Capítulo 2 "La Escuela"

4828 Words
A las 4 de la mañana sonó el despertador de Chopo. El joven estaba acostado en su cama con la luz encendida, la alarma lo despertó, se levantó y la apagó, sin más demora se puso unos pans, cambio su playera, se colocó sus tenis y se abrigó con una sudadera. Salió de su cuarto y bajó directo a la cocina, tomó un vaso de agua y salió al patio de la casa, aún estaba oscuro. Dio unos estiramientos junto con unos saltos, intentaba no excederse, pues a pesar de no tener vecinos, no sabía quién pudiese estar viendo, por lo que solo daba brincos de metro y medio, cuando terminó, tronó los dedos de sus manos y el cuello. Empezó a correr en dirección contraria al barranco, mantenía un trote seguro y una respiración constante, dando inicio a su rutina como era usual. Esa era la rutina cotidiana de Carlos, corría desde su casa hasta la deportiva 18 de marzo y de regreso, sin falta, sin fallar desde el día que llegó a esa casa, no importaba el día o el clima. Dos horas de trotar sin parar, 16 kilómetros de recorrido, solo para llegar a su casa y agasajarse con un largo trago de agua, de la llave que estaba en el patio. Después de eso, terminaría lavando su rostro y secándolo con una toalla que Karen pone todas las mañanas. Pasadas las 2 horas de entrenamiento Carlos llegó al patio, bebió, lavó su rostro y por más que busco a sus alrededores no encontró la toalla, por un momento pensó que esta pudo haber caído, al no encontrarla, limpió su rostro con su sudadera y entró a la casa. Las luces estaban apagadas no había movimiento alguno, eso era raro, Karen siempre a esa hora estaba despierta preparando el desayuno, preocupado, subió hasta la habitación de su hermana y tocó la puerta de forma suave. —Karen— pronunció con suma delicadeza, no quería molestarla por su agudo oído —¿está todo bien? — —Sí— se escuchó —¿te vas a ir a correr? — preguntó Karen —¿Qué? No, son las 6:05 ya es casi hora de ir a la escuela— explicó el joven con intenciones de abrir la puerta. Desde dentro, se oyó un gran estruendo junto con unos pasos acelerados, la puerta se abrió de repente y Karen chocó con su hermano. —Oye, tranquila— Carlos la sostuvo, casi cargándola frente a él —puedo entender que estés cansada, fue una larga noche, aunque, para serte sincero, no sabía que podías cansarte— Karen tenía un antifaz n***o puesto, vestía un pantalón y una playera, ambos de color n***o —¿no te has cambiado? — cuestionó Chopo —¿Qué? — la chica estaba por completo desorientada —cierto, lo olvidé— dio un gran bostezo —voy a preparar tu desayuno— se tambaleo para ponerse de pie por cuenta propia. —Quieta ahí, no es necesario que vayas a la escuela, ni que prepares el desayuno— sugirió Chopo —tu descansa— Al principio ella se negó, solo que después cedió cuando casi se caía por quedarse dormida, ella regreso a la cama, a rastras entró a las cobijas, Chopo le quitó el antifaz y salió de la habitación sin hacer nada de ruido, una vez fuera, fue a su habitación donde tomó una ducha rápida sin importar que el agua estuviese fría, al terminar, se vistió con el uniforme de su escuela, pantalón gris, camisa blanca, corbata negra y suéter verde oscuro. Terminó justo a las 6 con 30 minutos y se apresuró, ya era tarde, salió de la casa cargado de su mochila portafolio en su costado derecho, corrió cuesta abajo hasta llegar a la entrada de la calle, era veloz, lo suficiente para no llamar la atención, cruzó la calle, siguió corriendo sin parar, girando por angostas calles que, por la verticalidad del terreno, tenían escalones para facilitar su recorrido, se detuvo justo en una barda de concreto, de 3 metros de altura y de gran longitud. Puso su espalda contra la pared y miro a ambos lados para estar seguro que todo estaba despejado, sin perder más tiempo dio un gran salto tan alto que alcanzó pasar la barda sin problemas, dio un mortal hacia atrás y sin dificultades logró aterrizar en el terreno. El terrenal estaba por completo solo, lleno de vegetación, Chopo había entrado al cerro Zacatenco, un “atajo” que el muchacho tomaba junto con su hermana cuando era tarde para llegar a la escuela, la suma cantidad de árboles ayudaba a que no fuesen vistos mientras usaban sus habilidades sin restricciones. El joven continuó, esta vez corrió aún más rápido que