Querido jefe

11

Nos adentramos rápidamente a una oficina y de inmediato cerró con seguro, actitud que me dejaba aterrada porque pensé que algo malo me podría suceder. En ese preciso instante recordé los malos presagios que mi padre me había dicho.

Como Franco comenzó a abrir unas gavetas muy agitado no se dio cuenta de mi reacción, pero al pasar un rato la noto. Al darse cuenta de la expresión de niña asustada que tenía en el rostro se sonrió.

—Pequeña, tranquila, no te haré nada, no me interesas en lo absoluto, lo único que hago es intentar ayudarte así que tranquilízate. Si me ves agitado es porque busco unos documentos que necesitas, debo hacerlo rápido ya que no es mi oficina y no tengo permitido esto, sin embargo, sé que si los consigo y los firmas se los podre entregar a Robert sin que haga preguntas. Pensara que otra persona se los dio a tus padres y al ver que ellos firmaron aceptando todo agilizara tu protocolo, es un proceso complicado, quizás después te lo explique—dicho esto siguió buscando hasta encontrarlos, luego salimos rápidamente de allí y nos dirigimos hacia donde estábamos anteriormente.

Me indico donde debía poner mi firma y la de mis padres, pero antes menciono que leyera el contrato el cual hablaba del tiempo que trabajaría con ellos y todo lo que haría. Aunque sabía que este era un documento importante no lo leí completo ya que la ansiedad que tenía por lo que esto implicaba para mi me hizo firmarlo rápidamente.

—Listo Franco, ya está todo como me dijiste ¿ahora qué sigue?

—Ahora solo me toca preguntarte ¿cómo harás para venir con nosotros? pagaremos tu viaje y lo que necesites en Varsovia para ser modelo, pero ¿cómo harás para venir sin que tus padres lo sepan?

—Pues, fugarme, no me queda de otra.