CAP 4 - Proposición

2909 Words
Este capítulo tiene partes para +18, no me hago responsable, la escena comenzara con este símbolo ⚠?⚠ y termina con el mismo, también pueden saltar hasta el final del símbolo. ********** - Ingrid - mi nombre era un deleite escuchado de sus labios, - Lo he estado pensado y no quiero obligarte a nada que no quieras, si quieres ir a descansar no hay problema, se que ha sido un día largo. - dijo de camino a mi habitación. Me detuve a medio camino y le agarré de la mano al ver que estaba agotado mentalmente, no podía leer su mente porque es algo íntimo que nunca he querido hacer pero lo sucedido durante la cena le ha afectado. - Roger, lo que he dicho en la mesa era de verdad, hoy voy a dormir contigo aunque no ocurra nada. - aparte la mirada sintiendo mis mejillas calientes por la vergüenza que me daba hablar de algo como el sexo con él. - Ven te llevaré a dormir. - tiro un poco de mi al ver mi vergüenza pero como no me movía se giró. - ¿Qué ocurre? - Nada, solo que... preferiría compartir cuarto. -Yo pensé que estarías más cómoda con un cuarto propio, no quería agobiarte nada más llegar. - Es comprensible, pero mejor tengamos esta conversación en otro lugar - dije bajando la voz hasta dejar de emitir ningún sonido al sentir que alguien nos espiaba. - Entiendo. - se acercó mirando por encima de mi hombro buscando los oídos indiscretos. - Pero no me importa que escuchen lo mucho que te amo. En un segundo me encontraba entre sus brazos riendo sin parar, siendo cargada como una princesa hacia su cuarto, un lugar que pronto sería de ambos. -Mi príncipe. - suspiré. - Me gusta como suena, princesa. Pasamos de largo la puerta de mi habitación y subimos las escaleras al final del pasillo, el nuevo pasillo era más oscuro y corto que los demás, me dejó con delicadeza en el suelo y sujeto ambas manos para dejar un beso en los nudillos. Caminamos hasta la puerta y aspiré con fuerza ese olor a fruta de dragón que emanaba de él. Una vez la abrió su mano se deslizó por mi espalda para llevarme dentro de esta y dejarme sorprendida con la tenue iluminación y un paquete envuelto encima de la cama. Me giré sonriente y asintió como dándome permiso para ir a abrirlo. - Espero que te guste. Deslicé el lazo rosa que estaba encima y levanté la tapa para ver que escondía en su interior. Moví los papeles que lo ocultaban y saqué un hermoso huevo de faberge. Era magnífico, una obra de arte ante mis ojos, completamente recubierto de lo que a mi parecer eran diamantes por como brillaban y rodeaban piedras de color aguamarina claros, sostenerlo entre mis manos temblorosas me cortaba la respiración, ahora entendía más la clase de hombre que tenía a mi lado y la clase de detalles que recibiría de él. -¿ Se abre? - pregunté dándole vueltas con cuidado de no romperlo, dejando que las piedras preciosas brillarán bajo la tenue iluminación. - Deja que te enseñe. - lo cogió por detrás de mi, sintiendo su pecho completamente pegado a mi espalda, son sus manos sobre las mías guiando mis dedos para encontrar el lugar que lo abría. - Espero que te guste. El corazón me latía con fuerza y su aliento pegaba en mi mejilla, solo quería girarme y besarle tal y como sucedió horas antes. El huevo se abrió y me hizo meter los dedos para encontrar que se escondía en su interior, con cautela saqué algo redondo y pequeño que me consto coger por como temblaban mis dedos, al abrir la palma mis ojos se abrieron encontrando un precioso anillo. -Roger - murmuré intentando contener lo agitado que estaba mi corazón, era precioso, ahora entendía porque no quería que mirara, las sorpresas de mi cumpleaños no dejaban de venir y aunque el día había sido como una montaña rusa sin duda el mejor regalo era estar con él. - Señorita Ingrid Dagger, llevo tiempo pensando en esto y puede ser algo precipitado, pero aprovechando que aún quedan unos pocos minutos antes de que terminé tu cumpleaños te haré la pregunta. - Me