Cuando abro mis ojos, descubro que la habitación está sumida en completa oscuridad. Busco la forma de abrir las cortinas. Se supone que se enrollan hacia arriba, aun así, no hayo la manera de hacerlo.
Aparto la cortina un poco con mis manos y veo la luz del sol afuera. Ya debe ser tarde, juraría que son pasadas las tres.
Busco mi celular por todo el lugar, pero no lo encuentro. No está por ningún lado, mi chaqueta de Denim está colgada de una percha dentro del secador de pie, mi ropa interior está doblada junto a la cama perfectamente limpia y seca junto a una botella de agua tibia.
Busco algún indicio de Max, llamo su nombre en voz alta esperando que me conteste desde algún lugar, sin embargo, tampoco hay rastros de que estuviera en la casa. Lo cual, no me sorprende en lo absoluto.