antes, incluso subió por las ramas de los arboles saltando sin vacilación, el movimiento de los arboles hacia que varias aves trinaran desesperados, se sentían acechados, la marcha del joven era tal que en solo 1 minuto había cruzado el cerro por completo. Esta vez sin cerca, salió hacia la carretera caminando, sacudiendo un poco su uniforme, este solo tenía unas cuantas hojas de pirul por el hombro. Sacó su celular y miro la hora eran 20 minutos para las 7, levantó la mano para pedir la parada de una combi. Subió al transporte sin problema alguno, dentro, había 4 jóvenes que también tenían un uniforme similar al de Chopo “buenos días” Saludo el joven y fue respondido por todos incluso el chofer. En el trayecto otros jóvenes de mismo uniforme subían a la combi al igual que otros pasajeros, el trasporte se había llenado tanto que algunos iban de pie, mientras en su mente Chopo pensaba que corriendo hubiese llegado a la escuela hace 10 minutos y más cómodo. —Haber pasen sus pasajes esos del Colegio Darwiniano — gritó el chofer, una señal de que estaban cerca, Chopo paso su pasaje, con dificultad, pues el dinero estaba en su mochila y gracias a la multitud le era difícil abrirla. La combi se detuvo y los jóvenes del Colegio bajaron igual Chopo, el lugar era una zona exclusiva de descenso, estaba lleno de más estudiantes. Algunos otros transportes como autobuses, otras combis, autos particulares y motos dejaban a los estudiantes o a otras personas, familiares del alumnado y profesores. Sin problema alguno Chopo se abrió paso hasta la entrada del colegio, la reja estaba abierta, por encima de esta estaba escrito en una gran lámina, de color azul marino, el nombre de la escuela junto con una frase. “Colegio Darwiniano” “It is always advisable to perceive clearly our ignorance” Primaria, Secundaria y Preparatoria Caminó en dirección hacia su salón, en el trayecto una chica empezó a caminar a la par del joven, era una señorita de 15 años de delgada complexión, ojos marrones, con una larga cabellera oscura recogida con una diadema, vestía el mismo uniforme solo que para mujeres con falda en vez de pantalón, sin embargo, no llevaba consigo mochila, ni morral, ni portafolio. Era habito para la chica ir a alcanzar a Chopo cuando el joven demoraba en llegar. —Hola Carlos, ¿Por qué tan tarde? — preguntó la chica, mostró una sonrisa, enseñando sus dientes con frenillos —Mara, buenos días— saludó el chico —que te digo, se me fue el tiempo, vieras como salta y corre. —¿En serio? Sarcasmo, ¿no es muy temprano para eso? — cuestionó Mara —Perdí el transporte— mintió el joven para que su amiga no insistiera —y ¿Dónde está Karen? — preguntó, los mellizos siempre llegaban a la par. —se desveló por la convención, de echo nos desvelamos, la acompañé y no salimos hasta las 10 de la noche, agotados y apretujados, creerías que hay mucha gente fan de los comics y de la serie Minina Miau Miau— Chopo respondió sin titubear. —Oh si, hablando de eso ¿has visto las noticias? — Mara sacó su celular y se lo dio a Chopo para que mirara las noticias en una página web donde se mostraba un video. Antes de ver el video, Chopo y Mara entraron a un salón de clases, el muchacho se detuvo cerca del escritorio del profesor y empezó a ver el video. El video presentaba a una conductora detrás de un escritorio con una pantalla detrás de ella, en la que aparecía una foto de un edificio que Chopo reconoció al instante, el titulo decía “Super-mexicanos” —Al parecer— empezó a hablar la conductora —j***n, Inglaterra y estados unidos no serán los únicos con superhéroes, pues en México apareció una heroína con disfraz felino, aquí está el reportaje— una transición cambio del estudio a un video que, a pesar de verse un poco desenfocado y un tanto borroso, mostraba a Karen subiendo por el edificio y salvando a la perturbada s*****a. —El día de ayer 9 de mayo— hablaba una reportera sin mostrarse, repitiendo el video —se dio un caso inusual en la ciudad de México, un salvamento orquestado por lo que podría ser una súper heroína— el video del salvamento cambio para presentar a una mujer, una testigo. —Pues— habló la mujer con un micrófono cercano a su rostro —todos estábamos mirando a la chica que estaba subida en la grúa, y pues, se veía que iba a saltar, que iba a... “suicidarse” —susurró —cuando de la nada, salto esta chica gato. Saltó de la nada y empezó a escalar la pared del edificio— de nueva cuenta se presentó a otro testigo un joven de al menos 17 años con orejas de gato parecidas al disfraz de Minina Miau Miau —Esa chica estaba disfrazada de la serie Minina Miau Miau, como la protagonista “la Minina”— comentó —Entonces— habló la reportera —esta “Minina” se vistió como… —Si— interrumpió el joven —la heroína de la serie, pero no sería raro porque hubo una expo de esa serie, muchos nos disfrazamos así para poder entrar gratis— —Las intenciones aun no son claras— habló la reportera de nueva cuenta se mostraba el video del rescate —muchos aseguran que esto solo fue un truco publicitario de dicha serie— hubo una transición hacia un hombre bien vestido detrás de un escritorio. El elegante hombre era el presidente de Algodón estudios. —Se dice que Algodón estudios fue quien organizo este “salto” para promocionar su serie— conversó la reportera con el presidente. —Algodón Estudios no fue responsable de esta hazaña— comentó el hombre de forma seria. —La chica que aparece salvando a la otra joven esta vestida como su heroína ¿no le parece una coincidencia? — entrevistó la reportera —sí, bueno, como usted lo mencionó, es una mera coincidencia— arremetió el presidente del estudio —La cosa no termina ahí— de nuevo habló la reportera fuera de cuadro, mientras se mostraba un nuevo video, esta vez de una cámara de seguridad, a colores y matices grises y verdes, en ella se veía a dos hombres intentando abrir una cortina de acero de una tienda —durante la noche de ayer, se avistaron actos heroicos en la mayor parte de la ciudad de México. Entre esas heroicas acciones esta este video donde 2 hombres intentaron entrar a una casa de empeños, la cámara de seguridad captó el momento justo cuando una chica con cola y orejas felinas los detuvo— en el video se mostraba a Karen, quien usaba un antifaz, sujetando a uno de estos malhechores y arrojándolo lejos de la vista de la cámara, el otro tipo intentó golpear a Karen, ella esquivó los golpes sin problema, sin que el tipo lo esperara, Karen lo sujetó y lo lanzó en la misma dirección de su compañero —¿podría ser la misma persona?— cuestionó la reportera —¡CHICA GATO! — se escuchó que un chico del salón grito llamando la atención de Chopo quien levantó la mirada —¡KITTI WOMAN! — gritó el joven de nueva cuenta, la plática de los alumnos de ese salón era sobre ese mismo tema —Vaya desastre— comentó Chopo —Desastre con acento en ¡Sas! — platicó Mara asustando al joven quien no pensó que ella estaba cerca —Si— respondió mientras daba una risilla nerviosa, Chopo devolvió el celular y se fue a sentar a su pupitre, su lugar se encontraba en la última fila, pegada a la pared, en el cuarto pupitre, su compañera lo siguió se sentó a un lado de él. —Y ¿Qué opinas? — preguntó la chica —¿Sobre héroes en México? — el chico, de su mochila, extrajo una libreta y un libro —sí, bueno, sobre la “Minina” —Amarillismo— respondió el joven no mostraba emoción alguna —he visto montajes más reales en internet, es claro que es para promocionar la serie Minina miau miau— —También pensé que eso es un montaje, es raro, esto no se siente natural ¿me entiendes? — Chopo negó con la cabeza —verás, por un lado, no se encuentra a la s*****a, si fuese así, si fuese una mujer que está mal, tan mal como para saltar por que nadie la encontró en algún hospital, eso tal vez signifique que… —Murió— interrumpió Chopo de forma lúgubre, tenía la sensación de que la chica que salvó Karen en ese punto ya estaría muerta, más que una sensación, él lo sabía. La lúgubre criatura que vio detrás de la chica era un espíritu oscuro, siguen a los vivos para succionar su felicidad y su vida y no dejan en paz a su víctima hasta que los orillan al s******o. —No tontito, significa que es una actriz, o doble de riesgo contratada, la verdad es que, si es actuación o mera publicidad, estaría aliviada, no me gusta la idea de que personas con semejantes habilidades estén entre nosotros— la chica se abrazó a sí misma y simulo tener escalofríos —Tu tranquila, estoy seguro que… —Buenos días jóvenes— en ese momento entró un profesor al salón, caminó hacia el escritorio mientras los alumnos se acomodaban en sus lugares, el profesor se paró