giré sin soltar el huevo y el anillo, con la cara empapada en lágrimas, hinco una rodilla en el suelo y cogiendo el anillo me miró sujetando la mano - ¿Quieres casarte conmigo? No podía hablar, las emociones me abrumaban demasiado, Margo estaba que se subía por las paredes gritando sin parar en mi interior. -¡¡Si!! Claro que quiero. - Deslizó la pequeña joya por mi dedo anular tembloroso y se levantó para besarme acunando mi rostro y retirando las lágrimas que no dejaban de salir. - Soy la mujer más feliz del mundo. El reloj marcó las doce dando comienzo a un nuevo día, dejé el huevo de nuevo en la caja con cuidado, el cuento con el que siempre soñé se hacía realidad y di gracias porque fuera de esta manera y no de otra. Ya me dedicaré a solucionar lo de su falsa prometida mañana, porque esta claro que él solo me ama a mi y que me ha esperado como yo lo he echo con él. Deje la caja en una cómoda cercana y me paseé por la habitación bajo su atenta mirada, tocando todas y cada una de las cosas que se encontraban en mi camino, solo para poder calmar mi corazón y trazando un plan en mi cabeza para dar comienzo a la mejor noche de mi vida, no estaba dispuesta a solo dormir acurrucados después de tal propuesta.  Me paré frente al espejo de pie que tenía en la habitación y pase mis manos hacia atrás, primero para apartar el pelo y después para comenzar a bajar la cremallera de mi vestido. Vi como tensaba la mandíbula y como los músculos de sus brazos se expandían controlando a su vampiro interior. Deslicé los tirantes de mis hombros sacando los brazos y dejando que este cayera al suelo y viera mi cuerpo semi desnudo solamente cubierto por el conjunto de encaje blanco de ropa interior que llevaba. Se acercó con pasos pesados desabrochando los botones de su camisa para tirarla al suelo con prisa. Se colocó detrás de mi conectando su mirada con destellos violáceos con la mía igualmente intensa. Sus manos se posaron en mis hombros y sentí un hormigueo recorrer mi cuerpo, solté el aire de mis pulmones y comenzó a deslizar sus dedos por mis brazos hasta llegar a mis manos, las alzó despacio y las llevo a su cabeza haciendo que me agarra a su cabello mientras dejaba besos húmedos en mi cuello haciendo que cerrara los ojos y me dejara llevar por las sensaciones. - Abre los ojos - Pidió susurrando en mi oído. - Quiero que veas lo que provocas en mi. - Los abrí y sus manos se movieron por mis costados mandando un hormigueo que encendía mi fuego interior. Paro sus manos en mi vientre e inclinó mi pelvis hacia atrás, haciendo que notará el bulto de su pantalón. Gemí al rozar esa parte con mi trasero y aprovechó para moverse un poco haciendo el roce más intenso. Moví mis manos para girarme pero se apresuró a retenerlas de nuevo. - No te he dicho que te sueltes, confía en mí. - murmuró antes de coger el lóbulo de mi oreja con sus dientes.  ⚠?⚠  Sus manos volvieron a rozar mi piel caliente, sentía que en cualquier momento mi fuego interior me quemaría si no lo mantenía a raya, tocó mis pechos con sus finos dedos y masajeó mis pezones por encima del encaje hasta que estos se endurecieron. Jugo con mis pechos sin dejar de besar mi cuello, dejando una marca visible para todos que estaba segura llevaría con orgullo. Mi intimidad se humedecía con esos toques que él proporcionaba a mis pechos, separó su boca de mi cuello y apreté mis manos entre su cabello para que no parara, rio y vi su cara igual de enrojecida que la mía, sus labios estaban hinchados y acarició la marca que había dejado en mi cuello aumentando el hormigueo y la humedad en mi entrepierna. - Déjame ver que tan lista estás para mi. - Mis ojos siguieron el recorrido de sus manos, una se quedó apoyada en mi vientre, empujándome más hacia su bulto y la otra acaricio mi intimidad por encima del encaje haciendo que gimiera por inercia - Estas realmente húmeda. Frotó con fuerza y rapidez y no pude evitar soltar mi agarré para sujetar