«… a diferencia tuya, no tengo a nada ni nadie que perder» Las palabras hirientes abandonan mis labios y me arrepiento en el momento en que agacha su rostro y comienza a mover los dedos de sus pies tal y como yo lo hago. Porque solo he visto una parte de la historia, solo conozco la versión resumida. Pero eso no quita que lo que ha hecho por protegerme, me hirió aún más. Cualquier tipo de vida habría sido mejor que la que tuve. Ir de hogar en hogar. Recibiendo miradas de lástima, palabras hirientes y golpes. Tener que soportar el desprecio de las personas y la discriminación de otros niños. Y la peor parte fue cuando tuve que vivir en la calle y subsistir como pude. Robando un sándwich de pollo rancio de un local de comida en el que nadie quiere comer, y escarbando entre restos de

