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Al llegar a mi destino como sabía que debía apresurarme acelere la marcha corriendo y al mismo tiempo ocupaba mi campo visual buscándola con la mirada. A su vez percibía mi respiración, la cual se escuchaba entrecortada por la agitación que me embargaba. Al haberla ubicado supe que se encontraba sentada en una banca viendo a los lados como si ella también estuviese en mi búsqueda, teniendo esto presente dispuse a acercarme.
—Al fin… te encuentro—exprese con la voz agitada para acercarme a abrazarla
—No te vayas Melania, te extrañare y sé que tú a mí también, no lo hagas— me hablaba a través de ese abrazo que compartíamos
—Clara, ya lo hablamos tengo que hacerlo, pero te prometo que me mantendré en contacto contigo, tu seguirás siendo mi mejor amiga—le enfatizaba al dejarnos de abrazar
—No estoy segura de eso, sé que al ser famosa te olvidaras de mí, además, ¿qué sucederá con tus padres?—preguntaba en medio de las lágrimas que brotaban de sus hermosos ojos verdes.
Ante su pregunta suspire, realmente no tenía una respuesta para eso, aun así conteste lo que salía de mi corazón.
—Pues, los extrañare, tal como me pasara contigo, con relación a lo que dices de nuestra amistad, por supuesto que seguiremos siendo amigas, no digas eso, aunque debo seguir mi sueño, voy a luchar y hacer lo que sea para lograrlo y luego regresare a verte y a ayudar a mis padres, ya lo veras.
Estuvimos solo unos instantes en esa hermosa plaza para llevarme como recuerdo un poco de la ciudad que me vio crecer, mi amado Estrasburgo. Acto seguido Clara decidió acompañarme a la organización. Para ello tuvimos que apresurarnos dado que se me hacía tarde para tomar el jet privado que según Franco me había comentado usaríamos para que nuestra partida fuese lo mas pronto posible.
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