su muñeca que se movía sin control haciendo que se formará un nudo en mi bajo vientre y apretara las piernas al sentirlas flaquear, en vez de parar abrió más mis piernas con una de las suyas. -Aaaahhhh - jadeé sin poder evitarlo. - Eso es, sigue así mi amor - apretó con fuerza su dedo pulgar en ese pequeño botón de placer sin dejar de mover sus caderas para que sintiera la erección. Abrió más mis piernas y entonces paro de mover su mano. Solo con eso ya me sentía extasiada y sin aire, tenía pequeñas gotas de sudor en la frente y cuando pensé que me recuperaría comenzó a golpear mi intimidad con su palma haciendo que me inclinara y gimiera al son de sus pequeños golpes. No dolía, era extraño, yo me sentía extraña porque cada palmada me hacía querer más y era una corriente que me recorría de pies a cabeza. Paro y se separó dejándome sola frente al espejo, con la vista nublada y los sentidos confundidos. Miré mi cuerpo un segundo recuperando el aliento y mis muslos estaban empapados de la cantidad de fluido que había producido. Me giré para enfrentarlo y vi como se chupaba todos y cada uno de sus dedos llenos de mis fluidos, lo hacía con calma, para que pudiera deleitarme con las vistas. se desabrochó el cinturón y vi como seguía soltando el botón de su pantalón para poder quitárselos y quedar en bóxer. - Vamos princesa, desnúdate - ordenó con delicadeza, no quería hacerlo porque me daba vergüenza pero no podía echarme atrás después de lo sucedido frente al espejo, superar mi virginidad sería un gran paso en nuestra relación. Solté el brasier y dejé que este cayera hasta el suelo, después hice lo mismo con la parte baja, tendió su mano hacia mi sin dejar de mirarme a los ojos, notando el nerviosismo en mi mirada. - Seré delicado y gentil, confía en mi. Me dejé abrazar por él y me di cuenta que él aún llevaba el bóxer puesto, podía ver la longitud de su m*****o oculta entre la ropa y trague duro sin saber como podría entrar eso en mi. Me llevo a la cama y me recostó, me moví un poco para darle espacio pero aún así se tumbo encima. Primero para fundimos en un beso eterno y después para abrir mis piernas con las suyas. Ahora ya tenía completa libertad para tocarle y aproveche la oportunidad para recorrer sus musculosos brazos y pecho. - Dime princesa- murmuró dejando un camino de besos hasta mi pecho. - ¿Te gusta lo que sientes? - Si - jadeé al sentir su lengua sobre uno de mis pezones. - Estas caliente. Y si que lo estaba, era tanto lo que estaba sintiendo que era casi imposible controlar el fuego. - Lo siento - me disculpe enterrando mi mano en su cabello cuando atrapó ese pezón ya sensible con sus dientes y mi espalda se arqueaba en su dirección. - No te disculpes,- dijo pasando su lengua por el pezón - haré que te quemes esta noche. Abrió más mis piernas y sentí su m*****o entre estas, se restregaba como una serpiente invitándome al pecado y mis caderas quisieron seguir su ritmo con toda la inexperiencia que tenía. - Roger. - Lo sé cariño, estas casi al límite pero la noche es larga. - Se separó por completo y se levantó para quitar el bóxer empapado sin dejar de mirar mi cuerpo desnudo. - No sabes lo mucho que te deseo. - Quizás tanto como yo - me atreví a decir apartando la mirada. De nuevo la vergüenza quiso apoderarse de mi e instintivamente agarraré un cojín cercano para taparme. -No lo hagas - Me detuve a medio camino. - Verte así es contemplar la mayor obra de arte del mundo. Mis mejillas enrojecieron y sentía que el colchón ardía cuando este cedió a su peso, se arrastró como un animal a mi encuentro, mi boca busco la suya pero no llegaron a juntarse, su mano fue más rápida y de nuevo masajeaba mi entrada, mi boca formo una o perfecta sin dejar de gemir. Pasó su longitud por mi intimidad caliente y humedecida y su mandíbula se tenso, volviendo su cara más colorada. Se colocó en mi entrada y empujó despacio, sentía como me resistía y como atravesaba esa