no vi a mis suegros pero tampoco pensé que fuera para tanto, me ganaré a esta mujer a como de lugar pero eso de una institutriz no suena muy bien.
"Ingrid, respira, la temperatura esta subiendo, no te puedes descontrolar."
"¿Es que acaso se piensa que mis padres no me educaron?"
"Bueno, seguro no quiso decir eso, pero nos encargaremos mañana, hoy tenemos otro asunto entre manos."
- No creo que eso sea necesario y a demás... - Dije sin poder morderme la lengua.- Tanto si le gusta como sino, permaneceré aquí junto a Roger hasta el fin de mis días, porque él es mi pareja y no necesito su aprobación para eso.
"Y aquí vamos, ganando enemigos nada más llegar"
"Lo siento, no soporto estas cosas"
Me levanté de mi asiento dejándola allí, abanico en mano moviendo el aire a gran velocidad y dejando que viera como movía las caderas al salir. Volví a mi cuarto y solté todo el aire de mis pulmones de golpe, ¿Cómo se torció todo esto?, ¿Acaso acababa de desafiar a mi futura suegra?
- Espero no haberme equivocado.
" Sabes que me gustaría decir que no, pero siendo la más racional de las dos me temo que si querías causar buena intención no ha sido un encuentro fructífero."
- Gracias por tu gran apoyo incondicional.
"De nada"
- Margo, sarcasmo - Aclaré dejándome caer sobre la cama después de abrir las ventanas para bajar mi temperatura. - Aún nos queda una última baza, le daré el regalo durante la cena.
"Si mi instinto no me falla, algo me dice que esta cena no va a ir muy bien."
- ¿Quieres que le echemos un vistazo? - pregunté incorporándome sonriente.
"Le prometiste a Roger no mirar, no hay garantías de que no puedas ver ciertas cosas."
-Aguafiestas - respondí dejándome caer de nuevo con el ceño fruncido.
"¿Sarcasmo?"
- Realidad.
Adoro a Margo pero a veces me desespera su forma de ser, siempre tan correcta, tan formal, tan comedida... echo en falta a mis amigas pero eso será por poco tiempo porque en cuanto anuncie mi compromiso con Roger vendrán todas para hacerme una fiesta lo que me lleva a que tengo que ir a ver a Kayla para que mi padre no llame como un desquiciado a saber todo lo que ocurre aquí.
Nos centraremos en ir paso a paso, pero me ganaré el corazón de mi suegra a como de lugar, de eso estoy segura.