enfrente de la clase y masajeó sus manos —bien, abran sus libros en la página 106, III Guerra Mundial— ordenó y empezó a mirar a toda la clase, los chicos sacaban sus libros de forma lenta, los únicos preparados eran Mara y Chopo —a ver López Luna empieza a leer el primer párrafo, y luego le sigue Garcia Solano— Mara se levantó de su lugar y empezó a leer el párrafo —El 3 de mayo del 2013 se desató la peor guerra de la humanidad. La tercera guerra mundial, el conflicto que le dio inicio fue una disputa política entre países…— —Disculpe profesor— habló uno de los alumnos interrumpiendo a Mara —¿si escuchó sobre la Minina? —Difícil no escuchar sobre una noticia que todos quieren cubrir— contestó el profesor—pero que les parece que platicamos de eso…— enseguida el alumnado empezó a alzar la voz —si quieren hablamos, pero al final de la clase— esto desanimo a los jóvenes quienes querían perder una clase platicando sobre la noticia. —Pero ¿no cree que es tan impresionante? — cuestiono un alumno, el profesor cruzó sus manos y se recargó en la pared —¿impresionante? — cuestionó —te puedes sentar Mara— dijo y le hizo un ademán, la chica tomó su lugar —no hay nada impresionante en lo que está pasando. Supongamos que en verdad existe una nueva heroína en México y no solo es un truco publicitario. Gente con poder que se creen héroes. No sería nuevo, existe esta chica de Inglaterra, la “fantasma”— formó unas comillas en el aire, volviendo a cruzar las manos —y la chica de j***n. En lugar de poner orden, solo trajeron enemigos alentados en superarlas creando más destrucción que paz, aquí en México no será diferente, no me hace feliz la idea de que personas con una terrible brújula moral obtenga fuerza sobre humana— Carlos vio razón en el comentario del profesor, solo era cuestión de tiempo para que alguien más fuerte que ellos, o inteligente, o simplemente sin moralidad, terminaría haciendo algo catastrófico por su culpa, pensó seriamente en disolver la idea de ser un héroe, para él y su hermana —ustedes jóvenes, lo ven como si solo fueran celebridades, lo que no ven es que si ellos rivalizan con otros “héroes” los únicos que salen perdiendo somos los civiles inocentes— en eso Mara levantó la mano, el profesor le dio la palabra. —Tiene razón— Mara habló mientras se ponía de pie —solo que olvida que la ciudad de México es una de las más peligrosas del mundo, todo esto como otra consecuencia que dejo la guerra. Las personas con una terrible brújula moral ya tienen poder con las armas que el gobierno se negó a recoger cuando la guerra terminó. —Sí, bueno en eso tiene razón— el profesor habló y se quedó en silencio, pensaba en cómo responder. —La verdad tampoco me gusta la idea de los súper héroes, pero ¿qué tal si esta heroína se levantó como respuesta a las injusticias que ya existen? — Mara guardó silencio, el salón también se quedó enmudecido, la chica tomó asiento y volteó a ver a Chopo quien levantó el pulgar a su amiga en señal de aprobación, ese discurso lo alentó, era verdad, tanto Karen como él decidieron ayudar a las personas, no como diversión, sino porque era lo correcto, al menos Chopo no quería que otra persona muriera por que el decidió no hacer nada. Después de tal discurso, el profesor decidió continuar con la clase, sin hacer caso a las quejas de los alumnos, quienes querían seguir sin hacer nada, eligió a Chopo para que continuara leyendo sobre la tercera guerra mundial. La clase continuó como si nada, hasta 2 horas después cuando terminó. El profesor dio un poco de tarea y salió del salón donde se quedó esperando. —Creo que me excedí— habló Mara quien guardaba su libro de historia en su morral, estaba desanimada —cuando mi madre se enteré me castigará. —Tranquila— Chopo intentó animarla —la licenciada no tiene por qué enterarse, además, si es que se entera, no creo que sea tan severa. —No, no es por el castigo, en verdad quería que hoy todo fuera tranquilo por ella. —¿A qué te refieres? — preguntó confundido. —Es broma ¿verdad? Es el día de las madres. Chopo se dio un golpe en la frente, había olvidado por completo el conmemorativo por la situación de los héroes, al ver la reacción del muchacho Mara se rio, el gesto era exagerado y el golpe se escuchó muy fuerte. Chopo se sintió orgulloso por haber hecho a Mara reír y ayudarla a olvidar sus problemas cuando observó por la ventana como el profesor de historia se acercaba a la profesora de etimología para platicar con ella. —O no— insinuó Chopo alertando a Mara quien volteó enseguida —No mamá, no lo escuches— dijo entre dientes —que no ves que solo intenta sembrar, en campo fértil y arado, la semilla de la discordia— la chica habló con rapidez —como odio que mi mamá sea maestra— —Vamos Mara dices eso al menos tres veces por semana— le recordó el joven —Es porque durante 3 veces por semana eso me mete en problemas— dijo la chica sin apartar la mirada de la conversación de los profesores, en eso la profesora volteó a ver a Mara, la chica rápidamente desvió la mirada y empezó a platicar con Chopo —vamos dime algo— pidió desesperadamente —cuéntame algo, que no sea de como mis planes se hacen mazapán molido debajo de un tejolote— Chopo continúo mirando a los profesores —Este— comunico el muchacho —tu madre se ve bien, digo, no se ve enojada— —Eso no importa, ella sabe cómo guardar las apariencias— arremetió desesperadamente, respiro hondamente para tranquilizarse y dijo desalentadamente —ya fue, ni modo, este día de las madres va a ser un desastre— la profesora terminó de hablar para entrar al salón —disimula, disimula— la chica rápidamente sacó una libreta de su mochila, la profesora se dirigió al escritorio saludando a los chicos y pidiendo las libretas para revisar la tarea que había dejado el jueves de la semana pasada. Chopo se levantó para dar su trabajo. Se había formado una fila delante del escritorio, observó cómo su amiga ni si quiera se levantaba. —Vamos la tendrás que enfrentar tarde o temprano— Carlos intentaba apoyarla y darle ánimos. —Ya se lo que me dirá, o al menos me imagino como me lo dirá “Noemí, el profesor Leopoldo me dijo que lo ofendiste por dar un punto de vista valido pero desacreditado porque es un malnacido que solo quiere verte sufrir”— la chica imitó a su madre. Chopo la agarró de su mano y la arrastró hasta la fila, Chopo era el último y Mara la penúltima La profesora calificaba rápidamente hasta llegar con su hija donde modero su velocidad, revisaba de forma minuciosa cada aspecto en la tarea de su hija, sin embargo, le dio tiempo para conversar. —Noemí— dialogó la profesora de forma serena, Mara ya esperaba ese tono y sentía llegar el regaño —tu hermano me dijo que preparó una comida— la chica se mostró desorientada, no era lo que esperaba oír —y me pidió que te dijera que invitaras a Carlos y a su hermana— —Sí, lo sé, pero se suponía que era una sorpresa para ti— Mara, un tanto perdida, contestó calmada. —Eso me dijo, que era una sorpresa, pero temió que decidieras no invitarlos— comentó la licenciada —tiene la loca idea que no quieres a Carlos cerca, será que pasó algo mientras nadie los veía. —¡Madre! — gritó Mara, la chica se avergonzó. —Tranquila Noemí, no es para que grites— la profesora regresó la libreta a su hija y ella se fue a sentar a su pupitre tratando de ocultar su rostro. —Garcia— pronunció la profesora mientras tomaba la libreta—¿debería preocuparme que mi hija no quiera estar cerca tuyo? —Espero que no, en realidad, pasamos mucho tiempo juntos en la escuela, debe ser que ella no quiere que también la invada en su hogar— respondió el muchacho, la profesora sin mirar mucho la libreta solo calificó todo como correcto la cerró para entregarla al joven. —Y dime, ¿vendrán? — preguntó la profesora —es decir, sé que ustedes no tienen a su madre y Augusto procurará preparar suficiente para todos, sería una pena que se desperdicie— Carlos pensaba en declinar, la actitud de Mara le hizo comprender que necesitaba su espacio. Y no era para menos, hacia menos de un mes que el chico le había declarado sus intenciones a Mara, un interés romántico. Carlos podía jurar que los dos se correspondían, es por ello que, sin pena, ni vergüenza, llevó a la chica a los jardines más alejados de la escuela, la tomó de las manos y ambos contemplaron sus ojos, Carlos notó como las pupilas de Mara se dilataban, sintió el pulso de su compañera a 130 pulsaciones por minutos con una agitada pero firme respiración. —Mara— mencionó el chico seriamente, podía ver su reflejo en los ojos de su compañera —no entiendo el amor y jamás me hubiese interesado en nadie de esa manera, eso solo me comprueba lo especial que llegaste a ser para mí, no puedo pensar sin que surja tu nombre en mi mente. Me haces falta cuando no estas, tu sonrisa es mi alimento y tu voz mi guía, es por ello que estamos aquí, decidí seguir la tradición de traerte al lugar de las confesiones y pedirte, con todo lo que soy, que seas mi novia— Carlos calló, Mara sonrió, se inclinó hacia el chico y se estiró poniéndose en puntitas para alcanzarlo, el chico entendió la señal rápidamente y de igual forma se acercó, cerró los ojos y espero un beso. —No puedo— la chica respondió, se encontraba a escasos 2 centímetros de la boca de Carlos, él abrió los ojos para observar como ella se alejaba, su sonrisa se había borrado, mostrando una mueca seria y unos ojos preocupados —he cometido muchos errores y sé que no soy digna de ti— soltó a Carlos. —No creo que esto sea de ser digno uno con el otro— el chico intentaba de persuadirla —Mi promedio bajo, por culpa de Jorge, debo reponerme, además de que estoy reparando la relación con mamá, necesito enfocarme— parloteaba la chica de forma frenética, Carlos solo vio excusas, entristeciendo al joven, al notarlo Mara se acercó, lo agarró de la corbata obligándolo a agacharse y le robo un beso —solo te pido tiempo— le dijo la chica a un atontado y feliz Chopo. —De acuerdo, pero ahora, no seremos capaces de… —Actuaremos normal, solo no insistas con este tema y tomemos nuestro espacio— la chica se alejó —te prometo que, para final de curso, cuando me entreguen la boleta y mis calificaciones sean superiores a las tuyas— dijo en tono competitivo haciendo reír a Chopo —podremos estar juntos, solo serán 2 meses— la chica guardo silencio, pensaba —también te dará tiempo para pensar si es que yo soy lo que quieres— —Aunque pasen mil años tú serás la única. —Entonces, dos meses serán pan comido, que podría cambiar en 2 meses. Para Chopo, Mara aún era la chica perfecta para él, la relación entre los dos no había cambiado, eran muy buenos amigos. —Mi estimada licenciada— comentó Carlos a su maestra, ella esperaba su confirmación —declinaremos en la cita— la profesora se veía desilusionada rápidamente Carlos inventó un pretexto —Karen y yo iremos al cementerio y… —Oh vaya— la profesora se avergonzó —de ser así, lamento que tengan que pasar por esto solos, bien, tome asiento, la clase va a comenzar— sugirió. El chico lo hizo y la clase se dio como era debido, solo que, en todo momento Mara intentaba no apartar la vista del frente, no porque la profesora era su madre, más bien era para esquivar a Chopo. El término de la clase dio inicio a un receso de 30 minutos, la profesora salió del salón y los demás incluida Mara salieron corriendo. Solo Chopo se quedó, sentado en su pupitre, meditaba sobre lo ocurrido, cuando sintió un repentino apetito por la falta de desayuno. Recordando que no tenía nada que comer, salió en dirección a la cafetería donde se encontró con una multitud, alumnos que intentaban llegar para comprar sus alimentos. Al verlos tan apretujados decidió que no estaba dispuesto a pasar por ese sitio, por lo que dio media vuelta e intentó regresar a su salón, de repente vio a su hermana que caminaba en el patio con dirección a la cafetería, le era imposible ese escenario, Karen estaba durmiendo, al menos eso debería estar haciendo, llegó a pensar que a él también le empezaba a afectar la vigilia. La apariencia de Karen había cambiado, en primera su cabello no estaba suelto, estaba muy bien peinado y recogido, ningún cabello estaba fuera de lugar, en segundo caminaba con las manos entrelazadas, mostraba un aire de elegancia, con una postura perfecta, espalda bien erguida y mentón levantado, su uniforme era idéntico al de las demás chicas con una sola excepción, la falda era muy larga, llegaba a los tobillos, no mostraba rasgo felino alguno ya que su cola la ocultaba con la falda y sus orejas era tapadas por unas orejeras industriales de color amarillas, el único defecto en su impecable apariencia. El uso de las orejeras fue un plan de Chopo, engañando a todos, pues aseveraba que su hermana sufría una enfermedad de hiper-acusia. Una hipersensibilidad auditiva en donde el había jurado que ella sangraría por los oídos y sufriría desmayos si se quitaba los audífonos.
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