barrera. - Relájate- gimió parando de moverse con algunas gotas de sudor por su frente. - Prometo ser suave. - Se inclinó un poco sin mover sus caderas para juntar nuestros labios de nuevo y así relajarme. En el vaivén de nuestros labios empujó un poco más, arqueé la espalda separando su boca de la mía y colocó ambas manos a mis lados para salir despacio de mi interior mientras yo me aferraba a su espalda. Dolía pero no al punto de hacerme llorar, mis manos subieron por la espalda a sus hombros clavando las uñas al sentirlo entrar de nuevo, llegando más profundo, jadeando con cada movimiento que hacía para entrar más profundo. - Lo estás haciendo bien amor. Solo su voz me distraía de la incomodidad, de un momento a otro comenzó un movimiento más seguido. Clave más mis uñas en su cuerpo dejando que todo tipo de ruidos salieran de mi boca. El dolor fue dejando paso al placer y me deje llevar completamente por aquel hombre al que le estaba entregando mi vida entera. - Más - pedí entre gemidos, su sonrisa torcida expresaba lo bien que había escuchado mi orden y aumento el ritmo de las embestidas levantándose un poco y sujetando mis caderas con fuerza. Nos hizo girar y en el movimiento volvió a atrapar mi boca con la suya, abrazo mi cuerpo por la zona baja de la espalda y empujó su m*****o con fuerza golpeando contra mi interior. - ¿Esto es lo que quieres? - murmuró en mi oído después de dejar un leve mordisco. - Ahhh, ahhh - esa era la única letra que conocía en ese momento, no era capaz de gesticular palabra alguna. Las embestidas eran tan fuertes y profundas que no solo sentía como me golpeaba y crecía en mi interior, sino que el nudo que se formaba en mi bajo vientre anunciaba su explosión inminente, tal y como haría mi fuego interior si no terminaba pronto. Nos hizo girar de nuevo y llevó mis piernas a sus hombros, ahora le sentía mucho más y yo solo podía agarrar las sabanas bajo mis puños. - Yo... Roger Wyle... - Comenzó a decir - príncipe de los vampiros... te acepto... a ti... - el movimiento se profundizó entre gemidos, su cara estaba roja y llena de gotitas de sudor - Ingrid Dagger … como mi tua cantante... y princesa consorte. Junto sus labios de nuevo con los míos al soltar mis piernas y se separó para agarrar mis caderas con fuerza y vaciar su semilla en mi interior con el mejor orgasmo que jamás podría haber imaginado y dejando que algunas llamas salieran de mis dedos que se agarraban con fuerza a las sábanas. Tocaba ese botón de placer que hacía que mi cuerpo temblara con su toque mientras entraba y salía poco a poco mezclando aún más nuestros fluidos.   ⚠?⚠  Cuando salió por completo de mi me cargo fuera de la cama y me acercó a la ventana mientras corría a apagar el fuego que se había iniciado en la cama. Me sentía realmente avergonzada y me tapé con las manos como pude. Una vez quedó apagado volvió a donde estaba y me cubrió con una sábana. -¿Estas bien? - Preguntó envolviéndome con sus brazos. -Lo siento.- Sollocé sin comprender como no fui capaz de controlarlo. - Es la primera vez que me ocurre. -Tranquila, no pasa nada. Pero tengo una teoría del porque ha podido ser. - Me gustaría saberla. -Tu primera vez. - Murmuró en mi oído sonriente. - Pero no te preocupes, ha sido hasta emocionante ver cuanto podías quemar. Sonreí por inercia y volvimos a la cama para comprobar los daños, no fue mucho, pero mi silueta quedo marcada en la colcha con un pequeño rastro de quemadura donde estaban mis manos. -Te amo princesa. - Declaró quitando la sabana que me cubría y abriendo la cama para que me recostara. -Te amo - Respondí acurrucándome en su pecho mirando el anillo que ahora estaba en mi dedo anular. -Descansa. - Su mano se paseaba por mi espalda, calmando mi respiración y dejándome llevar por el sueño que no cesaba hasta que me dormí completamente en los brazos del hombre que me iba a hacer la mujer más feliz del mundo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD