Estoy agotada. Esa mujer es peor que un dolor de muelas. Igual de amargada y estirada que la que salía en los dibujos que veía de pequeña. Tenía pensado llamar a mis amigas para contarles todo lo ocurrido la noche anterior y que ahora estaba prometida, pero no tenía fuerzas ni para levantar el brazo y marcar, pero como si supieran que algo anda mal recibo la llamada de Ava. - Hola garrita, ¿Qué ocurre que no nos has llamado? - Muchas cosas - Digo agotada recibiendo como respuesta su risa. - Ya te decía yo que no podrías estar separada de él. - Bueno, - digo girándome para poner el manos libres y no sujetar el móvil. - Ese no es el problema, desperté sola en el cuarto y aún sigo sin verle. -¿Me lo estas diciendo en serio? - Pregunta algo extrañada. -Si, pero me lo he pasado genial

